18 de julio de 2005 ESPAñA

Dios se hace Vida cuando la vivimos

Una vez, me dijo un hermano: ?Todo llega, todo pasa, la vida sigue?. Estas palabras regresan ahora con fuerza a mi vida. Empezó el noviciado, terminó el noviciado, y la vida sigue. Pero… ¿seguirá de la misma manera? ¡Confío en que no! Esta experiencia de dos años de encuentro intenso con Dios, y que he vivido de una manera personal y directa, no me va a consentir que yo siga viviendo igual que antes, como si nada hubiese cambiado en mi vida. Tengo que decir, que el noviciado, en Sevilla, fue un verdadero regalo de Dios, una gracia que difícilmente puede expresarse con nuestras pobres palabras.
Esta etapa llegó a su fin. Comienza ahora una nueva etapa con mi primera profesión. Es un nuevo paso que quiere ser un nuevo SÍ a la llamada de Dios a vivir al estilo de María, como Marcelino, al servicio de los jóvenes. Y este compromiso público me pide que continúe cada día el noviciado, que continúe la ?cristificación? de mis actitudes y de mi conducta, que cada día sea más cristiano, que dé un testimonio verdadero del Amor de Jesús por el mundo y por los hombres.

Cuando pienso en todo el camino recorrido durante estos últimos años, experimento, al mismo tiempo, un algo que me deja atónito. Dios es realmente una caja llena de sorpresas?, que, cuando uno se deja conducir, te lleva por caminos insospechados. Pero son caminos que los podemos recorrer siempre con confianza, porque, por muy duros que sean, Dios mantiene su fidelidad para con nosotros y Jesús camina a nuestro lado, delante de nosotros, detrás de nosotros… Cuando experimento el amor que Dios me tiene y me siento realmente amado por este Padre bondadoso, no consigo expresar esta realidad que vivo.
Y al pedirme que dé mi testimonio, sólo consigo decir que, en el fondo, soy incapaz de explicar de qué se trata. En efecto, Dios no se hace VIDA cuando la explicamos; Dios se hace Vida cuando la vivimos. Ha entrado en mi vida, no a través de las palabras, sino a través de la vida misma. ¡Y ahora espero saber hablar de Él con mi vida!

VOLVER

Programa: Indeferencia Cero...

SIGUIENTE

Tenemos que hacer algo, aunque sea poco, pequ...