8 de octubre de 2010 ITALIA

Regreso a las fuentes

El domingo 26 de Septiembre de 2010, seis hermanos nos hemos encontrado en Grugliasco, invitados por un grupo de gente que conserva vivo el recuerdo de los hermanos y de S. Marcelino Champagnat. Grugliasco, a siete kilómetros de Turín, ha sido durante 25 años la Casa general de nuestra familia religiosa, de 1903 a 1938.Cinco Capítulos generales han tenido lugar en esa pequeña villa. Aquí fueron elegidos como Superiores generales, los hermanos Estratónico, Diógenes, Leónidas y Carlos Rafael. Para muchos de nosotros, Grugliasco ha sido el juniorado internacional donde se preparaba para las misiones. En mi época, 1952 – 1955, los jóvenes formandos provenían de España, Portugal, Alemania, Francia, Suiza, Líbano e Italia. El noviciado se hacía en Bairo, muy cerca de Turín, y de allí los jóvenes eran enviados a África, América Latina, Japón, Madagascar, Siria… Era la Mission ad gentes de entonces. Los hermanos maristas dejaron definitivamente Grugliasco en 1960. En el centro del patio, donde tantos juniores jugaron a simulacros de guerra, en el año 2000, un grupo de laicos de Grugliasco erigieron un monumento al Padre Champagnat; muy bonito, muy original, hecho con dos grandes piedras de granito izadas a modo de dólmenes y, sobre la más alta, un busto de bronce bruñido de Marcelino Champagnat. Las gentes de Grugliasco tributan a los hermanos maristas una gratitud particular y una simpatía que se manifiesta en la manera cálida conque los acogen y en el recuerdo de los lazos de unión que tenían con ellos. En el corazón de esta amistad agradecida está el hecho de que, al final de la segunda guerra mundial, en 1945, un hermano alemán, Raymond, salvó a 22 personas del pueblo que iban a ser fusiladas. Ese gesto y tantos otros han permanecido arraigados en el corazón agradecido de la gente. Todos los años dedican un día a la memoria de los hermanos maristas. Este año, el 26 de septiembre, consistió en una Misa solemne en la iglesia parroquial, una peregrinación al monumento, una plegaria a nuestro Fundador, seguida de un almuerzo en uno de los mejores restaurantes de la villa: tiempo de recuerdos, de compartir, momentos en que la amistad se refuerza. Los seis hermanos venidos en peregrinación: Pietro Bettin, Jude Pietersee, Teófilo Minga, Luigi Masio, Ezio y Giovanni María Bigotto, hemos disfrutado verdaderamente de ese ambiente cálido de acogida, de la nobleza del corazón de esas gentes tan hondamente maristas. Trato que dice mucho en su favor. Estas líneas me brindan la ocasión para un saludo emotivo y fraternal a todos los Javerianos:Cuando se es Javeriano,se es un poquito apóstol,se va por todo el mundo,es el oficio más hermoso!. Todos los Javerianos (los juniores de Grugliasco) lo hemos cantado con entusiasmo. _______________H. Giovanni Maria Bigotto

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