8 de noviembre de 2005 ESPAñA

¡Junto a ti Marcelino seguiremos construyendo la Europa de los niños!

Guardamar, 31 de octubre 2005. AMEstaún.
Esta segunda entrega sobre el I Encuentro de Presencias y Programas Sociales en la Europa marista lo voy a dedicar a recoger los aportes de los cuatro ponentes que intervinieron en el encuentro.

Hermano Benito Arbués
La primera intervención fue del hermano Benito Arbués, ex Superior general del Instituto sobre la atención del Padre Champagnat a los más desatendidos y la misión educativa marista en Europa.
Abrió su reflexión con un interrogante: ¿Es esencial para el Instituto el servicio y la atención a los pobres? Una pregunta que dio pie a un doble planteamiento de la reflexión ante el grupo de asistentes a este I Encuentro de Presencias y Programas Sociales en la Europa marista.
En primer lugar, el ponente expuso una concepción personal de lo que entiende por pobre y por pobreza subrayando que la pobreza es objeto de una bienaventuranza en el Evangelio que la destaca como signo de la llegada del Reino de Dios.

Pobre y pobreza, lo mismo que rico y riqueza, son situaciones existenciales, según el ponente, que no son ni buenas ni malas, pero que producen daños existenciales no deseables para las personas. Y por tanto hay que luchar contra todo lo que degrade a la persona y rebaje su dignidad. Hay pobrezas de muchos tipos, generalmente interpretadas como ?carencias? de lo que otros tienen y en ese sentido se interpretan como ?desgracia?. Pero el pobre también tiene valores y ?riqueza? que no tienen los ricos. Y en ese sentido, afirmó el ponente, el pobre no tiene que renegar de ser pobre. Pero ha de tomar conciencia de los daños que le puede producir la pobreza y transformar esa situación existencial.
Desde la perspectiva educativa lo más eficaz, según el hermano Benito, es ir junto al pobre y estar con él para descubrir tanto su situación existencial como sus valores.
La asegunda parte de su reflexión se centró en la visión del pobre y de la pobreza desde la perspectiva de Champagnat. Comenzó afirmando que la pobreza y los pobres ha sido preocupación en el Instituto desde sus comienzos, pero los hermanos no siempre han dado respuesta suficiente a las necesidades que se han presentado. Partiendo de la afirmación de que ?sin historia no hay vida profética? recurrió a algunos documentos de la primeras Reglas y de los primeros Capítulos generales para significar la importancia que se le dio a la pobreza y a los pobres en el Instituto.
La intervención concluyó invitando a los asistentes a ?contemplar el mundo y actuar? tanto ?desde programas especiales como desde programas de escuela?. Invitó a los presentes a ?ser creativos para encontrar fórmulas de financiación y gestión? pero advirtiendo del peligro de ?ser gestores sin implicarse en las obras?.
Dejó interrogantes muy serios sobre cómo mirar y contemplar el mundo de los más necesitados destacando que el hecho de ?que haya tantos programas? es una riqueza, pero subrayando que los programas actuales ?serán de corta duración y no verán la celebración de sus centenarios? dado que hay que ser muy flexibles para dar respuestas creativas a nuevas necesidades.

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