17 de octubre de 2006 ESPAñA

«Doy gracias al Padre por mi vocación de hermano»

«Formáis parte de mi historia, la misma que Dios ha mimado durante toda mi vida, y quisiera celebrar con vosotros ese amor que Dios me tiene». Con estas palabras el hermano Juan Pablo invitaba a todos los estamentos de la Provincia Mediterránea a ser testigos de su consagración definitiva a Dios en la congregación marista.

La ceremonia tuvo lugar en el colegio de Sevilla, donde actualmente trabaja Juan Pablo, durante la mañana del 23 de septiembre. Estuvieron presentes casi trescientas personas: hermanos de prácticamente todas las comunidades de la Provincia, animadores y agentes de pastoral, miembros de fraternidades maristas, alumnos y padres de alumnos de su colegio… y, por supuesto, sus padres y sus dos hermanos. Durante su intervención, el hermano Manuel Jorques, provincial, manifestó: «Manuel y Mari Carmen, vuestro hijo es una verdadera bendición de Dios para vuestra familia, como lo es para la Iglesia y para la congregación marista. Estad orgullosos y agradecidos porque Dios se ha fijado en vuestra familia para elegir a uno de vuestros hijos para que viva el carisma de san Marcelino».

Y, dirigiéndose a Juan Pablo, el hermano Manuel añadió: «Evangeliza tu vida día a día para evangelizar con tu vida. Recupera y vive el valor del silencio, pues desde el silencio del corazón, como lo hizo María, escucharás mejor a Dios y a los jóvenes. Y, por último, vive y ayuda a construir tu comunidad».

El nuevo profeso puso fin a la eucaristía transmitiendo los sentimientos que tenía en esos momentos: «Doy gracias, y con mayúscula, al Padre por mi vocación de hermano, que, aunque sé que no es fácil, es apasionante. Sí, creo que Dios me ha querido con locura y veo en la figura de Champagnat un reflejo de mi vida. Estar como hermano ante los niños y jóvenes e intentar dar sentido a sus vidas desde el sentido que le doy a la mía, ayudarles a ser felices, a descubrir a un Dios que les ama incondicionalmente ha sido una labor que me ha llenado por completo y ha impulsado mi vocación».

Acabada la misa, todos los presentes pudieron departir una comida de hermandad en un ambiente de fiesta y familia.

Estudiaba el hermano Juan Pablo los últimos cursos en el colegio de marista de Badajoz, donde formaba parte de los grupos de vida cristiana, cuando decidió plantearse un discernimiento vocacional. Pidió ir al postulantado de Castilleja de la Cuesta (Sevilla). Tenía entonces 18 años. Luego pasó al noviciado de Torrente (Valencia) y en 1999 emitió sus primeros votos. En el posnoviciado en Granada permaneció cuatro años durante los cuales hizo estudios de magisterio y de teología. Luego fue destinado a su primer colegio: Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Hermano José Delgado García

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