Jóvenes maristas
Hace ya casi 70 años que los hermanos llegaron a Guatemala para encargarse de un colegio en la ciudad capital. El sueño de Champagnat comenzó a gestarse en este país y hoy sigue ilusionando a muchos hermanos, maestros, padres de familia y jóvenes de diferentes ambientes.
La presencia marista en Guatemala, el testimonio de tantos hermanos que han entregado su vida y la alegría que sentimos de ser maristas fueron los motivos que nos reunieron, el 3 y 4 de junio, a 175 jóvenes (hermanos, alumnos, exalumnos y miembros del movimiento REMAR) para compartir, reflexionar, orar y celebrar el don que el Espíritu concedió a Marcelino y del cual nos sentimos herederos.
El lugar escogido fue Chichicastenango, ubicado en el departamento de El Quiché, donde los hermanos están presentes desde 1985 y animan el Instituto Tecnológico Quiché. Ahí acudimos desde los diferentes centros educativos y parroquias donde hay presencia marista en Guatemala.
En el momento de reflexión, el hermano Adolfo Cermeño, Provincial de América Central, nos invitaba a descubrir los elementos esenciales del carisma marista, que Marcelino nos heredó en su Testamento Espiritual. El testimonio de la señora Carmelina, laica que se formó con los hermanos en Chichicastenango y que ahora trabaja como catequista en la parroquia del lugar, nos invitaba a hacer vida el carisma marista en cada lugar y situación donde estamos.
En el encuentro también tuvimos un festival artístico, reflexionamos en pequeños grupos, pintamos unos murales y celebramos la Eucaristía, sintiéndonos enviados por el Espíritu de Jesús resucitado para hacer realidad un sueño, el sueño de Marcelino, que nos ilusiona y llena de esperanza.