20 de diciembre de 2023 SUDáFRICA

El 17º proyecto anual de Marist Mercy Care enriquece la vida en el asentamiento informal de Langbos

En su 17º año consecutivo, el proyecto transformador de Marist Mercy Care en el corazón de la zona de Addo (Sudáfrica) sigue teniendo un impacto significativo en la vida de más de 400 niños. El programa, de una semana de duración y situado en el desafiante entorno del asentamiento informal de Langbos, reúne a voluntarios de Sudáfrica y Alemania, aunando esfuerzos para ofrecer una experiencia significativa a los niños participantes.

Jason Grieve, Director de Marist Mercy Care, destacó la importancia del proyecto: “Esta iniciativa no sólo ayuda a los niños de Addo, sino que también sirve de catalizador para un cambio positivo en la comunidad en general”.

Los voluntarios, procedentes de diversos rincones de Sudáfrica y Alemania, desempeñan un papel vital en la creación de un entorno de apoyo para los niños. El programa va más allá del mero recreo, ya que implica a los recién nombrados directores de los 5 colegios maristas de Sudáfrica en un programa de liderazgo. Esta oportunidad única les presenta los retos a los que se enfrentan los sudafricanos, fomentando habilidades que contribuirán a su crecimiento como líderes eficaces dentro de su entorno escolar.

El campamento de verano, dirigido a niños de 3 a 15 años, ofrece una amplia gama de actividades deportivas, de danza, recreativas y artísticas. A pesar de las difíciles condiciones, sin agua corriente, electricidad ni estructuras convencionales, la resistencia de los organizadores y los participantes brilla con luz propia.

Grieve destacó: “Nuestro compromiso va más allá del proyecto anual. A lo largo del año, Marist Mercy Care se compromete activamente con la comunidad, gestionando dos centros de Desarrollo Infantil Temprano (ECD), empleando a más de 20 trabajadores locales, proporcionando comidas a 400 personas semanalmente, y manteniendo un centro sanitario dedicado al bienestar de los enfermos y moribundos.”
El legado de compasión y compromiso con la comunidad de Marist Mercy Care sigue siendo un faro de esperanza que demuestra que, incluso ante la adversidad, el cambio positivo no sólo es posible, sino que también se puede lograr mediante el esfuerzo colectivo.

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