28 de octubre de 2010 CASA GENERAL

Invitación a la comunión con Oriente Medio

Hoy (10 octubre 2010) se ha inaugurado, en la Basílica de San Pedro, el Sínodo para Oriente Medio. En la portada del librito que entregaban para la celebración, han reproducido un fresco del siglo XIV sobre la Ascensión del Señor (Iglesia ?Timios Stavros? o de la Santa Cruz en Pelendri, Chipre), y que incluyo en esta carta. Aunque la copia no es de mucha calidad, me han llamado la atención los rostros de estupor de todos los presentes (¡una vez más, María y la comunidad apostólica!). Y me ha traído a la memoria aquella estupenda reflexión de San Gregorio de Nisa, él mismo proveniente de la zona que hoy llamamos ?Oriente Medio?: ?Los conceptos crean ídolos. Sólo el estupor conoce?. Me hace pensar en la necesidad que tenemos de tender puentes con el oriente cristiano, que tanto nos puede enriquecer a los más ?occidentales?. Usando una imagen de Vyacheslav Ivanovich Ivanov, tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI han recordado que tenemos que volver a respirar usando los dos pulmones, oriente y occidente, y no limitarnos a la pobreza de hacerlo sólo con uno. Como sabéis, estamos presentes en Oriente Medio gracias a nuestras comunidades en Líbano y Siria; una presencia frágil, pero muy importante. El Instrumentum laboris del Sínodo, en efecto, recuerda que la educación es la mayor inversión de la Iglesia, y que las escuelas y universidades católicas acogen a miles de personas de todas las religiones, así como los centros hospitalarios y los servicios sociales. Es de hecho ?sobre todo gracias a las actividades caritativas dirigidas no sólo a los cristianos, sino también a los musulmanes y a los judíos, que la acción de las Iglesias a favor del bien común es particularmente tangible? (30). De todos es conocido que, desde hace décadas, la falta de resolución del conflicto palestino-israelí, la falta de respeto del derecho internacional y de los derechos humanos, así como el egoísmo de las grandes potencias han desestabilizado el equilibrio de la región e impuesto a las poblaciones una violencia que corre el riesgo de abocarlas a la desesperación. La consecuencia de todo esto es la emigración, especialmente de los cristianos. El mismo Instrumentum laboris subraya que las Iglesias de Oriente Medio son de origen apostólico y que ?sería una pérdida para la Iglesia universal si el Cristianismo se debilitase o desapareciese precisamente allí donde nació?. Existe por tanto la ?grave responsabilidad? de ?mantener la fe cristiana en estas tierras santas? (19). Además de la Iglesia de tradición latina, hay seis Iglesias patriarcales, cada una con su rico patrimonio espiritual, teológico, litúrgico. ?Estas tradiciones son, al mismo tiempo, una riqueza para la Iglesia universal? (15-18). Creo que la celebración del Sínodo es una invitación para que acompañemos con nuestra oración a los cristianos de esa región, de manera especial a nuestros hermanos y a todos los laicos que están comprometidos en la misión marista. Y me pregunto si, como Instituto, no debiéramos dejarnos interpelar con mayor fuerza por esa ?grave responsabilidad? de la que habla el Instrumentum laboris.

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