Encuentro de fraternidades del MChFM
Hemos sido llamados, sábado 26 de abril, a vivir una experiencia de comparación y división con los otros fraternitàd' Italia; cada uno, con espontaneidad, se ha elegido una mesa formando un grupo heterogéneo para poner en común las experiencias de los muchas realidades de pertenencia, enriqueciéndonoslo un el otro. Luego ha llegado el momento de la "relación con Marcellino" que, gracias a su humildad y a sencillez, a su ejemplo de vida y relación con los otros, nos ha hecho reflejar sobre las características del Espíritu de Familia.
Hemos compartido nuestras "debilidades" de padres y nuestros cerdos delante de la cotidianidad con sencillez tratando de ser personas íntegras, auténticas, sinceras y trasparenti.Significativi, ha sido las intervenciones deiFratelli Fernando y Buenaventura, que respaldados por el querido Alfredo han aclarado sobre la estructura y tareas del MCFM dentro de las individuales hermandades. Luego con las ideas más claras nos hemos encaminado a concluir nuestro maravilloso día con la escucha de la Palabra y el regalo de una taza que nos servirá a dissetarci y a abrevarnos cada día con agua Viva.
Por este día te agradezco Señor; Gracias de Tu Amor.
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Rosalía
"Encuentro de las fraterdidad maristas: encontrarse como en casa como una gran Familia."
Y' la acogida de las sonrisas, el entusiasmo y la alegría que hacen de dueños y crean el espíritu de familia.
Éste es el clima del encuentro de las hermandades de Giugliano y Cesano sobre el fondo una primavera que tarda a venir, pero en los corazones tanto fervor, gana de compartir y caminar junto sobre las huellas de Champagnant, sobre la estela de su sueño que hoy vivas en los laico y en los hermanos, todo ocupados en formas diferentes en la gran familia marista.
El regalo de la acogida es por fuerza un punto de las hermandades; acoger significa recibir, tomar en cargado qualcun'altro, significa hacer entrar en una casa, en un grupo, en si mismo.
La comunidad que acoge es una comunidad viva, que se ofrece, se abre hacia lo otro consagrándose y consagrándose se enriquece.
Todo se pone así familiar, una casa, un rincón de jardín, un color, un perfume se convierte en nuestro. Apetecemos de haber sido allí desde siempre, advertimos una sintonía que nos devuelve a hermanos que caminan junto para vivir con ánimo el carisma marista y realizar una iglesia del rostro mariano.
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Giusy