Reunión de líderes comunitarios en Sri Lanka

Los líderes de las comunidades del sector Sri Lanka, de la Provincia South Asia, se reunieron en la casa provincial, a principios de abril, para discutir sobre cómo dar más vitalidad y animar mejor a los miembros de sus respectivas comunidades. El H. Nick dirigió los momentos de oración del pequeño grupo compuesto por cinco hermanos: Nick, Lal, Chamara, Sales y Noel.  

Las opiniones y discusiones de los encuentros se basaron en el análisis de dos reflexiones: “La comunidad es para los hermanos una experiencia más que un lugar”. (Hogares de Luz – H. Ernesto, Superior General). Y “La trágica traición de la vida consagrada que ocurre cuando entregamos generosamente nuestro corazón en el momento de la primera profesión y luego lo recuperamos poco a poco, cada año que pasa”. (Dar a conocer a Jesús y hacerlo amar – H. Sean Sammon- Ex Superior General). Asimismo, se consideraron algunas reflexiones basadas en su mayoría en los artículos 37, 97, 143, 144 y 145 de la Constitución.

Durante el encuentro los hermanos se detuvieron en algunas frases y cláusulas de las constituciones sobre la oración comunitaria. Y también se tomaron un tiempo para reflexionar sobre lo que pueden hacer para mantener y promover la calidad de vida comunitaria marista en sus respectivas comunidades y en toda la provincia en conjunto.

Estas fueron las 25 reflexiones que compartieron:

• Mantener cómodos a los hermanos, darles alimentos suficientes según sus necesidades.
• Escuchar.
• Organizar una buena limpieza, orden y pulcritud dentro y fuera de la casa, en un sentido estético, si es posible obtener el apoyo y la ayuda de los amigos.
• Pasar tiempo de calidad con los hermanos.
• Tener un ambiente de oración que sea propicio para la reflexión en las casas, y atraer a los visitantes.
• Compartir la vida con los hermanos una vez por semana, sería una buena práctica.
• Se sugieren reuniones comunitarias periódicas una vez al mes.
• Compartir la responsabilidad de las tareas del hogar con los hermanos.
• Permanecer abierto a los hermanos y otras personas que visitan nuestras casas.
• Disfrutar de las actividades comunitarias.
• Crecer en la oración comunitaria y la reflexión orante.
• Aceptar a los demás con respeto y dignidad, como un ser humano valioso.
• Compartir y cuidar de los demás
• Esforzarse más (viajar una milla extra) con aquellos que necesitan apoyo.
• No criticar a los demás a sus espaldas, entre sí, o peor aún con los de afuera.
• Salvaguardar siempre el buen nombre de los miembros aun en sus debilidades.
• Invitar a otros a orar incluso si no responden positivamente.
• Apreciar a todos y cada uno por su éxito, por pequeño que sea,
• Hablar con las personas directamente sobre sus debilidades para poder ayudarlas. Así no se ofenderán.
• Celebrar las ocasiones especiales de los hermanos y los días importantes para ellos.
• Orar por los hermanos en privado o en oraciones comunes.
• Dar la bienvenida a los familiares y amigos de los hermanos de manera cordial.
• Indagar sobre la salud y el bienestar de los hermanos, particularmente si están angustiados.
• Mostrar interés por tu trabajo y apostolado, comparte el tuyo con los demás.
• Demostrar que tienes confianza y confías en los hermanos.