2011-08-17

Falleció el Hermano Eulogio José, Decano de la Congregación Marista

Comunicamos la Pascua de nuestro muy querido HERMANO EULOGIO JOSÉ ( Luis Belloso Díez ), acaecida en la tarde del jueves 11 de Agosto de 2011, en la Casa de Reposo de calle Monseñor Sótero Sanz de Santiago, próximo a cumplir los 104 años de edad, siendo el Decano de la Congregación Marista a nivel mundial . El Hermano Eulogio fue un andino por adopción, jamás olvidó al Instituto Chacabuco, donde inició su trabajo de apostolado, dejando en nosotros, los exalumnos, un recuerdo imperecedero de afecto, bonhomía, rectitud y alegría.

Nuestro exalumno René León Gallardo nos entrega una reducida biografía del Hermano Eulogio José, extractada de su libro en preparación "Historia del Instituto Chacabuco de Los Andes ".

El Hermano Eulogio José nació el 25 de agosto de 1907, fiesta de San Luis, Rey de Francia, como Luis Belloso Díez, en la “noble, real y realenga” Villa de Berbinzana, provincia de Navarra, a 14 km de Tafalla, España. Era hijo de Maximiano Belloso, agricultor, y Pilar Díez A., dueña de casa. La pareja tuvo 6 hijos. A la muerte de Pilar por causa de la “gripe española”, en 1918, su padre contrajo segundas nupcias con Encarnación Díez, hermana de Pilar.

Con su nueva esposa, Maximiano, fue padre de otros 7 hijos adicionales. Sus hermanos, fueron: Inocencio, que vivió y falleció en Argentina; José, nacido en 1905, que vino a Chile como junior, hizo el noviciado en Las Hornillas. Siendo profeso temporal como Hermano Anastasio, se retiró de la Congregación en 1927 y regresó a España. Posteriormente, vino a Argentina, estableciéndose en Alberdi, Buenos Aires, donde murió, años después.

Luego, viene Luis, conocido como Hermano Eulogio José. El cuarto hijo fue Cándido, muy querido del Hermano Eulogio, quien falleció, en combate, en la batalla de Teruel, en la Guerra Civil Española, en 1937. Luego, viene Josefina, fallecida en San Sebastián (Donosti), España, en el 2003. Cipriana, fallecida en Añorga, San Sebastián, País Vasco. Pilar, religiosa, de la Congregación de las Hijas de la Caridad, fallecida el 29 de Marzo de 2011. Saturnino, ya fallecido, en España. Gil, fallecido el 14 de Diciembre de 2009. Blanca, religiosa de la Caridad quien vive aún, actualmente con 83 años. Juan, fallecido en Tafalla. Cándido, que residió en Holanda y falleció en Málaga, en 1985. Isabel que todavía vive en la Villa de Berbinzana y quien cuidó del padre hasta su muerte, en 1951. Actualmente Isabel tiene 88 años de edad.

El Hermano Eulogio José ingresó el día 30 de octubre de 1919, al Juniorado de Vich, pequeña ciudad situada al NNE de Barcelona, Cataluña, España. Sólo tenía 12 años de edad al ingresar al establecimiento. En este lugar tuvo como profesor y director, al Hermano Ricardo Pujiula que después estuvo en el Juniorado de Carrión de los Condes y, posteriormente, vendría a México. En su etapa de junior dio sus primeros pasos para llegar a ser religioso Marista. En este centro formativo, estuvo hasta el 3 de abril de 1922. Al día siguiente, nuestro biografiado, abordó el transatlántico “Infanta Isabel de Borbón”, en el puerto de la ciudad condal, Barcelona, para viajar a Buenos Aires y luego, a Chile, cruzando pampas y la Cordillera de los Andes. Llegaron, finalmente a la pequeña ciudad de Los Andes, el 27 de abril de 1922.

