¡Somos una familia marista!
Como dice la canción de Kool y su banda “Se está celebrando una fiesta, una fiesta que se prolonga a través de los años. Trae tus buenos momentos y tu risa también. Vamos a celebrar…” Es exactamente lo que los maristas, consagrados y laicos, de la Provincia de los Estados Unidos hicieron durante nuestra Conferencia de Fourvière, celebrada del 18 al 22 de Julio de 2016.
Al mismo tiempo que el Instituto estaba celebrando en el Santuario de Fourvière en Lyon, Francia, los maristas de Estados Unidos nos solidarizamos con nuestros Hermanos y Hermanas del extranjero, celebrando y volviéndonos a comprometer con un nuevo comienzo mientras seguimos comunicando vida y misión maristas al tercer siglo de existencia.
El evento, que reunió a representantes de las cinco Ramas de la familia marista, fue una maravillosa oportunidad para reunirnos en familia, laicos, hermanas, hermanas misioneras, Padres y hermanos y compartir nuestras experiencias y esperanzas de cara al futuro. El tema de la Conferencia “Conmemorar, celebrar, colaborar” marcó el tono de la semana y permitió a los participantes reflexionar en diferentes niveles mientras contemplamos el futuro.
Además de las experiencias de oración preparadas por cada una de las Ramas de la Familia Marista, se propició la reflexión personal y el compartir por grupos sobre los temas: “La Promesa de Fourvière y su significado para nosotros como maristas”, “la espiritualidad de Jean-Claude Colin, visto a través de los ojos de Marcelino Champagnat” y “construyendo el rostro mariano de la Iglesia”. Como complemento de la experiencia se ofrecieron diversos talleres en el área de la misión, la espiritualidad y la identidad marista.
En la ceremonia de clausura y en la liturgia de la Conferencia, se invitó a que todos volvieran a comprometerse con el tercer siglo de vida y misión maristas. Después de que Sam Amos, renovase públicamente sus votos como hermano marista, se invitó a que todos firmaran una nueva promesa comprometiéndose con la visión y los valores de nuestra herencia espiritual y de nuestros respectivos fundadores.