15 de septiembre de 2015 FRANCIA

Comienzo tras comienzo, comenzando sin cesar

Como parte de la celebración del 100 aniversario del nacimiento del Hermano Roger y del 75 aniversario de la fundación de la comunidad de Taizé, coincidiendo además con el año de la Vida Consagrada, los hermanos de esta comunidad organizaron una semana de reflexión sobre la actualidad de la vocación religiosa y monástica, a la que estaban invitados religiosos jóvenes de diferentes congregaciones, monasterios y comunidades, tanto católicas como ortodoxas y protestantes. Así, del 5 al 12 de julio se reunieron en Taizé cerca de 350 jóvenes comprometidos con la vida monástica y religiosa, provenientes de 52 países. Tres de ellos éramos Hermanos Maristas: los Hermanos Fábio y Rui de la Provincia Compostela y el Hermano  Lucas de la Provincia Brasil Centro-Sul.

Entre los ponentes de esta semana de encuentro se encontraban el Hermano Alois, prior de Taizé, Anba Thomas, obispo copto ortodoxo de Egipto,  la abadesa de un monasterio ortodoxo en Grecia, archimandritas ortodoxos de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, el abad de un monasterio ortodoxo en Serbia, varios hermanos y hermanas de comunidades religiosas protestantes de Suiza, Alemania, Francia e Inglaterra, el antiguo prior general de los cartujos y los superiores generales de los Jesuitas, de las Hermanitas de Jesús,  de los Dominicos, de los Misioneros de África y de los Franciscanos. 

Como bien señaló el Hermano Richard, Hermano de Taizé, al final de la semana, “esperábamos que esta semana fuera una buena ocasión de encuentro y compartir. Pero me parece que también hemos experimentado algo que va más allá de nuestras expectativas.  Hemos escuchado cosas inesperadas. Nos hemos encontrado con gente que no pensábamos encontrar y hemos conocido hermanas y hermanos que ni siquiera sabíamos que existían”.

Fue, sin duda, un gran regalo poder participar en este encuentro de familia, y además hacerlo en un contexto tan especial como el de Taizé, donde además de los participantes en la semana de reflexión sobre la vida religiosa había otros cientos de jóvenes un poco de todo el mundo haciendo la experiencia de la vida de comunidad y oración en “la colina”. De todo lo experimentado y escuchado en esos días, compartimos aquello que nos llegó de forma particularmente intensa, sea como don o como llamada.

  • Alegría, sencillez, misericordia, esas tres palabras en las que tanto insistía el Hermano Roger de Taizé, y que pueden bien ser tres pilares sobre los que construir nuestra vida. Las hemos acogido como ideal y es fácil leerlas en las vidas de muchos Maristas.  
  • La urgencia de ser testigos de comunión en nuestro mundo tantas veces fragmentado y la llamada a la vida religiosa a crear lazos de unidad entre Iglesias. Reconciliación.
  • La necesidad y la belleza de ser flexibles. Quien busca seguridad pierde la capacidad de flexibilidad (Hermano Alois). Tenemos que entrar en la dinámica de lo provisional.
  • La oración en el centro, como la fuente de nuestra vida, como lugar de descanso, marcando el ritmo de nuestros días y de nuestro caminar. Como en Taizé, donde la iglesia de la reconciliación ocupa el centro de la vida en la colina.
  • El desafío de la pluralidad, de la internacionalidad, de todo lo inter-. Y una sugerencia iluminadora para lo que ya venimos viviendo como Instituto: muchas veces es necesario renunciar a entender para poder acoger.
  • La vitalidad (el presente y el futuro) de la vida religiosa está en reconocer y participar de la humildad de Dios, en vivir en interdependencia, acompañándonos en comunidad y en estar en los márgenes, en las periferias materiales, espirituales, políticas, sociales y religiosas  (Michael Perry, ofm)
  • La certeza de que las claves para nuestro caminar las podemos encontrar en la sencillez y frescura del Evangelio de la gracia. 

Después de todo, como también subrayó el Hermano Richard después del encuentro,  no se trata de sacar conclusiones, sino de abrirnos al camino que tenemos delante. No volvimos de Taizé con recetas infalibles para vivir como religiosos en nuestro presente ni con planes sistemáticos de cómo hacerlo en el futuro. Lo que sí trajimos fue una enorme gratitud por ese tiempo de gracia y por el regalo de la fraternidad (que rompe barreras culturales y confesionales), y con  un deseo renovado de vivir como religiosos maristas que heredan una historia apasionante y que caminan “comienzo tras comienzo, comenzando sin cesar” (San Gregorio de Nisa).

Vuestros hermanos Fábio y Rui

En la foto: Hermanos Fábio (Portugal), Lucas (Brasil) y Rui (Portugal)

 


 

Los textos de algunas de las charlas, así como algunas fotografías del encuentro se pueden consultar en el siguiente enlace: http://www.taize.fr/es_article19332.html.

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