En este viaje, el joven Luis Belloso, viajó con el Hermano Job y seis compañeros. Cuatro de los juniores, venía del Juniorado de Arceniegas, en el País Vasco, y otros dos del Juniorado de Vich. También venían en el viaje, otros dos religiosos, los Hermanos Cristino (Epímaco Amigo) y Ángel Vicente (Ángel Gutiérrez), ambos se cambiarían a España, en 1923.

Luego del desembarco en el gran puerto de Buenos Aires, dos de los juniores, Eugenio Palacín y Juan Antón, se quedaron en la ciudad de Luján. Los demás juniores, prosiguieron viaje a Chile junto a los Hermanos ya señalados, más atrás. Estos, eran: Luis Belloso, Julio Tobar (Hermano Félix Nemesio), Manuel Esteban, Florencio Zudaire (Hermano Teódulo José), Julián Güezmez y Sebastián Andrés.

En el Instituto Chacabuco de Los Andes, los extenuados viajeros deben haber recibido, con toda seguridad, la bienvenida de los H.H. Lucinio María, Director; Claudio; Armengol; Francisco Miguel; Luis Maximino y Nicolás Clemente que componían la comunidad andina de ese entonces. Tuvieron una breve estadía en el establecimiento, antes de continuar su viaje, en tren, a Santiago. Llegados a esta ciudad, se dirigieron al Juniorado de San José de Las Hornillas, entonces ubicado en la calle Vivaceta 720 de Santiago de Chile. Recordemos que este Juniorado había sido recién creado, en 1918.

En Las Hornillas, el pequeño y joven junior, tuvo por Maestro de Postulantes, al Hermano Andrés Adventinus, entre los años 1922 y 1923. El 11 febrero de 1924, hizo su ingreso al Noviciado y tuvo por Maestro de Novicios, al querido Hermano Job. De ambos, el Hermano Eulogio conservaba gratos recuerdos. En la fotografía el joven junior Luis Belloso aparece en el Postulantado de Las Hornillas, el tercer desde la izquierda en la fila del medio, detrás del Hermano Job.

Realizó su primera profesión el día 11 de febrero de 1925 y permaneció en calidad de escolástico, en ese mismo establecimiento, hasta febrero de 1926. El día 26 de ese mes y año, fue destinado al Instituto Chacabuco de Los Andes, donde arribó al día siguiente 27. Era el colegio que más ha amado hasta el presente. Sus alumnos le apreciaron desde un comienzo por la dedicación, cuidado y afecto que les brindaba. Llevaba una libreta que se conserva hasta hoy, en que anotaba los nombres de sus alumnos, en cada curso que tuvo en el Instituto.

En Los Andes, el Hermano Eulogio José continuó su preparación Marista. Debemos recordar que, el plan de estudios Teológicos y Pedagógicos que se aplicaba en esa época, duraba 10 años. Estos estudios se alternaban con la práctica docente supervisada por otros Hermanos con mayor experiencia y conocimiento.

Desde Los Andes, salió destinado al Instituto Rafael Ariztía de Quillota, para ocupar la plaza de profesor de inglés. Previamente, el 13 de enero de 1930, hizo su profesión perpetua, en Santiago. Al año siguiente, se le destina al Instituto San Martín de la ciudad de Curicó, como profesor de inglés y Trabajo Manual. Aquí permanece hasta comienzos de 1935. Luego, retorna, nuevamente, al Instituto Chacabuco de Los Andes, donde permanece hasta 1945. En este nuevo destino, ocupa la plaza de profesor de inglés y francés.

Luego de 23 años de ausencia de su patria navarra, regresa a España, en febrero de 1945, en visita de familia. Recordemos que, los avatares de la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial, habían sido los principales obstáculos para el normal desarrollo de las tradicionales e importantes visitas de familia que los Hermanos debían realizar. Entre los meses de septiembre a diciembre de 1945, permanece en el Juniorado de Nuestra Señora de Guadalupe de Carrión de los Condes.

En 1946, es transferido al Instituto O’Higgins de Rancagua como profesor de inglés, castellano y Canto. En esta destinación permanece hasta inicios de 1949, en que pasa al Instituto Rafael Ariztía, en calidad de profesor de inglés.

