Carta a Marcelino

P. Claude-Marie Page

1840-06-10

El P.Champagnat había fallecido hacía cuatro días cuando esa carta le fue dirigida. El texto es respuesta a una carta del día 5 de junio, que el P.Page atribuye al Fundador pero que, en realidad, es del H.Francisco, porque era él quien, poco a poco, al final de la vida del Fundador iba contestando en nombre del P.Champagnat. De l?Hermitage se anunciaba la necesidad de postergar aún por un año el envío de Hermanos para Digoin. El P.Page escribió esa larga carta, externando su desazón. Al mismo tiempo relata todo lo que ya hizo en términos de gastos y compromisos para fundar la escuela. Habla también de los efectos negativos que podrían acaecer de la no venida de los Hermanos en aquel año. Concluye la carta haciendo apelo a la bondad del Superior y confiando todo a la Virgen Maria.. Esta alusión mariana fue feliz, pues los Hermanos abrieron la escuela de Digoin en noviembre de 1840. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Digoin, a 10 de junio de 1840.

R.P.Superior:

Al leer su carta del 5 de los corrientes se me cayeron los brazos y me entró el desánimo: diferir todavía un año el inicio de nuestro establecimiento será retardarlo de ocho o diez años. Una vez que los maestros de la escuela normal se establezcan en Digoin, no será cosa fácil deshacerse de ellos. Y eso es precisamente lo que va a ocurrir. Se ve con desagrado en Macon que los jóvenes de Digoin no estén atendidos en cuanto a escuela. Macon ha estado pacientando año con año, pero ya no está dispuesto a seguir haciéndolo.

Según mi experiencia y conocimiento de mi parroquia le puedo asegurar que con toda tranquilidad nos puede prometer enviarnos sus Hermanos para este año. Verá como no tendrá nada que reprocharme. Se dará cuenta de que le he hablado con conocimiento de causa. Tenga la certeza: nuestra escuela prosperará. Pero si por el contrario no nos hace a mi y a mis feligreses el honor de darnos crédito, tendremos, Ud. y nosotros, la amargura de saber que en Digoin se sufre una grave carencia, y por varios años. No debe Ud. pensar que porque algunas parroquias le han dado motivo de disgusto, la de Digoin también lo hará. No, de ningún modo. Si yo hubiera tenido temores fundados para ello, no me hubiera atrevido a hacer todo lo que he hecho en relación con la escuela.

¿Qué hay que hacer, R.P.Superior, para lograr que Ud. se decida a acceder a nuestros deseos para este año? Tenemos un alojamiento de lo más encantador, completo y saludable. Estoy persuadido de que si Ud. lo viera quedaría maravillado y desearía que ese fuese el alojamiento permanente de sus Hermanos. En cuanto a los gastos del primer año, le tengo asegurada la retribución para la Casa Madre, unos 4000 francos. Luego, para el salario anual los Hermanos no tendrán ningún apuro: se les pagará con exactitud. Hágame la bondad de dar crédito a mi palabra. R.P.Superior, todo el mundo los espera con tal ilusión que de no venir grande sería nuestro des concierto y el entusiasmo se iría al fondo del pozo. Un deseo fomentado por tanto tiempo en mi y en mis feligreses no puede perpetuarse siempre; lo que será en grave detrimento de la Religión y del éxito de nuestro proyecto.

Ud. sabe, R.P.Superior, que desde mi decisión de tener Hermanos, no he titubeado en mi elección. He puesto mi mirada sobre su Congregación, tan devota a nuestra divina Madre, y no la he desviado. Estoy persuadido de que en la hora actual en que estamos no querrá Ud. causarnos la pena de tener que ir a tocar a otras puertas, pues ya se ha resuelto en Macon: si los Hermanos no llegan este año para Todos los Santos, a más tardar, ya no tendremos Hermanos, sino que vendrán profesores seglares. Por consiguiente, se lo suplico, ahorre nos tanto mal asegurándonos que tendremos Hermanos para la próxima festividad de Todos los Santos. Dignándose responderme afirmativamente, R.P.Superior, qué alegría va Ud. a derramar en nuestros corazones. Haremos votos al cielo para que tengan todo lo necesario; y estoy persuadido de que la Sma. Virgen los apoyará para su bien y el nuestro.

He aquí que ya va para un año el arrendamiento de la casa que tengo para los Hermanos. Qué disgusto tener que abandonarla. En todo Digoin no encontraremos nada semejante. El propietario quiere saber si conservaré o no la casa. Le ruego, R.P.Superior, me saque de este aprieto; le guardaré un vivo recuerdo, lleno de gratitud. Creo haberle dado ya los detalles de esa casa, pero por temor a que Ud. no los tenga bien presentes en la memoria se los repito otra vez: Es ante todo muy saludable, está bien situada; dos bellas salas en la planta baja; en el primer piso, 5 piezas; una linda cocina; un bonito comedor; un hermoso recibidor, o sala de trabajo; dos pequeñas recámaras para dos camas; una gran alcoba donde pueden caber otras dos camas; chimeneas en los altos y los bajos; una amplia bodega; un desván muy grande para colocar camas, en caso necesario; una escalera de piedra para ir al primer piso; una escalera de madera para subir al desván; amplio patio y grande huerto, cerrado con pared, excepto al fondo, que está cercado con es pino blanco y bien tallado. El Párroco de Vauban, que me hizo el honor de visitarme, ha que dado encantado de la casa; la ha encontrado de buen tamaño y muy conveniente. Todos los que la han visto, opinan lo mismo. Podríamos conservarla, todo el tiempo que fuese necesario. Si sus ocupaciones y salud no le permiten venir a examinarla personalmente, le será fácil escribir a uno de sus Hermanos, de los Directores más cercanos para que vengan a ver lo que hay y le rinda un informe.

Acabo de saber que estuvo enfermo; me da mucha pena. Ruego al Señor que pronto lo alivie y que lo conserve a su comunidad, feliz bajo su paternal gobierno. Saludos respetuosos para mi estimado H. Francisco, rogándole le ayude a Ud. durante su convalecencia a realizar prontamente nuestra santa empresa, cuyo retardo podría bien considerarse como ganancia para el demonio.

Le ruego acepte, una vez más, la certeza de mi profundo respeto con que tengo el honor, R.P.Superior, de ser su humilde y seguro servidor,

PAGE, Párroco de Digoin.

PS. Ud me perdonará, por favor, por haber sido tan extenso, pero es un corazón desolado el que le habla y que se acerca a Ud. para solicitar compasión por nosotros. Espero firmemente que la Sma. Virgen, mi Madre y mi Patrona, nos obtendrá una respuesta favorable. No he comunicado su última carta a mis feligreses; espero poder leerles lleno de gozo la que ahora el R.P.Superior tenga a bien enviarme, se lo suplico.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 129.81

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