Celui qui ne vit pas pour servir ne sert pas la vie
À l’invitation de la Commission Nationale de Pastorale Juvénile de Cuba s’est tenue, dans la belle Perle du Sud, à Cienfuegos, la troisième École des Leaders, du 9 au 14 août.
L’École des Leaders est une expérience pour les jeunes dans laquelle chacun s’efforce de vivre une profonde rencontre avec lui-même, avec Jésus et avec les autres, dans le but de se former et de se préparer à la mission que le Seigneur propose à chaque jeune pour sa vie. Le leadership, bien entendu, est présenté à la lumière du service à la manière de Jésus lors de la dernière Cène. Le thème de cette rencontre fut : « Celui qui ne vit pas pour servir ne sert pas la vie ».
40 jeunes ont participé à cette rencontre; ils venaient des diocèses de PINAR DEL RÍO, LA HABANA, CIEGO DE ÁVILA, SANTA CLARA ET CIENFUEGOS. On a fourni aux jeunes animateurs et participants des rencontres précédentes les outils nécessaires pour qu’ils puissent refaire l’expérience de l’école dans leurs diocèses respectifs.
Nous vous présentons quelques témoignages des participants, en espagnol.
“Participar en la Escuela de Líderes I fue una experiencia enriquecedora. Me aportó herramientas y formación para poder acompañar mejor el grupo de juveniles de mi parroquia. A nivel personal me permitió tomar un respiro, reencontrarme con Jesús y evaluar y actualizar mi proyecto de vida. Agradezco a Dios esta experiencia y sobre todo el poder conocer y compartir con otros jóvenes líderes que contribuyen a la construcción del Reino en nuestra Iglesia Cubana”. (Diana Pernús de Cienfuegos).
“Para mí, la escuela de líderes fue una experiencia única, un comienzo, una espiral de posibilidades y herramientas que te permiten ofrecer un mayor y mejor servicio a la iglesia y sobre todo a Jesús que es lo principal, todo un crecimiento personal y espiritual, algo digno de ser vivido otra vez. (Melvys de Pinar del Río).
“Los jóvenes de hoy necesitamos un encuentro más íntimo con Jesús, y no hay una manera mejor que participar en la Escuela de Líderes. El aprender, participar, encontrarnos, el convivir, fueron momentos que formaron parte de esta semana en Cienfuegos. Fue una experiencia renovadora y activa, los hermanos marista si saben como atraer a los jóvenes, y nos piden que así seamos nosotros. Espero con ansia la segunda escuela de líderes un Beso y abrazo en Cristo”. (Eliany de Santa Clara).
“Para mí, vivir la Escuela de Líderes fue una experiencia profunda, un espacio para una búsqueda en mi ser interior, un encuentro profundo y cercano con Dios, reflejado en la persona de los jóvenes presentes en ese encuentro, descubriendo el liderazgo desde el servicio y la entrega al próximo”. (Carlos Rafael de Pinar del Río).
“Para mí, vivir la experiencia de la Escuela de Lideres I ha sido algo muy especial ya que fue una experiencia muy buena y enriquecedora, nos permitió primero compartir experiencias y realidades con jóvenes de otras provincias y segundo nos brindó muchas herramientas para poder ser jóvenes líderes en nuestras comunidades y así llevar con mayor claridad el mensaje del evangelio, el compartir con los Hermanos Maristas fue de gran ayuda para mí y me atrevo a decir que fue de gran oportunidad para todos ya que los hermanos supieron exponer muy bien los objetivos de esta Escuela de Líderes”. (Alden Rojas Morales de Ciego de Ávila).
“Para mí, vivir la experiencia de la Escuela de Lideres I fue algo fenomenal. El compartir con tantos hermanos en Cristo la fe que nos une fue una experiencia muy enriquecedora espiritualmente hablando, además de brindarnos nuevas herramientas para poder dar un mejor testimonio de Cristo en mi comunidad y sociedad”. (Yadira Soria León de Ciego de Ávila).
"Para mí, vivir la Escuela de Líderes ha sido un encuentro personal con mi historia y con Cristo en cada pedacito de esta. Un impulso de ánimo y paz, el inicio de nuevas amistades y el nacimiento de nuevos deseos de servir a Dios y a mis hermanos de la manera más impecable posible, el deseo de llevar a los jóvenes la magnificencia de la luz de Cristo”. (Liz de La Habana).
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Fr. Héctor Ávalos Gil