El P.Mathias Debelay, párroco de Nantua, por intermedio de su Obispo, D.Devie, dirigió solicitud, en octubre de 1837, para que los Hermanos asumiesen la escuela local. Pasados seis meses, él mismo renovó el pedido, con el texto de esta bella carta, haciendo planes para acoger a los Hermanos en el inicio del nuevo año escolar, noviembre de 1838. Ya se había dispuesto todo cuanto era necesario para la escuela y para el pago de los Hermanos. Pero, a pesar de la promesa hecha, el P.Champagnat no consiguió atenderlo en 1838 y tampoco en 1839. En el inicio de 1839 el obispo de Belley volvió a insistir ante el P.Champagnat. Lo mismo será hecho por el P.Debelay, en abril de 1840. Finalmente la presencia de los Hermanos en Nantua se concretó en noviembre de 1840. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Nantua, a 18 de abril de 1838.

Estimado Presbítero:

Ud. no habrá olvidado que el año pasado, el Sr. Obispo de Belley se dignó escribirle para solicitarle tres Hermanos para Nantua. Me comunicó que dados los compromisos que Ud. tenía contraídos previamente no le era posible responder favorablemente a la petición de la que él se había hecho mi intérprete, para noviembre de 1837. Pero que Ud. podría darme satisfacción durante el presente año, esto es, para octubre próximo.

Y así, fiándome de su promesa, he alquilado, en consecuencia, una hermosa casa junto a la iglesia, y que dispone de cuantas dependencias son precisas para la buena marcha de esta obra, que considero tan importante para la mejora de mi parroquia. Asimismo me he puesto en plan de amueblarla y de dotarla de todo aquello que prescriben sus reglamentos.

Pero, con el fin de asegurar el éxito que espero de esta escuela, es necesario, que Ud. me proporcione sujetos muy capacitados, puesto que quiero no sólo que compitan ventajosamente con los 4 ó 5 maestros particulares que hay en la población, sino que además tomen el lugar del maestro oficial, a quien el Consejo Municipal paga anualmente de 1000 a 1200 francos, aparte del alojamiento. El apoyo y la dedicación personal que yo ofreceré a esta escuela, la cooperación decidida que la gente buena, tan numerosa en Nantua, nos harán lograr rápidamente el fin apetecido. Desde luego, y de ello no dudo, siempre y cuando Ud. nos conceda sujetos dignos de su Instituto y de nuestra ansiada espera.

Sírvase aceptar, estimado Presbítero, la seguridad de mi respetuosa consideración. Su muy humilde y seguro servidor,

DEBELAY, Párroco.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 129.50