2 de agosto de 2005 ALEMANIA

Cada uno es aquello que busca

¿Quién orienta el camino de los jóvenes hacia Colonia? Juan Pablo II, al elegir el lema de la JMJ: ?Hemos venido para adorarlo?, ha invitado idealmente a los jóvenes a ponerse en camino como los Reyes Magos. Tres personajes misteriosos y fascinantes. Tres personas deslumbradas por una luz misteriosa, que deciden ir hasta el final para ver más claro. Tres protagonistas de un largo itinerario, porque toda estrella tiene el poder de abrirte horizontes de futuro y de conducirte lejos.

Nuestro mundo enciende, sobre todo para los jóvenes, una miríada de luces: faros luminosos que atraen la mirada, que capturan la afectividad, que drogan la voluntad… Sumidos como estamos en tantas ofertas consumistas que nos venden a precios de rebajas, recibimos el mensaje del Evangelio con toda su belleza, pero también con toda su exigencia. Por otra parte, la vida no se compra en el supermercado, se construye, con esfuerzo y fatiga, día tras día.
A este propósito, son ilustrativas las palabras pronunciadas por Juan Pablo II durante el Congreso Eucarístico de Bolonia (Italia), en las que presentaba a Jesucristo como la persona que nos permite vivir con un horizonte más amplio. Jesús os propone un camino en cuesta, fatigoso de recorrer, pero que permite a los ojos del corazón abarcar horizontes cada vez más amplios. A vosotros os toca elegir: o bien dejarse deslizar hacia abajo, hacia los valles de un conformismo vulgar, o afrontar la fatiga de la ascensión hacia las cumbres en donde se respira el aire puro de la verdad, de la bondad y del amor.

Esta Jornada Mundial de la Juventud nos ofrece dos preciosas indicaciones para construir el propio futuro: el compromiso y una estrella para no trabajar en vano. Lleva razón el antiguo refrán que decía: ?Si quieres trazar un surco recto, ata tu arado a una estrella.

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