9 de noviembre de 2012 SIRIA

Sin barrearas, sin fronteras y sin exclusiones

Esta mañana estaba escribiendo en mi página de Facebook un mensaje para felicitar a todos los amigos musulmanes, que hoy celebran la gran fiesta de Eid AL ADHA. Es la fiesta que recuerda el sacrificio de Abraham, que es común a las tres religiones monoteístas. Y escribía: “El sol de esta mañana nos anuncia la fiesta de AL ADHA. ¡Que esta fiesta traiga misericordia para todos los creyentes y paz para nuestra tierra!” De hecho, hoy esperábamos un cese al fuego, pero la espera fue en vano… los combates quizás bajaron de intensidad, pero no cesaron. Es más, ciertos barrios que hasta este momento habían permanecido a salvo, fueron invadidos por los rebeldes, siendo uno de ellos de mayoría curda y el otro un barrio cristiano. Esta fue, una vez más, la oportunidad para algunos de desplazarse, de buscar un barrio al menos un poco más seguro. Hablar de la situación de Alepo es hablar de una guerra que, día tras día, nos trae una oleada de muerte, destrucción, miedo y sobretodo de sinsentido.

Pero también es contar los muchos testimonios de acción solidaria a favor de las víctimas de esta guerra. Nosotros, los Maristas azules, hemos vivido este mes intensamente, con nuevos proyectos que han enriquecido nuestra misión.

1. Quiero aprender: Este proyecto educativo de alfabetización para niños y ciertos adultos, todos ellos desplazados y alojados en las 4 escuelas donde trabajamos, ha ido cobrando fuerza. Se trata de ayudar a niños de todas las edades y enseñarles a leer y a escribir. A algunos les enseñamos letras o números, y a otros les enseñamos un poco más, como gramática, conjugación, etc. Aún recuerdo a este hombre, de unos cuarenta años, deletreando las palabras. A medida que iba pronunciando las palabras, su boca se llenaba de gozo por poder liberarse del analfabetismo. Él quería que todo el mundo se enterara de que había leído algunas palabras. ¿Qué podemos decir de los niños? Ellos se sienten orgullosos, les encantan sus lápices, sus cuadernos; vienen a decirnos: “escribí A,B,C…; o ya sé sumar 3+5 = 8…”. Y aquel niño, obligado a fabricar zapatos, de una día para otro se convierte en un estudiante, como cualquier otro niño del mundo que tiene derecho a estudiar. Debido a la falta de espacio (todos los salones de clase están ocupados por una o varias familias), los padres no dudan en ofrecer el salón donde ellos están alojados: “Vengan, organizaremos el salón de la mejor manera posible para que los 15 niños puedan estudiar”. Ser solidario o participar no es un gesto espontáneo, es un gesto que se adquiere, que revela un camino que va más allá de la guerra, más allá del individualismo. Nosotros no hemos dudado en comprometernos, en dar de nuestro tiempo por estos niños y adultos. No somos todos educadores, ni profesores natos, pero nuestra buena voluntad, el entusiasmo de los niños y de los padres harán que nuestro proyecto avance y dé frutos.

