22 de enero de 2007 MéXICO

Asamblea provincial de la Misión Marista

Del 8 al 10 de diciembre del 2006 vivimos en la Quinta Soledad (Tlalpan, D.F.) la fase provincial de la Asamblea Internacional de la Misión Marista. Sesenta y siete delegados de veintiocho obras compartimos por dos días los procesos locales vividos, lo que cada obra realiza, sus fortalezas y debilidades, nuestras inquietudes y necesidades delante de Dios y la comunidad.

Hemos vivido este proceso como un tiempo de gracia que nos ha sacudido y fortalecido en lo que venimos viviendo y haciendo tanto personal como comunitariamente en cada obra educativa. El retomar la misión marista nos reanimó y entusiasmó. Nos ayudó a regresar la mirada y los pies a nuestra realidad, reconociendo sus contrastes y luces; y la mirada y las manos a las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Hemos tenido la oportunidad de compartir nuestras inquietudes y necesidades delante de Dios y la comunidad.

Hemos fortalecido el sentido de pertenencia a un mundo real y palpable donde el carisma marista sigue vivo hoy y siempre en los niños y jóvenes, en los trabajos, las escuelas, las comunidades indígenas y lugares donde nos encontramos. Es el carisma convertido en lucha por la justicia, en coraje y fuerza para una vida más digna y plena y para seguir participando, apoyando y colaborando como familia y hermanos.

Sentimos el desafío de lograr un mayor compromiso con nuestra misión, el regresar a la esencia del por qué estamos aquí y cuál es nuestra razón de ser. San Marcelino siempre lo repetía: ?Amar a Dios y hacerlo conocer y amar sobre todo a los niños y jóvenes más necesitados?. Somos conscientes de que ésta es una obra de Dios y confiamos en que nos dará las gracias necesarias para que se viva en nuestra comunidad.

Pudimos compartir más allá de la estructura de la obra educativa, y de lo condicionante del rol que cada uno tiene en ella. Se vivió realmente un espíritu de familia y de común ?unión? entre laicos y hermanos compartiendo y viviendo esta hermosa misión.

El gozo de conocernos, el diálogo fraterno, la presentación de cada una de nuestras obras, los momentos de oración, la discusión sana y respetuosa en pequeños grupos son riquezas que nos ayudaron a cumplir los objetivos propuestos para la fase provincial:
– Compartir la vida y celebrar juntos la llamada de Dios a la misión marista.
– Compartir la vivencia y los resultados de los procesos locales.
– Elaborar la aportación de nuestra provincia a la Asamblea general de la misión marista.
– Elegir a las personas cuyos nombres serán dados al consejo para que de entre ellos se elija a nuestros representantes a la Asamblea internacional.(1 hermano y 2 laicos)

La diferencia en la manera de aterrizar el proceso en lo referente a organización, convocatoria, animación de las reuniones, nuestra incongruencia y en algunos casos la deserción durante el proceso han sido obstáculos a vencer, sombras que sentimos necesario reconocer.

Hemos vivido con alegría, entusiasmo, reflexión y discernimiento, esta maravillosa e inédita fase Provincial, preparatoria a la Asamblea internacional marista.

Llegando al final de este encuentro provincial, nos sentimos impulsados al futuro de nuestra misión, lanzándonos juntos con audacia y esperanza, dejando en manos de Jesús, María y Marcelino, todas nuestras inquietudes, expectativas y propuestas. Que sean ellos quienes finalmente nos inspiren y guíen para hacer realidad y llevar a buen término, esta renovación de nuestra misión. Buscando tener un solo CORAZÓN y una misma MISIÓN.

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