Carta de Marcelino – 172

Marcellin Champagnat

1838-02-04

Hemos visto en el «Diario« (ver introducción a la carta anterior) que el Padre recibió, el 2 de febrero, la respuesta del Hno. François a su carta anterior, con los Prospectos que había pedido. Desgraciadamente, esta carta no se ha conservado, como ninguna de las que el Hno. François escribió al Padre a París, lo que hace difícil poder comprender todas las alusiones que en ellas se hacen.

V.J. M.J.

París, 4 de febrero de 1838, Rue du Bac, n.° 120. Misiones Extranjeras.

Muy querido Hermano:

He recibido su respuesta y los Prospectos que nos ha enviado. Veo por su relato que están todos bien. Sobre el Hermano Adjuteur , parece que Dios quiere recompensar su virtud y sus buenas disposiciones. Adoremos, también en esto, sus designios y no discutamos nunca con él. Haga cuanto pueda para ayudarle a tener una santa muerte; dígale que no lo olvido.
Me alegro mucho por las buenas noticias que me anuncia sobre la casa madre y los colegios. Ya que el viaje del Hno. Cassien ha tenido un buen resultado en Millery , envíelo a pasar unos ocho días a Valbenoîte y a Neuville. Exprésele mi gran satisfacción por su buena voluntad. Dígale que cuide mucho su salud en estos pequeños viajes.
No me dice si el Hno. Pie ha sido cambiado; ¿qué efecto ha producido este cambio? ¿Hay mucha nieve? ¿Hace mucho frío en l?Hermitage? ¿El granjero se decide a marchar, pura y sencillamente? En fin, ¿Poncet ha cortado mucha roca? ¿Cómo están los Sres. Matricon, Besson, los Hnos. Jean-Marie, Stanislas, Jean-Baptiste, Pierre, Jérôme, Pierre-Joseph, etc.
Envíeme el compromiso decenal del Hno. Martin y de los demás por los que se puede tener algún temor; esperamos que, una vez obtenido el decreto, conseguiremos que los compromisos sean aceptados sin problemas. Seguimos haciendo muchas visitas a unos y otros. Acabamos de ver al Sr. Lachèze . Volveremos a mediodía, aún no se había levantado. Aún no estamos seguros de nuestro éxito, aunque contamos con las fervorosas oraciones que se ofrecen. María, nuestra buena Madre, nos ayudará; recémosle por mediación de las santas ánimas del purgatorio. Aquí en París, rezamos cada día el rosario de los difuntos.
Desde hace días, esperamos la respuesta de nuestros Sres. Obispos de Belley y de Lyon. Parece ser que el Sr. de Salvandy les ha escrito, y también nosotros lo hemos hecho .
Esta mañana el frío atenaza más que de ordinario; apenas hemos visto nieve en París, los abrigos siguen siendo muy útiles, ¡qué digo!, muy necesarios.
Nos insisten muchísimo para abrir una escuela en St. Paul, pequeña ciudad cerca de Arras. El salario está asegurado, han dado para eso 40.000. Estoy casi decidido a ir, sobre todo si nos lo pide el Sr. Delebecque, como nos han dicho que va a hacer. Se lo han pedido. Parece que es de por allí.
No se preocupen por nosotros, estamos bien, aunque en un aloja-miento frío. Los eclesiásticos de las Misiones Extranjeras, que nos ofrecen hospitalidad, nos edifican mucho por sus virtudes y por su abnegación en favor de la extensión de la Iglesia entre los idólatras.
La semana pasada visité a los hermanos de las Escuelas Cristianas ; les he pedido que nos proporcionen sus libros de clase al mismo precio que se los dan a sus escuelas. Esto es lo que me han contestado, después de reunirse en consejo:

«Espero, Señor Superior, que estos precios le parezcan muy moderados, pues son casi los mismos con los que nuestros alumnos los reciben de nuestros Hermanos«.

Las gramáticas 68 Dibujo lineal 1,05
Dictados 88 Deberes del cristiano 85
Ejercicios 68 historia de Francia 98
Aritméticas 78 Geografía 83
Soluciones 50

Estudien estos precios, para ver si convienen, y dígamelo en su respuesta; al no conocer los precios, no he podido decir nada.
Si el Sr. Alcalde de Lavalla hiciera el viaje a París, pídale que nos traiga uno o dos ejemplares de la Regla y del Principio , los podemos necesitar.
A Dios, mis queridos Hermanos, son ustedes el objeto de toda mi solicitud y están presentes en todas mis oraciones. Tengo el honor de ser su devoto y afectísimo servidor y Padre,

Champagnat,
Sup. de los Hnos.

P. S. El Hno. Marie-Jubin, bastante desorientado al principio, empieza a ir bien y parece acostumbrarse.
Muchos saludos del Sr. Chanut.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según el envío autógrafo, AFM, 111.32, publicado en Circ. 1, p. 247, y en AA, o p. 232-234.

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