13 de marzo de 2009 MALAWI

Encontrar a Dios en el ?Agua de la Roca?

El programa Horizontes que tiene lugar en este momento en Nyungwe, Malawi, es una organización maravillosa para enriquecer a los hermanos jóvenes de las Provincias del África Austral y del Este. La semana pasada hemos tenido el privilegio de acoger a un Hermano que nos ha dado un taller sobre la espiritualidad marista. Ha utilizado, sobre todo, el documento ?AGUA DE LA ROCA.? Al compartir su saber y su experiencia del libro, el hermano ha conseguido revitalizarnos a todos.

El AGUA DE LA ROCA nos lleva verdaderamente a encontrar a un Dios que es amoroso, tierno, misericordioso, fuente de la gracia, autor de vocaciones y pródigo de vida.

Durante este taller nos hemos dado cuenta, poco a poco, que, en cuanto Padre, Dios es Amor. Su amor es infinito y nos ama a pesar de lo que somos, dado que su amor es incondicional.

En su amor hacia nosotros, Dios Padre es también gracia para sus hijos. Nos concede sus gracias en nuestros quehaceres diarios para que podamos llevar a cabo nuestra misión, aunque sea difícil y provocadora. Renueva y refuerza nuestro dinamismo espiritual y apostólico mientras caminamos en nuestro peregrinar en la tierra. (ADR, 18)

Llegamos a descubrir que no somos nosotros los que nos llamamos a nuestra vocación, sino que Dios Padre es el autor de toda vocación. Dios entra firmemente en nuestras vidas como lo ha hecho en la de María y la de Marcelino. Cuando él llama, nos otorga nuestra propia identidad mientras nuestros corazones aspiran a estar con él. Dios nos transforma, habla a nuestros corazones y nos envía en misión. Eso nos da la fuerza de aceptar, de tener confianza y de comprometernos con él. (ADR nº 51, 58-59)

Otro encuentro maravilloso es el encuentro con el Dios fiel. Nuestro Padre no cambia sus planes sobre nosotros. Los realiza estando siempre presente y cerca de nosotros, nunca nos deja solos. (ADR, n° 61)

Hemos encontrado también al Dios misericordioso. Está siempre a nuestro lado, sin importar lo que hagamos: mantener siempre la verdad con coraje, cuidar a los enfermos, recibir u ofrecer el perdón, celebrar la Eucaristía o compartir la Palabra, hacer el bien y fomentar la bondad entre las personas. (ADR, n°57).

No podemos hablar de nuestro encuentro con Dios sin mencionar que debemos encontrar a un Dios lleno de ternura. Nos ama incondicionalmente a pesar de nuestros límites. Es el amigo que jamás nos abandona. Es verdaderamente un compañero maravilloso.

Finalmente, hemos descubierto al Dios de la Vida. El que la da y la mantiene, sin que nuestra existencia sea inútil e insensata. Dios, nuestro Padre, es verdaderamente el ?Agua de la Roca? que mantiene nuestras vidas día a día.

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Preparado por los hermanos F. Mwambucha, E. Mwanalirenji y A. Ganiza.
Nyanguwe, 29 de febrero de 2009.

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