2. La campaña “DAFA”: Lanzamos la campaña “DAFA” ante la inminencia del invierno. “DAFA” quiere decir calor, y en este caso, la generosidad tampoco se hizo esperar. Aprovecho esta ocasión para agradecer a todos los amigos que nos han apoyado. ¿Qué hemos hecho? Pues como se acercaba la fiesta de AL ADHA, nos comprometimos a comprar una nueva prenda de vestir para cada uno de los desplazados. Fue un trabajo de equipo: verificar todas las listas, visitar las 150 familias para determinar las tallas de las personas, pasar varias horas en el mercado, comprar, buscar lo mejor, pedir rebaja, hacer amigos, escuchar las quejas de los jóvenes comerciantes que despliegan la mercancía en los andenes. Youssef ya es un amigo, tiene nuestro número de teléfono y nos llama. Alat, es otro amigo. Mohamed, un tercero (cuando le dijimos que estábamos comprando ropa para los desplazados en las escuelas, nos dijo: yo soy un desplazado, pero duermo en un jardín público). Este comerciante puso 4 ó 5 pantalones nuevos en la bolsa sin decir nada… el mercado, toda una historia de relaciones. Pero, desafortunadamente, desde ayer este mercado fue epicentro de batallas que aún duelen…. ¿Dónde están Youssef, Alat, Mohamed y tantos rostros que nos acogieron? Los extrañamos realmente… Ustedes son nuestro oriente, nuestro querido oriente, nuestra tierra, nuestra tradición, nuestra cultura, nuestra vida cotidiana…Compramos la ropa, pero ya teníamos las bolsas llenas de nuestra ternura, antes incluso de que las llenáramos de ropa. Gracias a Leyla, a Margot, por toda su atención para que no olvidáramos a nadie, para que las prendas se adaptaran a cada persona: “A aquél le queda bien un suéter tejido, a esa joven un abrigo, a ese niño le va bien esta talla”. ¡Qué atención, que delicadeza! Esa misma delicadeza para visitar a cada familia, ahí en el salón donde están alojados, para entregarles la bolsa, deseándoles buena fiesta. ¡No pasaron más de cinco minutos y los niños ya estaban estrenando lo que acababan de recibir! Una de las escuelas organizó una fiesta, ya que los niños querían expresar su agradecimiento, al igual que los padres. El asombro de un amor, de una relación que se forja… Ellos ya no son “los niños”, son: “Zeinab, Sabrine, Zaki,  Haidar… ». La campaña “DAFA” apenas está comenzando y la Media Luna siria ya nos ha dado mantas, aunque todavía necesitamos más. También necesitamos cubrir las ventanas con plástico; queremos instalar calentadores de agua en los baños y, si es posible, conseguir más suéteres y ropa abrigada.

3. La fiesta AL ADHA: Durante esta fiesta, la tradición reza que se deben ofrecer corderos como sacrificio y distribuir la carne a los pobres y a los más necesitados. Nosotros propusimos destinar 100 kilos de carne para una cena de celebración. Algunos solían decir: “no hemos comido carne desde hace meses”. Así que el lunes 29 de octubre, los Maristas azules ofrecieron la cena de « Lahm Ajin », una pizza oriental a base de carne y verduras. “Tfadalou”… “vengan por favor”… el banquete está servido en la mesa. Compartiremos la mesa y la fiesta, celebraremos la esperanza, más allá de todo y a pesar de todo. Para ciertos desplazados la fiesta no es fiesta; ellos lloran por un pariente o un amigo asesinado, secuestrado; lloran por sus casas, abandonadas o destruidas, lloran por un trabajo, por el futuro. En árabe, desear una buena fiesta se dice: “Kel sane wa entou bkheir”, “que goce de buena salud todos los años”. Pero algunos dicen: “Inchallah, el próximo año estaremos de nuevo en nuestros hogares”, y otros responden: “!Qué haya paz en Siria!”.

¿Puede desaparecer la esperanza?, ¿se puede vivir sin una pizca de esperanza? Fue una pregunta que nos hicieron a cada uno de nosotros. Cómo no mencionar, en esa ocasión, las muchas palabras de agradecimiento? Wadah, padre de familia, 4 hijos, su mujer está embarazada del quinto, que nacerá dentro de algunos meses. Wadah es chofer de Suzuki, una pequeña camioneta que transporta mercancías. Wadah tiene los ojos azules y al principio parecía muy “fanático”. Él insiste para que entremos en el salón donde está alojado. Entramos y nos dice: “No podemos olvidar lo que están haciendo por nosotros. Pero, si por desgracia algo les llegara a ocurrir, yo tengo un sótano pequeño, un taller donde trabajo. Se los ofrezco para que se vayan a vivir allí”. Wadah, amigo mío, tu corazón es mucho más vasto que tu taller, nosotros sabemos que nos alojarías, pero quiero que sepas que tú has transformado nuestra mirada y nuestros prejuicios, has hecho que caigan las barreras que separan a los hombres… ¡Gracias Wadah!

