En esta carta, con mucha dicha el P.Madinier anuncia al P.Champagnat que la casa está lista y que los Hermanos pueden venir. La escuela fue abierta en diciembre de 1836 y funcionó muy bien. H.Avit , autor de los Anales del Instituto, natural de St.Didier, frecuentó esa escuela de los Hermanos durante seis meses en su primer año de funcionamiento. Prestó testimonio de su admiración por los Hermanos con estas palabras: ?La escuela que los Hermanos abrieron en S. Didier luego vació aquélla de los seglares. Yo la frecuenté por seis meses y en ese breve período aprendí mucho más que todo cuanto me habían enseñado los ?pedagogos? durante diez inviernos? (ver a ?Annales de l?Institut?, vol I, P. XV). El celoso P.Madinier, más adelante, en 1838, escribirá al P.Champagnat sobre ciertas cuestiones disciplinarias en la escuela. Tal carta no fue conservada, pero tenemos la respuesta que el P.Champagnat le envió (PS 298). (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

St.Didier-sur-Chalaronne, a 3 de diciembre de 1836.

Muy señor mío:

No me atrevía escribirle para pedirle que nos enviara Hermanos a St.Didier porque la escalera aún no la hemos terminado. Esta y la chimenea de la cocina estarán terminadas para cuando Ud. reciba esta carta. El mobiliario ya está listo, las camas se encuentran en el cuarto donde dormirán los Hermanos en le Bourg. Ya hay cuatro mesas para escribir en una de las clases. El huerto ha sido drenado a cuatro pies de profundidad; ha sido necesario extraer cerca de dos mil carretadas de grava para rellenar los patios con un espesor de dos pies, para hacerlos sanos y protegerlos del lodo. Actualmente se traen carretadas de tierra para nivelar el huerto. Todo esto ha sido hecho por gente llena de buena voluntad. Como todos querían colaborar, me he visto obligado a dividir la parroquia en ocho secciones, y he indicado el día que puede venir cada sector. A pesar de ello ha habido días en que se juntaban hasta 25 ó 27 obreros armados con sus picos, palas, layas, parihuelas y algunas carretas.

Mañana invitaremos a los boyeros a que vengan el lunes y el martes con el fin de que el terraplén del huerto esté terminado antes de la llegada de los Hermanos. Estamos anunciando su venida durante el curso de esta semana. Sírvase pues hacerles partir tan pronto le llegue esta carta. Todos desean su pronta venida; no cesan de preguntarme cuando va a ser. Sírvase asimismo darnos Hermanos muy capaces, pues el demonio, molesto por todo el celo que se ha puesto en esta fundación, ha intentado esparcir su veneno para paralizarlo todo, pero nada ha logrado. Nos ha sido fácil acallar los infundios que se quería propalar y demostrar la equivocación que cometían las malas lenguas. Buenos Hermanos, con su habilidad y sabiduría acabarán de destruir esos vanos esfuerzos del demonio.

En cuanto a los bancos de la escuela, esperamos que lleguen los Hermanos para encargarlos, no sea que nos equivoquemos en las medidas de anchura, altura y longitud. Quedarán rápidamente hechas si las encargamos a carpinteros diversos. Mientras tanto se podrá hacer uso de los bancos de la Iglesia.

Temo que los Hermanos no podrán trasladarse a través del Saône, pues está tan crecido, y aún sigue creciendo día a día, que los barcos de vapor ya no lo navegan. Cuando lleguen a Lyon podrían tomar el coche de Macon y descender a la casa Blanca, aunque sin embargo se toparán de inmediato con un Saône de legua y media, que habrán de atravesar en barco. Otro modo sería irse a Neuville y luego seguir a pie. O también, tomar el coche de Trévoux que va a Bourg; se apearían en Chatillon les Dombes, y luego caminarían dos buenas leguas para llegara St.Didier, por una ruta espaciosa. En resumen, cualquiera que sea su decisión, recomiéndeles de llegar aquí lo antes posible, pues se les espera con particular ilusión.

Tengo el honor de ser, muy señor mío, su muy humilde y seguro servidor,

MADINIER, Párroco.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 129.25