A comienzos de 1951, sale con destino a Europa para realizar su 2° Noviciado, en la Casa Generalicia de Grugliasco, Turín, Italia donde permanece entre el 20 de febrero de 1951, al 20 de julio del mismo año.

Luego de realizar una visita de familia, en Navarra, España, en julio-agosto de 1951, es enviado a Estados Unidos, para perfeccionar el idioma Inglés. En esta destinación permanece entre los meses de septiembre de 1951 hasta febrero de 1952. Ese mismo mes y año, regresa una vez más a Los Andes, en calidad de profesor de inglés y Filosofía. En el Instituto Chacabuco, le toca ser profesor jefe del primer Sexto Año de Humanidades que egresa del Colegio, en 1953. En esta nueva destinación, permanece hasta comienzos de 1954, en que se le envía al Instituto Rafael Ariztía de Quillota para dictar las clases de los ramos ya indicados.

En 1957, se le destina al Instituto Alonso de Ercilla, como profesor de inglés y Director de la Editorial FTD. 13 o 14 textos escolares son de su autoría. De esta editorial, salió la famosa Gramática cuyo autor fue el Hermano Libanio José, fallecido en 1972.

Posteriormente, emite en Santiago, su voto de estabilidad, el día 4 de enero de 1959. Desde este año, el Hermano Eulogio, deja las clases y se aboca sólo a la gran tarea de la Editorial y a su trabajo en la FIDE Primaria. También, estuvo en la Residencia Universitaria Marista desde donde pasó a la Casa Provincial, en la calle Catedral N° 1900, en el mes de febrero de 1960. Desde esta última fecha, será Vicepresidente de la FIDE, hasta el año 1995. A lo largo de su gestión en esta Federación, participó en muchos congresos tanto, en el país como fuera de él. A la gestión de este religioso Marista, tan vinculado a Los Andes, muchas escuelas subvencionadas de la Araucanía, le deben su existencia. Muchas congregaciones religiosas enseñantes, están muy agradecidas de su trabajo tenaz y perseverante en pro de la educación nacional.

En 1974, fue trasladado a la Casa Provincial de calle Montolín (hoy Monseñor Sótero Sanz de Villalba) en Santiago. Ese mismo año, la Editorial FTD (Marista), entra en receso por órdenes de la Superioridad Marista. Por ello, desde entonces, su trabajo queda centrado sólo en la FIDE. Estuvo también a cargo de los exalumnos, por quienes profesa un particular cariño, en forma muy particular a los del Instituto Chacabuco de Los Andes. Ese año, celebra en Valladolid, España, sus Bodas de Oro de vida religiosa consagrada, el día 21 de junio de 1974.

En el año de 1988, regresó a la comunidad del Instituto Alonso de Ercilla, manteniendo su trabajo con la FIDE Primaria. Posteriormente, en 1993, regresó a la Casa Provincial para un merecido descanso, aunque siguió participando en la FIDE, a la que renunció en el año 1995. Había cumplido 35 años de servicio ininterrumpido en esa institución, por la que había trabajado abnegadamente.

En febrero del año 2000, el Hermano Eulogio habiendo alcanzado sus 93 años de edad, celebra sus 75 años de vida religiosa Marista, en compañía de sus hermanos de religión. Al presente, ya había alcanzado los 86 años de vida religiosa.

Con mucha certeza, el Hermano Eulogio, afirma que el Instituto Chacabuco es su colegio preferido, donde más estimación se le tiene. Tanto es así que, en el año 2001 escribió el libro “Memorias del Instituto Chacabuco 1911-2001”. Al respecto, el Hermano Jesús Bayo, expresa en la presentación del libro: “Como comprobará el lector, El Hermano Eulogio es un buen narrador y goza, a sus 94 años, de excelente memoria. Él escribió la síntesis que ofrecemos a continuación. Ciertamente en sus manuscritos se refleja el estilo incisivo y vehemente que le caracteriza, en especial, cuando oralmente narra sus vivencias”. Al repasar las amenas páginas de la obra, el Hermano Eulogio vuelca su entusiasmo y su cariño hacia el establecimiento que siempre le ha querido y recordado, donde él entregó, a su vez, todo su esfuerzo, dedicación y trabajo hacia los niños y jóvenes andinos.

