30 de agosto de 2023 CASA GENERAL

30 de agosto: Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas

En el 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) designó 30 de agosto como Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas para que se conmemore anualmente, y crear conciencia y prevención. Las desapariciones forzadas se refieren al secuestro y detención ilegal de personas por agentes del Estado o de las fuerzas de seguridad, grupos armados u organizaciones criminales, en situaciones de conflicto o no conflicto, y la negativa a revelar su suerte o el lugar donde se encuentran. En la mayoría de los casos, las víctimas de este delito son activistas políticos, defensores de los derechos humanos, periodistas, familiares o asociados de individuos percibidos como amenazas para quienes están en el poder. A menudo, estas personas están sometidas a torturas, tratos inhumanos e incluso ejecuciones extrajudiciales.

La ONU declaró la desaparición forzada como un crimen de lesa humanidad y adoptó en el 2006 la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas como marco legal para otorgar a los familiares de las víctimas el derecho a exigir la verdad sobre la desaparición de sus seres queridos. Otros marcos legales incluyen el Comité sobre Desapariciones Forzadas (CED) y el Grupo de trabajo sobre las desapariciones forzadas o involuntarias (WGEID).

La ONU también proporciona asistencia técnica a los estados para mejorar su capacidad de implementar la legislación, fortalecer las instituciones, capacitar a sus funcionarios y facilitar la cooperación para prevenir las desapariciones forzadas. A través de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, la ONU documenta casos de desapariciones forzadas, informa sobre la situación y trabaja para prevenirlas.

Como Hermanos Maristas, luchamos contra las desapariciones forzadas de las personas, desde la perspectiva de los derechos humanos. Abogamos por la protección, el respeto a la dignidad y el valor inherente de cada individuo. Nuestro trabajo se basa en la creencia de que toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad, y que nadie debe ser sometido a detención arbitraria, desaparición forzada o cualquier forma de abuso de los derechos humanos. Trabajamos para concienciar sobre las diferentes situaciones de derechos humanos, brindar apoyo a las víctimas y a sus familiares, y colaboramos con otras organizaciones y autoridades para prevenirlas y abordarlas.

La Iglesia Católica condena enérgicamente el delito de desaparición forzada de personas. Su postura en contra de esto está arraigada en su compromiso con la dignidad humana, la justicia y la búsqueda de la paz. La Iglesia enfatiza el principio fundamental de la santidad de la vida y el valor inherente de cada ser humano. A través de sus enseñanzas, documentos y declaraciones, la Iglesia aboga por la protección de los derechos humanos y la búsqueda de la justicia. En particular, enfatiza la importancia de defender el derecho a la vida y la prohibición de la tortura y los tratos inhumanos. Asimismo, alienta a los países a adoptar leyes y establecer mecanismos para prevenir e investigar casos de desapariciones forzadas y responsabilizar a los responsables por sus acciones. La Iglesia apoya los esfuerzos para brindar justicia, verdad y reconciliación a las víctimas y sus familias. Además, el Papa Francisco se ha pronunciado constantemente contra las desapariciones forzadas, describiéndolas como “un ultraje contra la humanidad”, y ha instado a los gobiernos y autoridades a ponerles fin.

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Hermano Francis Lukong – Secretariado de Solidaridad

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