Carta a Marcelino

M. Charles-Julien Tripier

1828-09-01

Buen cristiano, célibe, el Sr.Tripier gastó su fortuna en obras de asistencia social. Hay una página maravillosa del H.Avit sobre el Sr.Tripier, describiendo su modo cristiano de pensar y de actuar (ver a ?Annales de l?Institut?, vol 1, P. 70, nº 53 54.) Fue gran bienhechor de la escuela de los Hermanos en Neuville. Mantuvo la escuela con donaciones desde la fundación hasta 1833, cuando la escuela pasó a ser de la comuna, con el pago de los Hermanos asegurado por la municipalidad. Al final de lo segundo año lectivo, los Hermanos estaban dispuestos a cerrar la escuela y regresar a l?Hermitage, por falta del pago estipulado. El Sr.Tripier interviene una vez más, tomando la iniciativa de escribir esta carta, narrando las dificultades que encuentra para conseguir donaciones; exprime disgusto por el desinterés de las autoridades y reafirma su propósito de mantener funcionando la escuela. Más tarde, en 1837, encontraremos una segunda carta del Sr.Tripier al P.Champagnat, siempre en defensa de los Hermanos (PS 142). (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Neuville, a 1 de septiembre de 1828.

Reverendo Padre Superior:

Hemos sido avisados por sus Hermanos de Neuville del día en que debían dejarnos; y como la Junta Directiva debía reunirse enseguida para deliberar sobre la falta de fondos del tesorero con el fin de hallar algunos medios para allegarlos; dicha reunión sólo se pudo realizar ayer, a causa de la ausencia del Sr. Alcalde.

En primer lugar se ha tratado de fijar la cantidad que se les debía por el año en curso, puesto que, según se decía, solamente habíamos pedido dos Hermanos y no tres. Por lo tanto debíamos únicamente ochocientos francos; pero atendiendo a que Ud. se ha visto obligado a enviar un tercero, con motivo del que estaba enfermo, y de que habiéndole dejado sin que nosotros le rogáramos retirar a uno de los tres, debíamos completar la cantidad a mil francos.

Para cumplir esta resolución se ha tenido que proceder a una solicitud de fondos a los miembros de la Directiva, que, en lugar de doce no resultaron si no cuatro. El Sr. Alcalde ha dado, por mi insistencia, 50 francos; su servidor, 50; el Sr. Cura, 50; el Sr. Armand, sólo 5, y el Sr. Manteguiy, 5. No obstante, estas pequeñas cantidades sumadas a lo que tenía el tesorero nos ha dado un total de 932 francos. Por tanto, faltaban todavía 68..de los que nos habíamos encargado, particularmente yo y el Sr. Cura. Pero, como no se ha efectuado su pago al H.Director, me he decidido a entregárselos personalmente, no queriendo se vieran obligados a marcharse descontentos y llevarle a Ud. la menor queja sobre este asunto.

Apenado como lo he sido por la poca diligencia de los srs. Administradores en sostener debidamente esta empresa con los medios que estaban a su alcance y también por el desaliento que algunos han manifestado: he creído, en la presencia de Dios, tener que redoblar mi valor para sostener esta buena obra, para gloria de Dios y provecho de los jóvenes de Neuville y sus alrededores, y en constituirme, como quien dice, en su protector; pues me doy cuenta de que cuantos más son, menos se logra.

Esto es, Reverendo Padre, cuanto me queda por hacer, entendiéndome con Ud. Los propios Hermanos cobrarán la mensualidad a sus alumnos, e incluso por adelantado, si Ud. lo juzga oportuno.

Aun sosteniendo, pues tengo motivos para sospecharlo, que ellos no hayan podido cobrar este primer año de 1829 los ochocientos francos por los dos Hermanos, pienso conseguir algunas cosas de las rentas de la Iglesia, por mediación del Sr. Cura y todavía, algo también de la alcaldía, por medio del Sr. Alcalde; y si esto no es suficiente, yo mismo lo adelantaré. Puede Ud. contar con mi palabra. Estoy seguro de que esta escuela prosperará como Ud. lo desea, para gran satisfacción mía y de los padres de estos jóvenes.

Ud. pensará como yo que, al relanzar esta escuela abandonada, es absolutamente necesario que me vuelva a enviar a los mismos Hermanos, y especialmente al primero, quien conociendo a todos los padres de los alumnos que tan bien ha dirigido, tendrá igualmente toda la influencia para conseguir que sus hijos aporten sus mensualidades por adelantado. Absolutamente nadie más que él podría hacerlo, ya que los despreocuados por esta escuela así como los enemigos que pueda tener se aprovecharían hábilmente de las circunstancia de ser nuevos los Hermanos, sea para no querer pagar la mensualidad por adelantado, o bien para asquear a los Hermanos haciendo lo imposible para desconcertarlos, y de este modo anular esta buena obra.

Espero confiado que, al cumplir de esa forma mis proyectos, Ud. tendrá la oportunidad de comprobar la prosperidad de esta escuela como yo la veo por anticipado, contando con la protección divina que siempre con cede Dios a quienes depositan en él toda su esperanza.

Hubiera querido trasladarme en seguida a su lado para conferenciar juntos más extensamente sobre este importante asunto que quiero mantener a todo trance, pero un viaje imprescindible a Suris, adonde me llama el Sr. De Bouffleu, me obliga a retrasar la entrevista con Ud. de tres semanas a un mes; o más pronto, si mis correrías se pueden acortar.

Pero, en todo caso, cuento con que Ud. me enviará los dos Hermanos que le pido encarecidamente, en los primeros días de octubre, para que los alumnos no pierdan el fruto de los esfuerzos que han hecho los Hermanos durante el curso escolar, debido a unas vacaciones demasiado largas, lo cual les resulta muy nocivo; no sea que los padres de familia. cansados de ver a sus hijos entregados al derroche y al desenfreno, tomen la resolución de colocarlos en otra parte.

Sírvase recibir los respetuosos sentimientos de su servidor, TRIPIER.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 129.03

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