La fiesta para “HAMOUDÉ”. Hamoudé es un niño de 10 años que tiene los pies deformes. Es precioso, limpiecito y sonriente, pero camina difícilmente y sufre. Estaba necesitando un aparato para caminar… Cuando nosotros lo encontramos, él soñaba con tener un balón, pero no podía jugar, no podía correr… no era como los demás niños.

No queríamos que “Hamoudé” celebrara esta fiesta como cualquier otra, sino que queríamos marcar esta fecha, dándole un regalo muy especial. Un aparato que le permitiera caminar casi normalmente y usar alpargatas. Ayer Hamoudé tenía su última cita con el ortopedista, pero los acontecimientos lo impidieron. Sin embargo, “Hamoudé” durmió, teniendo en la mano la bolsa de plástico donde están sus medias especiales y las alpargatas rojas que él deseaba, soñando que mañana podrá caminar completamente diferente. “Inchallah”. “Hamoudé”, a pesar de todo, ¡no pierdas la esperanza! ¡Esta triunfará sobre el fatalismo!

4. Los jóvenes voluntarios: Últimamente no tenemos suficientes voluntarios. Algunos se fueron del país, otros están presentando sus exámenes universitarios, y los padres de otros no quieren que sus hijos vayan a barrios de alto riesgo. Y es ahí cuando el cielo nos manda jóvenes que tienen  cualidades diferentes. Todos nosotros somos cristianos y nos faltaba esa otra dimensión, que los conciudadanos musulmanes aceptaran unirse a los Maristas azules… y aquí están, entre nosotros: Dalia, Amer, Moustapha y muchos más…, son un regalo del cielo…

5. Cuidados médicos: No puedo omitir la importancia del tema médico. Es el pan de cada día… los enfermos se dirigen aquí. Y Nabil, Dany y Maher, escuchan, auscultan, diagnostican, prescriben, dan el medicamento y alivian el dolor de niños, jóvenes y adultos. Este servicio ha sido bien recibido por los desplazados que viven en las escuelas, y también por varias personas del barrio. Siempre se habla de “Médicos sin fronteras”, pero a pesar de que nuestros médicos no formen parte de esta ONG, son médicos sin barreras, sin fronteras, sin exclusiones.

Como ya saben, lanzamos el proyecto “la cesta de la montaña”, un proyecto para ayudar a 300 familias cristianas del barrio de Djabal al Sayde, y nos encontramos actualmente preparando la tercera distribución mensual de productos alimenticios.

Concédanme una interrupción… Un cañón explota estridentemente afuera. El cese al fuego cae y con él, ¿caerá también la esperanza de una paz cercana? En el momento en que estarán leyendo esta carta, muchos otros acontecimientos estarán colmando nuestros días, y nosotros estaremos rezando para que nuestra esperanza no desfallezca.

Retomo “la cesta de la montaña”, que constituye una ayuda vital para todas estas familias… Una de las cualidades de éste proyecto es que es “UNO”. Jesús rezó para que fuéramos “UNO”, como lo son Él y el Padre. No estoy hablando de un proyecto ecuménico, sino de “UN” proyecto. Un modelo de Iglesia, un modelo de misión de Iglesia “UNA”. Un modelo de compromiso, “UN”…

Me alargué y les pido que me disculpen. Es que el tiempo no pasa para los desplazados que sueñan poder volver a casa, ni para todos los sirios que esperan que esta pesadilla termine.

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26 de octubre de 2012
H. Georges Sabe – Maristas Azules
Para ayudar, contacte la FMSI

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