Carta de Marcelino – 066

Marcellin Champagnat

1836-07

En la misma hoja, después del texto de M. Champagnat y copiado por un aplica-do secretario, aparece un segundo texto, redactado por el R. P. Colin, que se puede ver en 0M 4, Doc. 905, pp. 49-50. Una explicación de este hecho puede ser la siguiente. A consecuencia del P. S. de la carta precedente, el Sr. Mazelier debió escribir al Padre Colin. Este no querría responderle sin consultar al Padre Champagnat. Por ello. a primeros de julio, hizo un viaje al Hermitage para conversar con él. Allí mismo, redactó cada uno su respuesta y el Padre Colin, al marchar, debió echar la carta en Rive-de-Gier, como indica el cuño postal. Por deferencia hacia su Superior, el Padre Champagnat no puso fecha en su carta, mientras el segundo texto lleva la del 7 de julio de 1836.

Señor:
El Superior General de la Sociedad me ha comunicado el proyecto de unión del que usted le había hablado y que yo mismo rumiaba desde hace mucho tiempo. Después de haberlo estudiado juntos, hemos creí-do que esta unión redundará en la mayor gloria de Dios y en bien de la religión.
Ambos tenemos el mismo fin, la educación cristiana de los niños y, para conseguirlo, empleamos los mismos medios con muy pocas diferencias.
El n.° 8 de su Prospecto , en el que usted rechaza destinar a un Hermano solo, aceptando luego esa posibilidad para lugares muy cercanos de un lugar importante de su congregación, nos parece de acuerdo con este enunciado de nuestros estatutos: «Aunque los Hermanos no van nunca menos de dos, se podrá establecer una casa central desde la que se desplazarán de uno en uno hacia los municipios cercanos. Una vez obviado este obstáculo principal, creo que nos entenderemos con bastante facilidad sobre los demás artículos de su Prospecto, que hemos leído con mucha atención. Pero no desciendo a los detalles, porque confío que tendremos una entrevista que facilitará nuestras explicaciones. En cuanto a la dificultad que usted ve para el mantenimiento de nuestra sociedad por lo módico de los salarios que exigimos, la creo resuelta por una experiencia de cerca de dieciocho años que, como sabe usted bien, no han sido los menos difíciles. Por otra parte, además del gran recurso de la Providencia, que nunca nos ha faltado, en las aportaciones de los numerosos internos de varios de nuestros centros encontramos recursos para los que están menos favorecidos, ventaja que no tienen los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Por otra parte, las pequeñas cesiones, que los Hermanos hacen de sus bienes a la casa madre, son un suplemento casi suficiente para el déficit que presentan los miembros que no pueden pagar el noviciado.
Me quedo aquí, por ahora, en este primer contacto. Mañana salgo para Lyon. Será para mí un placer cumplir el encargo que usted me ha hecho.
Reciba la seguridad de los respetuosos sentimientos con los que tengo el honor de ser, señor, su muy humilde y afectísimo servidor,

Champagnat.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según el envío, AFM, 112.2; publicado en AA, pp. 192-193, y en Bulletin de lInstitut, t. 22, pp. 529-531.

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