Carta a Marcelino

M. Vallas, Alcade de Peaugres

1838-10-01

Este texto es del Sr.Vallas, en calidad de Alcalde de Peaugres, en la diócesis de Viviers. Los Hermanos habían asumido la escuela local en noviembre de 1833. Recordemos que para finales de 1837 el Vicario General, P.Vernet, había hecho llegar una carta a Lyon prohibiendo la presencia de los Hermanos Maristas en la diócesis de Viviers. El P.Champagnat, siempre dispuesto a obedecer, hasta ya había escrito al párroco, P.Artru, diciendo que había dado órdenes para que los Hermanos dejasen Peaugres. La intervención del Obispo, D.Bonnel, regularizó la cuestión, y los Hermanos no tuvieron que salir de Peaugres. Este texto del Sr.Vallas es un bello testimonio del apoyo y del reconocimiento al trabajo educativo realizado por los Hermanos. El P.Champagnat debió haberse puesto muy contento con tan espontánea declaración tan favorable a la obra marista. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Péaugres, a 1 de octubre de 1838.

Muy Señor mío:

El año lectivo ha terminado. Es mi deber en esta circunstancia, como representante de los habitantes de esta Comuna, llegarme hasta Ud. para depositar a sus pies los homenajes y agradecimientos de la Comuna. Homenajes y agradecimientos que Ud. se merece a justo título, pues desde el establecimiento de sus Hermanos en esta Comuna no hemos dejado de felicitarnos por su presencia y por las ventajas innumerables que ellos nos han traído, ventajas tanto espirituales como materiales. En efecto, los niños confiados a su dirección han hecho progresos rápidos; lo cual no habíamos podido constatar bajo la dirección de los maestros seglares que les han precedido. Este cambio es el fruto de los principios sólidos que ellos se esfuerzan por inculcarles, y el método apropiado que emplean en la enseñanza. Pastores inteligentes en medio de un rebaño sin experiencia, protejen a sus alumnos contra el vicio y los dirigen hacia la virtud por medio de su vigilancia y buenos ejemplos. Maestros expertos, los atienden con cuidado, los animan y los estimulan con su celo apostólico y su afecto. De esta manera, la reputación de la escuela bien fundada se ha ido extendiendo a las comunas vecinas y se puede observar a muchos alumnos que vienen a rodear la cátedra de sus apóstoles. La gente de mi Comuna los quiere mucho; los niños de su escuela los respetan; los vecinos los buscan, de suerte que su Ud. se los llevara de aquí, si nos privara de un don tan precioso, todos nos afligiríamos. Por estos motivos, Señor, me llego hasta Ud. para pedirle en nombre de mi gente de tener la bondad de conservárnoslos. Esto será útil tanto para Uds. como para la población.

Pero, debido a que la población que sigue el curso de los acontecimientos, va siempre en aumento, convendría quizá que les fuera concedida una casa más amplia, y por lo mismo, más adecuada a la enseñanza. Trabajamos con todo ahínco por hacer una adquisición más cómoda. Pero si nuestros esfuerzos resultaran insuficientes, bastaría, una construcción ya comenzada con ese fin, inconclusa por falta de fondos, que sería aprovechada para continuarla hasta su acabamiento.

Por lo cual nosotros buscamos de nuestra parte hacer todo para sostener y hacer fructificar esta institución floreciente. Nos queda tan sólo una cosa, Señor, y es que Ud. continúe secundando nuestros deseos y la buena voluntad que hemos manifestado al haberlos elegido.

Reciba, Señor, la expresión de mi respeto y de mis sentimientos cordiales,

VALLAS, Alcalde.

P.St. En espera de la adquisición o de la construcción terminada, ella será otorgada a los Hermanos que Ud. tendrá a bien enviarnos. En breve será añadido a la escuela un nuevo apartamento, que será suficiente para que sacarlos de las apreturas en que se encuentran.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 129.55

VOLVER

Carta a Marcelino...

SIGUIENTE

Carta a Marcelino...