15 de febrero de 2012 VENEZUELA

Comunicado del laicado marista

Reunidos en Los Teques, los días 27, 28 y 29 de Enero de 2012, un grupo de laicos y hermanos de diversas presencias maristas de Venezuela, nos encontramos para reflexionar y compartir el camino personal y grupal del laicado marista, las experiencias de vida, las esperanzas y sueños del futuro. En estos días hemos renovado nuestro compromiso con Jesús, quien un día nos llamó de manera personal a vivir el discipulado desde nuestro ser de laicos, en la particularidad del carisma heredado del Padre Champagnat. Como María, hoy nuevamente respondemos: ¡Sí Señor!, aquí estamos para seguirte como laicos maristas, compartiendo vida y misión, al lado de los hermanitos de María, con el deseo de hacer vida una de las llamadas del XXI Capítulo General de generar una nueva relación, en un nuevo espíritu de comunión.

Descubrimos y acogemos al movimiento laical de hoy como una llamada nueva y renovadora de Jesús al estilo marista. Esta novedad provoca una sana crisis en la que nos encontramos reflexionando sobre nuestra identidad y nuestro futuro, con la idea de establecer bases firmes y sólidas para fundamentar la vigencia en el tiempo, como inspiración del Espíritu Santo, del movimiento del laicado marista de Champagnat en Venezuela.

La propuesta del laicado es transformadora: algo nuevo está naciendo. Todo cambio genera consigo conflictos y tensiones. En los actuales momentos urge romper con esquemas y paradigmas a los cuales hemos estado atados en el tiempo y así darle cabida a nuevas formas de ser y vivir el laicado marista, que se ajuste más a las realidades de cada presencia, porque no se puede echar vino nuevo en odres viejos. Laicos y hermanos por igual estamos llamados a ser corresponsables para hacer realidad una nueva relación que revitalice el carisma marista en Venezuela. Este camino con sus luces y sombras, lo asumimos como una realidad a la cual estamos llamados a responder con la firmeza esperanzadora de sabernos vocacionados, para hacer surgir una nueva manera de vivir lo marista, desde nuestro ser de laicos.

En la alegría por el encuentro con nuestros hermanos de camino, la reflexión derivada del compartir las realidades, que contrastamos a la luz de la iluminación desde la palabra de Dios y documentos sobre el laicado marista, vislumbramos algunas intuiciones y llamadas:

  • Nuestro ser y quehacer se perfila como un MOVIMIENTO, en el dinamismo del día a día y de los procesos, en la novedad de asumir nuestra vocación laical de manera conscientes, en una amplia gama de respuestas a la misión, que se van abriendo cada vez más a lugares y situaciones distintas a las de otros tiempos (nuevas presencias, incorporación a la Iglesia local), también en la diversidad de las distintas expresiones y vivencias de nuestro laicado, por la forma en que conocimos y nos acercamos a lo marista, por las múltiples formas de servicio y apostolado, por la relación de cercanía que establecemos con los hermanos y la misión que compartimos.
  • También sentimos la necesidad de acompañar estos procesos que se van generando en las distintas presencias maristas y en Venezuela. La pedagogía de Jesús nos sugiere un camino que se realiza junto con otros: (a) en una multitud de seguidores quienes escuchan sus enseñanzas y (b) en la comunidad de discípulos y discípulas en intimidad con Jesús, con quienes establece relaciones más estrechas y un acompañamiento más personal. Es así como sentimos la llamada de provocar experiencias de ser comunidades, más que equipos de trabajo, al estilo de las primeras comunidades cristianas. Tal experiencia puede darle nuevos rumbos a nuestro caminar, con estructuras de animación que vinculen y creen redes de apoyo. La formación es un aspecto esencial en este acompañamiento. Pensamos en una formación compartida en comunidad, que contemple aspectos de la propia vida, que sea integral y que abarquen diferentes dimensiones (humana, cristiana, marista, social).

Según estas intuiciones hemos podido constatar que:

  1. Ser laico marista es una opción de vida, es una llamada personal de Dios desde el carisma marista. Esa llamada es la que queremos compartir, alimentar y testimoniar en nuestras comunidades laicales.
  2. Los que sentimos esa llamada de Dios encontramos en ella el sentido de nuestra vida y a nuestro quehacer que se da de muchas maneras y con distintos rostros: el maestro, la profesora, el compañero del personal de apoyo, el animador de grupos juveniles, el exalumno, el estudiante universitario;  la vecina del barrio, el catequista, el párroco, el obispo, el joven profesional, la pareja de novios, los matrimonios con sus niños… y así se van dibujando una gama de expresiones que se funden como los colores en un arco iris, en un solo rayo de luz.
  3. Los laicos maristas de Venezuela, desde los inicios, hemos recogido la diversidad del laicado en nuestras obras y presencias. Lo concebimos como un proceso humano que no está hecho o acabado. Es un movimiento que se va adaptando y reajustando, de acuerdo a realidades personales y locales. Por eso en este IV encuentro nacional, vemos como una necesidad el discernir cómo vivir esta vocación en comunidades laicales maristas, adaptando a nuestra realidad laical lo que Marcelino quiso construir en la primera comunidad de La Valla.

En este momento del caminar del laicado marista en Venezuela, identificamos algunas tareas que nos retan y que requieren de respuestas:

  1. Estudio y Reflexiónque nos permita establecer la identidad de movimiento, integrada por comunidades animadoras de las diferentes obras.
  2. La creación  de itinerarios formativos sobre la vocación laical marista, donde se promueva la vocación laical marista a partir de la vida y las realidades personales y locales.

Extendemos la invitación a vivir el laicado marista a todos aquellos que se sienten llamados por Dios a seguir las huellas de Marcelino Champagnat. Es una oportunidad única, un signo de los tiempos que nos invita a vivir y compartir con audacia el carisma marista. Con la participación de los laicos de las diferentes obras, podemos hacer vida el Movimiento del Laicado Marista de Venezuela. Agradecemos a quienes han impulsado las acciones desde el Equipo de Laicos Nacional, su servicio y entrega en este tiempo ha contribuido en los pasos que se han dado. Extendemos nuestro agradecimiento a todos aquellos que desde las obras y presencias maristas, han apoyado.

Los laicos y laicas maristas de Champagnat nos implicamos junto a los Hermanos en el desafío de ayudar a nacer la aurora de una nueva vida marista y fortalecer la existente haciéndola más creativa, fiel, dinámica y profética. De nuestra respuesta depende el futuro de una Venezuela Marista revitalizada.

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IV Encuentro Nacional de Laicos Maristas de Champagnat
Venezuela – 2012.

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