24 de septiembre de 2010 FRANCIA

LHermitage: un icono y un reto

El 22 de septiembre de 2010 se inauguró oficialmente la renovada casa del Hermitage con la participación de hermanos, autoridades, amigos y simpatizantes de la obra marista, trabajadores y empresas, acogidos por una comunidad mixta de hermanos y laicos de procedencia internacional.Los que pudieron llegar sin premura de tiempo pudieron disfrutar de una mañana tranquila en la que el arquitecto Joan Puig-Pey pudo acompañarles por las nuevas instalaciones destacando numerosos detalles del trabajo realizado y llenando sus explicaciones técnicas con reflexiones desde la persona y el carisma de Champagnat, además de algunas sabrosas anécdotas.Al final de la mañana se celebró la misa de acción de gracias por la conclusión de los trabajos. En ella intervinieron numerosas personas a través de signos y de participación en la oración de los fieles. El hermano Jean Pierre Destombes, Superior de la comunidad, destacó en la homilía el alcance y significado de la celebración.El acto académico religioso de la tarde se inició con un saludo de acogida del hermano Jean Pierre Destombes, Superior de la comunidad. Hizo alusión al hermoso marco arquitectónico en el que se encontraban, el patio de San José, que es el distribuidor de esta casa renovada, en el que se cruzan numerosos itinerarios y recorrido, lleno de luz y de símbolos.El hermano Maurice Berquet, Provincial de la Provincia l?Hermitage dedicó su intervención a agradecer a todas las personas que han intervenido en los trabajos de renovación del nuevo Hermitage. Destacó, sobre todo, entre los presentes, las personas de los hermanos Seán Sammon, y Luis García Sobrado, Superior general y Vicario, cuando se lanzó el proyecto, ?recibido entre los provinciales con entusiasmo y con interrogantes?. Al inaugurarlo el hermano Maurice ha podido afirmar que ?nadie, entre los miembros del Consejo provincial de entonces, hubiera sospechado la amplitud del apoyo que hemos recibido?.Siguieron los agradecimientos a la comunidad internacional que acoge en el Hermitage a los peregrinos, ?signo de fraternidad sin fronteras?. Sin ellos ?los muros no serían nada?. Al arquitecto Joan Puig-Pey y a los arquitectos de su equipo les manifestó su admiración y gratitud porque han sabido ?destacar el aspecto histórico del edificio al mismo tiempo que lo han adaptado a las necesidades del mundo actual?. Se mostró agradecido con los voluntarios que han colaborado en el funcionamiento de la casa y con la asociación de Amigos del N.D de l?Hermitage que apoyan la gestión del entorno. Extendió su gratitud a los provinciales de Europa, a los hermanos y personas llegados de diversos países que ?han puesto de manifiesto el carácter, a la vez, familiar e internacional de esta casa?. Y concluyó el capítulo de la gratitud dirigiéndose al obispo de Saint-Etienne, Dominique Lebrun, a quien agradeció su participación en la bendición del nuevo Hermitage, santuario donde reposan los restos de un santo de la diócesis, al que llegan en peregrinación ?hermanos y laicos de todos los rincones del mundo?. Y concluyó afirmando: ?Me siento muy feliz de acogeros a todos en la casa renovada de Marcelino Champagnat?.El diputado Sr. Rochebloine, antiguo alumno de los hermanos, manifestó sus satisfacción por poder participar de este acto y destacó que ?había quedado marcado profundamente por la pedagogía de ?frères bleus?, como eran conocidos los hermanos en la zona?.A continuación tomó la palabra el Señor Philippe Kizirian, Alcalde de Saint Chamond que destacó la importancia que ocupa el Hermitage ?en la difusión cultural y espiritual en nuestra ciudad?. Dedicó su felicitación al Arquitecto que ?ha llenado las expectativas de la comunidad marista al traducir sus deseos a través del color, la distribución y la disposición de los espacios propicios para el recogimiento, y los dedicados a la convivencia y el encuentro, abiertos a todos los que quieren reflexionar personalmente o en grupo?. También agradeció que se haya sabido ?preservar el río Gier, símbolo de esta nuestra ciudad?. La gratitud se alargó a todo el Instituto pues ?personas del mundo entero conocen Saint-Chamond gracias a vosotros?, afirmó. Y concluyó deseando ?que este bello equipamiento sea un lugar de espiritualidad, de convivencia, de concordia, al mismo tiempo que un lugar polivalente y práctico para realizar intercambios culturales con resonancia internacional?.Los asistentes pudieron participar en una visita guiada por los diferentes ambientes de la casa en los que se ha puesto de relieve el aspecto histórico enmarcado en los lugares donde ocurrieron los acontecimientos.Una vez concluido el recorrido por la casa, el obispo de Saint-Etienne, Dominique Lebrun, bendijo la casa. Fue el momento en que recordó que esta casa internacional es el santuario del único santo reconocido canónicamente en su diócesis. Por eso esta casa es vista en la diócesis como un centro de renovación del corazón. Todos los asistentes se trasladaron en procesión, por el exterior de la casa, hasta la capilla donde reposan los restos de San Marcelino Champagnat. En ese ambiente se leyeron las palabras del mensaje del hermano Emili Turú, Superior general.En su mensaje con ocasión de esta inauguración subrayó que ?tanto la construcción del Hermitage por parte del Padre Champagnat, como el Hermitage renovado, que tenemos ante nuestros ojos, son la expresión de un acto de fe en el futuro? lleno de esperanza?. Y destacó que para el Instituto el Hermitage renovado es un icono de una iglesia comunión, con rostro mariano, un icono de espiritualidad marista y un icono del trabajo de renovación que se realiza en el Instituto. Y concluyó deseando que ?el Hermitage renovado pueda seguir siendo fiel al espíritu de universalidad, audacia y creatividad que animaba al Padre Champagnat?.En el patio de San José ha quedado como recuerdo un cuadro, escrito en árabe, realizado por los pintores de religión musulmana, que han intervenido en los trabajos de la casa, mediante el que han querido dejar de manifiesto su gratitud y admiración por el trato y la experiencia que han vivido durante los trabajos. El texto de un proverbio árabe dice: ?No se pueden ocultar los rayos del sol ni se puede apagar la luz de la verdad?.Otra placa recoge el nombre de todos los que han intervenido en la construcción, por orden alfabético, sin destacar con grafías o signos especiales a los arquitectos, ingenieros o encargados de la obra. Un signo hermoso de una comunidad de trabajo acompañada por el carisma marista que manifiesta el rostro mariano de la comunidad de hermanos.Se cierra así un capítulo de preparación del futuro. La obra realizada no es un museo, aunque hay referencias al pasado, sino una obra del presente, que nos toca vivir, abierta al futuro con gran fe y una sólida esperanza para afrontar el desafío de los tiempos nuevos. El Hermitage parte hacia el porvenir con la seguridad de que María seguirá haciéndolo todo entre nosotros.

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