A lo largo de su fructífera existencia, el Hermano Eulogio ha recibido varias distinciones, destacándose entre ellas, las siguientes:

* Condecoración de la Diputación Foral de Navarra (1945). Recibida en nombre de varios miembros de su familia que murieron defendiendo valores patrios en la Guerra Civil de España (1936-1939).

* Medalla de la Escuela de Montaña del Ejército de Chile (1954).

* Benefactor de las Escuelas de la Araucanía (1965), Conferencia de Escuelas.

* Orden al Mérito Bernardo O’Higgins en el grado de Oficial (1979), del Supremo Gobierno de Chile.

* Asesor Honorífico de Exalumnos Maristas (1986) de la Federación Nacional de Ex alumnos Maristas de Chile.

* Cruz del Apóstol Santiago (1997) otorgada por el Arzobispado de Santiago de Chile.

* Medalla Monseñor Guido Beck de Ramberga (1997) por el magisterio de la Araucanía.

* Medalla Centenario (2007), por la Provincia Marista de Santa María de los Andes.

* Ciudadano Ilustre de la ciudad de Los Andes (29 de noviembre de 2008). El Alcalde le entrega una medalla y un galvano conmemorativo.

En su tercera estadía en Los Andes, entre los años 1952 y 1953, el Hermano Eulogio contrajo una estrecha y sincera amistad con el Coronel D. Juan Bancalari Zappetini quien fuera fundador, en julio de 1954, de la Escuela de Montaña del Ejército de Chile, con sede en Río Blanco localidad que siempre era frecuentada en los paseos que los Hermanos realizaban a la cordillera. Producto de esa amistad que, además estaba vinculada al hecho de que un hijo del militar estudiaba en el Instituto, se le pidió al Hermano Eulogio que escribiera la letra del Himno de esa Escuela. Por ello, ese mismo año, le fue conferida la Medalla de la Escuela de Montaña del Ejército de Chile.

El Hermano Eulogio, durante la vida del Hermano Emeterio José, otro muy querido educador del Instituto Chacabuco, mantuvo siempre una amistad a toda prueba que nació, probablemente, en los comienzos de su permanencia en Los Andes donde el primero llegó en 1926. El común amor por las montañas, el impresionante paisaje de verano o nevado que ofrecía la cordillera, las cabalgatas a través de cajones y quebradas, las caminatas por la vía del Transandino y la vida comunitaria, hicieron lo demás. Juntos también, hicieron la gestión para concretar la donación de terrenos que realizó el Exalumno Don Eduardo Bezamat para la construcción del nuevo edificio del Instituto. En fin, fuera de las vinculaciones que unen a dos religiosos de una misma Congregación, hubo otros factores de comunidad de intereses, de empatía que afianzaron una gran amistad que duró hasta el fallecimiento del Hermano Emeterio. Por ello, no fue raro que, el Hermano Eulogio, escribiera una interesante y detallada biografía de aquel, titulada “Hermano Emeterio José – Julián Santidrián Paniego – Marista”, que publicó en Santiago, en junio de 1981. 

Los festejos de celebración de su cumpleaños del centenario, se llevaron a efecto en digno para un religioso y maestro de su valía. La mayor parte de los Hermanos se reunieron para la celebración, para compartir y para dar gracias al Altísimo por el don de su vida. Ese sábado 25 de agosto de 2007, llegaron Hermanos, exalumnos, familiares y algunas personalidades que deseaban expresar su afecto al festejado. Una sobrina, Blanca Ester Belloso, le trajo una fotografía enmarcada de su querido pueblo de Berbinzana, en la lejana Navarra natal. En esa oportunidad, el Hermano Eulogio, expresó: “es un regalo maravilloso. Esta fiesta es algo que yo jamás había soñado. Yo sabía que podía llegar a los cien años, pero no en estas condiciones. Es algo que yo no soñaba”. En la oportunidad, el Hermano Pedro Marcos, Provincial, le hizo entrega de la primera Medalla Centenario de la Provincia de Santa María de los Andes. Al momento de entregársela, el Hermano Provincial, expresó que no se le hacía entrega de la distinción por algún trabajo o mérito, en particular, sino sólo “¡porque te queremos!”.

