2 de noviembre de 2013 BRASIL

H. James Pinheiro dos Santos

La Comisión Internacional Hermanos Hoy se reunió en Roma, en julio pasado. En esta ocasión hablamos con algunos de sus miembros. Hoy presentamos la conversación que mantuvimos con el Hno. James Pinheiro dos Santos, de la Provincia Brasil Centro-Norte.

 

Dinos algo de ti mismo…

Soy brasileño, del estado de Maranhão, de una ciudad llamada Balsas. Soy el menor de una familia de tres hijos y tercer Hermano Marista de mi familia. Los otros dos son mis tíos Joaci Pinheiro y Joarês Pinheiro. Vivo la vocación y la misión en la Provincia Brasil Centro-Norte desde 1999, cuando ingresé en el  Instituto. Ya he trabajado en algunos frentes de misión; entre ellos destaco los Centros Maristas de Juventud y la coordinación provincial de la Animación Vocacional, que me apasionan e interesan mucho.

En la actualidad (2013-2015), soy el responsable de algunos organismos provinciales, del área ejecutiva de la Provincia cuya misión es articular la Comisión de Formación y Vida Religiosa (formación, comunidades, hermanos jóvenes, hermanos de mediana edad, animadores comunitarios, casas de hermanos mayores, etc.), la Comisión de Patrimonio y Espiritualidad maristas (Centros de conservación histórica, etc.) y la Comisión de Pastoral (animación vocacional, evangelización y laicado). Además de esta misión específica en la Provincia, formo parte de la Comisión de Vida Religiosa y Laicado en UMBRASIL, de la subcomisión de Hermanos de América y de la Comisión Internacional Hermanos Hoy.

 

¿Qué significa para ti ser hermano hoy?

Significa ser amante de la juventud, tras las huellas de Champagnat; creer que otro mundo es posible,  que se puede crecer personal y comunitariamente en todos los ámbitos de la vida humana. Ser hermano hoy significa asumir más radicalmente la causa de Jesús, siendo presencia significativa entre las personas, contribuyendo a la felicidad de las mismas y siendo testimonio y referencia positiva entre los niños, adolescentes y jóvenes, mostrando que vale la pena vivir y asumir la vocación de hermano en el mundo actual.

 

¿La promoción vocacional es una tarea importante para el Instituto? ¿Como debería llevarse a cabo?

La animación vocacional solo puede ser asumida cuando estamos apasionados por nuestra propia vocación. Es una tarea vital para el Instituto, pero sobre todo es una posibilidad para que muchos hermanos se entusiasmen con su vocación, para que los laicos adhieran al carisma y la misión maristas, y una oportunidad para que los jóvenes sigan a Jesús de Nazaret, al estilo de María, como hermanos.

Creo en una animación vocacional sustentada por procesos, vivencias, adhesión, construcción del proyecto de vida, y que sea asumida como prioridad por el Instituto, las provincias, las comunidades, los hermanos y los laicos. No podemos dejar de creer que hay jóvenes interesados en vivir el carisma marista hoy. Lo que nos falta, a veces, es entusiasmo y compromiso con esa causa.

Necesitamos tener personas específicas y liberadas para este servicio; hace falta poner a disposición materiales y recursos en este campo, planificar con cuidado las acciones, garantizar procesos y metodologías adecuadas para el acompañamiento, un itinerario vocacional adaptado a la realidad marista y principalmente personas (hermanos y laicos) para dinamizar y acompañar a todos aquellos que sienten una llamada especial.

 

A casi 200 años de la fundación del Instituto, ¿cuáles son los desafíos para los hermanos hoy? ¿ Siguen siendo actuales los retos que Marcelino asumió?

Pienso que los grandes retos para los hermanos se sitúan actualmente en el campo de la vida religiosa y de la misión, y en la manera de abordarlos. ¿Cómo conciliar vida religiosa y gestión al servicio de la misión? La internacionalidad es otro gran reto que percibo hoy en día. Somos hermanos para el Instituto y no solo para una Provincia específica. Otros retos que percibo son la adhesión y el compromiso de vivir en comunidades vivas y dinámicas, con una animación vocacional que englobe las diversas vocaciones.

Los retos asumidos por Champagnat son pertinentes y actuales, ya que nos estimulan a volver a nuestros orígenes y a percibir el verdadero sentido de nuestro Instituto: hacer que niños, adolescentes, jóvenes y adultos conozcan, amen y sigan a Jesús.

 

¿Qué experiencias particulares viven los hermanos de tu región que pueden servir de ejemplo para el Instituto?

Creo que la experiencia de animación vocacional que vivimos en nuestra región puede ser de ayuda al Instituto, en la perspectiva de compartir iniciativas. Hemos asumido esta dimensión como prioridad provincial en los dos últimos Capítulos, dedicando personas, recursos y tiempo para este fin.

En la actualidad vislumbramos y estamos poniendo en práctica otros proyectos vocacionales: acompañamiento virtual, núcleos vocacionales dirigidos por laicos, sean del MChFM o colaboradores, presencia en ciudades que no  conocen a los Hermanos Maristas, formandos que contribuyen desde la primera etapa a la construcción de un cultivo vocacional, formación de animadores vocacionales de la Provincia y competencia en la formación de animadores de otras congregaciones. Estas son algunas de las experiencias que hemos vivido entre nosotros, cuyos resultados demuestran que estamos en lo cierto y que es un camino que debemos proseguir.

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