30 de abril de 2023 CASA GENERAL

1 de mayo: Día Internacional de los Trabajadores

En muchos países, el 1 de mayo es feriado nacional para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores. Este evento se inició con actividades sindicales a fines del siglo XIX a favor de la jornada laboral de ocho horas. Hoy, la atención se centra en el derecho al trabajo, inscrito en el artículo 23.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este también está reconocido por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en particular en la Parte III, Artículo 6.1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Artículo 15 de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.

La Fiesta de San José Obrero, patrono de la Iglesia Universal y patrono de los trabajadores, también se celebra el 1 de mayo. El Papa Pío XII instituyó esta fiesta en 1955 para fomentar la devoción a San José. La Iglesia Católica enseña que San José fue un hombre íntegro y trabajador. Como padre adoptivo de Jesús y carpintero, participó en el plan divino de salvación, y es por tanto es un modelo de atención a la familia y a la dignidad del trabajo humano.

El Día Internacional de los Trabajadores es una ocasión para detenernos y reflexionar sobre el significado del trabajo. En el Laborem Exercens, el Papa Juan Pablo II declara, en especial, que el valor del trabajo humano no depende del tipo de trabajo realizado, sino de la persona que lo realiza. El trabajo humano debe servir a la humanidad y a la gloria de Dios (1 Cor. 10:31). En este sentido, Martin Luther King Jr. alentó la excelencia en el trabajo humano cuando dijo: “Si un hombre es llamado a ser un barrendero, debería barrer … para que todos los ejércitos del cielo y la tierra puedan detenerse y decir: aquí vivió un gran barrendero que hizo bien su trabajo”.

San Marcelino Champagnat fue un gran hombre de Dios que brilló con su arduo trabajo. Muchas imágenes lo muestran con las mangas arremangadas, listo para el trabajo y la misión. Él aprendió de su padre el valor del trabajo duro, mientras lo seguía a todas partes en los trabajos del campo. Su pasión por el trabajo se manifestó en las diferentes formas en que se educó, sirvió a los parroquianos, fundó su familia religiosa y emprendió todos sus proyectos. También afirmó su entrega total al trabajo en sus cartas, como cuando escribió, No hay sacrificio que no esté dispuesto a hacer para educar a los jóvenes”.

Para nosotros, los Maristas de Champagnat, el amor al trabajo consiste en alentar a los jóvenes a esforzarse en dar lo mejor de sí mismos y conocer la alegría de sus éxitos. En una sociedad marcada por el consumismo y el exceso, optamos por formar a los jóvenes para que descubran la dignidad del trabajo. Con nuestro ejemplo, les enseñamos que el trabajo es un medio poderoso para la realización, para dar propósito y sentido a la vida y contribuir al bienestar económico, social y cultural general. Así, cada uno se convierte en “cocreador”, y continúa, a su vez, la obra de la creación, con alegría y esperanza.

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H. Francis Lukong – Secretariado de Solidaridad

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