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La peregrinación del Consejo General a Asia
Tuvimos el privilegio de visitar tres presencias maristas en Camboya: Takhmao, Pailin y Sen Monoron. Vimos claramente la sencillez y el compromiso de los hermanos que trabajan en cada uno de estos lugares. Cada pastoral se centra en las relaciones con niños y jóvenes que viven en la periferia y son discriminados. La presencia de los maristas, a menudo en lugares donde otros no irían, da esperanza de un futuro mejor a los niños discapacitados, brinda la oportunidad de educar a los desfavorecidos por un sistema corrupto o son la presencia estable de la Iglesia.
También pudimos visitar dos lugares significativos desde el tiempo del Khmer Rouge. Uno fue S-21. Esta era una escuela en Phnom Penh que durante la época del Khmer Rouge fue utilizada como un centro de tortura. Muchas personas, incluidos niños, fueron torturados aquí y el sitio es ahora un monumento para los que murieron. El otro era los Killing Fields, donde muchos fueron llevados para ser asesinados. Esta experiencia nos lleva a reflexionar sobre el impacto de tal violencia sistémica y asesinato en una sociedad.
También nos dimos cuenta del impacto de la economía de Camboya en la vida de los jóvenes.
Camboya tiene leyes liberales de juego y una próspera industria de casinos bastante cerca de sus fronteras, donde los extranjeros tienen fácil acceso. La industria anima a los jóvenes a abandonar la escuela a edad temprana con la esperanza de obtener un empleo y dinero. A menudo se acaban en trabajo sexual y uso de drogas.
Los maristas en Camboya están haciendo una gran labor, marcando la diferencia en la vida de muchas personas, especialmente los jóvenes.