La celebración eucaristíca estuvo a cargo del Nuncio Apostólico, monseñor Aldo Cavalli quien la concelebró con algunos sacerdotes amigos y otros exalumnos del Hermano Eulogio. Antes de finalizar la ceremonia, le fueron leídos saludos de parte de los H.H. Bernardino Pascual desde Sullana, Perú; Germán Cháves, desde Argelia; y del Hermano Benito Arbués, anterior Superior General, desde España. Monseñor Cavalli, le hizo entrega de la Bendición Apostólica de Su Santidad Benedicto XVI. En la fotografía de la derecha, aparece el homenajeado al cumplir 100 años de vida el 25 de Agosto de 2007.

Al almuerzo, el ilustre festejado, tomó nuevamente la palabra y, ante la emoción de todos los concurrentes, dijo: “Amigos, hoy a los 100 años de mi trabajo en Chile, me reúno con vosotros para dar gracias a Dios por todo el bien que se ha podido hacer. No he sido yo, ha sido la mano de Dios que ha dirigido la nuestra, para desarrollar la acción, el trabajo y sobre todo el espíritu cristiano que a todos os ha animado en estos 100 años. A todos y especialmente a los que han participado conmigo en estos 100 años, salud, felicidad y Dios los bendiga a vosotros, sus familias y sus obras. ¡Salud!”.

Como anécdota, sabrosa y conmovedora, que refleja su afecto a la gente del Instituto Chacabuco de Los Andes, recordemos que, con motivo de su centésimo primer cumpleaños, el profesor y exalumno Blas Mardones, concurrió como Presidente y con otros integrantes de la directiva del Centro de Exalumnos a saludarlo en la residencia Marista de la calle Sótero Sanz, el domingo 24 de agosto de 2008. Al verlo, Blas, le preguntó, en voz alta, considerando su poco de sordera y probable falta de lucidez intermitente: “Buenos días, Hermano. ¿Sabe por qué hemos venido a verlo?”. A lo que el Hermano Eulogio, desde el sitial en que le tenían sentado, respondió con voz alta y firme: “¡Porque sois de Los Andes!”. Todos los que estaban de visita quedaron en silencio, enmudecidos, conmovidos por una intensa y no contenida emoción que les humedeció los ojos y les anudó la garganta. ¡Qué lección de gratitud!


Agradecemos al Señor el don de la vida de nuestro querido Hermano Eulogio José,  de su entrega, de su amor, de su alegría y de su gran afecto y cariño hacia los exalumnos Maristas, especialmente a los andinos.

Cumpliendo con su deseo que manifestara hace varios años, sus restos serán depositados en el Mausoleo Marista del Cementerio Parroquial de Los Andes, uno de cuyo nichos inclusive él eligió, lo que también fue aceptado por los Superiores del Sector de Chile y por todos los Hermanos, lo que les agradecemos muy sinceramente.

Estamos tristes por su alejamiento físico, pero alegres al mismo tiempo, porque tenemos otro santo Hermano en el Cielo, junto al Señor y a nuestra Buena Madre, que perseveró en su vocación y que está integrando la pléyade de Hermanos que forman la hermosa Provincia Marista del Cielo junto al Padre Champagnat. y desde donde, estamos seguros, seguirá rogando al Señor por la Obra Marista de Chile y del mundo.

Apoyados en la Fe emanada de la enseñanza cristiana recibida en las Aulas Maristas, elevamos nuestras fervientes oraciones por el eterno descanso de su alma, juntamente con encomendarlo en nuestras oraciones, por lo que creemos que ya ha sido acogido en el Reino de Dios y duerme en la paz del Señor.

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