Carta de Marcelino – 034

Marcellin Champagnat

1834-01-28

De esta carta tenemos una primera copia muy cuidada de la mano de un secretario, probablemente el Hno. François. El texto expedido, conservado en los Archivos Nacionales de París, presenta importantes variantes respecto a la primera versión. Es, pues, lógico suponer que, antes de firmar la primera redacción, el Padre creyó necesario modificar algunos pasajes y lo hizo redactar de nuevo. Llamaremos A la primera versión y B a la segunda. Para simplificar la presentación las transcribimos a doble columna, recordando que el texto final es el B. Poseemos aun una tercera versión con letra distinta a la del texto B y algunas variantes que indicaremos con notas en el texto 3. Según las cifras ofrecidas por el texto, esta tercera versión es posterior a la B, pero anterior a la carta al Ministro, de 27 de noviembre de 1837, que copia la primera parte. Ignoramos cuál fue la finalidad de esta tercera versión. Como no lleva ninguna firma, puede que se trate de una simple copia puesta al día al revisar las estadísticas, sustituyendo por la expresión «escuela modelo» la de «escuela normal» que, según el ministro, se reserva para la enseñanza oficial y suprimiendo el elogio a Su Majestad dispuesto siempre a animar lo que es útil».
Otro problema es el de la fecha, que no figura en la carta enviada. La minuta RCLA 1, p. 1) da la fecha del 28 de enero de 1834, mientras la copia de la carta a Mons. Devie (n.° 74) pone en boca del Padre Champagnat «que envió la carta al Rey el 28 de febrero». Pero esta última fecha no se puede aceptar, ya que el Consejo Real aprobó los estatutos precisamente ese 28 de febrero de 1834. Habrá que quedarse, pues, con la fecha de 28 de enero.

A
Nacido en el cantón de St. Genêt Malifaux, departamento de la Loire, sólo con infinitas dificultades pude llegar a leer por falta de maestros capacitados: desde aquel momento sentí la urgente necesidad de una institución que pudiera, con menos gastos, hacer en las zonas rurales…

..lo que los Hermanos de las Escuelas Cristianas hacen en las ciudades.
Elevado al sacerdocio en 1816, ya antes de dejar el seminario de Lyon…

…pensé seriamente…

..en crear una sociedad de maestros…
.
..que creí mi deber consagrar a la Madre de Dios, convencido de que su solo nombre atraería muchos candidatos; el éxito, en pocos años,…
…ha superado mis esperanzas. En 1824, bajo la protección del Administrador Apostólico de la diócesis de Lyon, con sus favores y con las ayudas de la ciudad de St. Chamond, construí cerca de esta ciudad una casa amplia donde se encuentra actualmente la escuela modelo de la sociedad…
Veintitrés municipios están ya atendidos por personal nuestro,…
…además de esto, unos cuarenta candidatos se forman en la casa principal, y recibimos numerosas peticiones para nuevas escuelas, sobre todo después de la ley de 28 de junio de 1833 sobre la enseñanza primaria….
Animado por este éxito y por el celo que Su Majestad y su gobierno ponen en la instrucción, y considerando, por otra parte, cuánta consistencia daría una autorización legal a esta compañía, al hacerla legal, cómo favorecería su desarrollo y establecería una perfecta armonía con las autoridades locales, os presentamos con confianza nuestros estatutos con esta petición.

B

Señor,
Nacido en el cantón de St. Genêt Malifaux, departamento de la Loire sólo con infinitas dificultades pude llegar a leer y escribir, por falta de maestros capacitados: desde entonces, comprendí la urgente necesidad de una institución que pudiera, con menos gastos, procurar a los niños de las zonas rurales, la enseñanza adecuada…
…que los Hermanos de las Escuelas Cristianas ofrecen a los niños de las ciudades.
Elevado al sacerdocio en 1816, fui colocado en calidad de vicario en una zona rural;…
…lo que allí ví con mis propios ojos me hizo sentir con más fuerza todavía la importancia de poner en práctica, sin dilación, el proyecto que meditaba desde hacía mucho tiempo.
Empecé, pues, a formar a algunos maestros…
Les di el nombre de Hermanitos de María. muy convencido de que este solo nombre atraería un gran número de personas. Un rápido éxito, en pocos años, ha justificado mis suposiciones y…
…superado mis esperanzas. En 1824, bajo la protección del Administrador de la diócesis de Lyon, ayudado por este Prelado y por las buenas gentes de la región, construí cerca de la ciudad de St. Chamond una casa amplia para establecer en ella la escuela normal , de la nueva sociedad.
Setenta y dos personas de esta casa trabajan ya en un buen número de municipios,…
…sin contar unos cuarenta novicios que se preparan para seguir los pasos de los primeros.

Para crecer y prosperar, esta institución naciente, cuyos estatutos se adjuntan, sólo necesita la autorización requerida. El celo que Su Majestad pone en la enseñanza me anima a presentarle la humilde petición. ¡Majestad, seré tan feliz de obtener-la? Me atrevo a suponer que sí. Las numerosas peticiones que me llegan de todas partes y de distintos Alcaldes (sobre todo a partir de la ley de 28 de junio de 1833), la aceptación de las autoridades locales, del Sr. Prefecto de la Loire y de varios honorables diputados, que han tenido a bien asegurarme su protección , me demuestran con toda evidencia la sintonía entre mi institución y el espíritu del gobierno, entre la necesidad y los recursos de los municipios rurales, como para que pueda dudar un solo instante del éxito de mi petición .
Estoy pues, Majestad, lleno de la dulce esperanza de que esta empresa, iniciada únicamente para el bien de mis conciudadanos, será aceptada por Vuestra Majestad, dispuesta siempre a animar cuanto es útil .Los Hermanos de María, habiendo recibido de vuestra real bondad una existencia legal, os serán deudores de una gratitud eterna y se unirán a mí para declararse por siempre,
Señor muy humildes, muy obedientes y muy fieles súbditos de Vuestra Majestad. Champagnat.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según una copia, AFM, 113 .4; el envío a los Archivos Nacionales de París F. 17, fondo Hermanitos de María y la minuta AFM, RCLA 1, p. 1, n.° 1, publicada en Circ. 1, e. 182 y en Abrégé des Annales, pp. 140-141.

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