2 de diciembre de 2010 CASA GENERAL

La vida consagrada misionera en Europa

Del 24 al 26 de noviembre de 2010 ha tenido lugar en Roma la 76ª Asamblea Semestral de la Unión de Superiores Generales (USG). El hermano Emili Turú, Superior general, ha participado como miembro de la Mesa directiva de la USG. En continuación con la Asamblea anterior, el hilo conductor de este encuentro ha sido: ?Vida Consagrada en Europa. Empeño por una profecía evangélica?. La Unión de Superiores Mayores de varones se ha reunido por segunda vez en este año, para analizar la presencia de la vida religiosa en Europa y entrever las políticas que habrá que seguir en el futuro. Europa es el continente más marcado por la historia de la vida consagrada, y al mismo tiempo la tierra donde la fe cristiana, los religiosos y religiosas de hoy viven los mayores desafíos de la sociedad secular y donde se siente la necesidad de un testimonio cristiano de calidad.En el discurso de inauguración de la Asamblea, el Rector Mayor de los Salesianos, P. Pascual Chávez Villanueva, presidente de la USG señaló que ?la vida consagrada, después de un cuidadoso análisis de la realidad, está decidida a asumir en Europa el compromiso de un una profecía evangélica que despierte, en las mentes y en los corazones de la gente, la fe cristiana y la belleza de la vida entregada a Dios. Si en el pasado el mantenimiento de las obras ha sido la gloria de los religiosos, ahora hay que revitalizar los carismas de los orígenes que han contribuido a dar forma al rostro cristiano de Europa?.El Ministro General de la Orden Franciscana, Fray José Rodríguez Carballo, en su relación: ?Vida Consagrada en Europa: empeño por una profecía evangélica? exhortó a los miembros de la Asamblea a no vivir las dificultades del momento con miedo: ? Si en el invierno, como dice San Agustín, vive la raíz, entonces el momento actual de la vida consagrada en Europa no será infecundo y de muerte, sino de concentración en aquello que es esencial?. El religioso franciscano señaló algunos indicadores de la dimensión profética a la vida consagrada en Europa: revalorar el rol de los ancianos, recordando que fueron ellos ?los grandes protagonistas del monasterio primitivo?; el crecimiento de las vocaciones depende de la capacidad de los ancianos de ser maestros y testimonios para los jóvenes. Fray Carballo invito a la Asamblea, a tener un gran optimismo: ?La esperanza de la cual estamos hablando es muy diferente del estado de ánimo pasajero. Tiene un fundamento seguro, Jesucristo?. Y concluyó: ?Sueño una vida consagrada más vecina a Jesús y más vecina a los hombres, particularmente los más abandonados. Apasionada por Cristo y por la humanidad?. El 26 de noviembre de 2010, una vez concluidos los trabajos, los participantes en la Asamblea General Semestral de la Unión de Superiores Generales (USG) fueron recibidos en audiencia por el Santo Padre Benedicto XVI en la sala Clementina. También estuvo presente el Comité Directivo de la Unión Internacional de las Superioras Generales (UISG). El Papa ha dirigido unas bellísimas palabras de amor y agradecimiento a la vida consagrada. Palabras cálidas de padre que alienta y sabe estimular lo mejor de sus hijos. Dada la importancia de su intervención ofrecemos a continuación el texto íntegro.

AsambleaCONSAGRADOS: CENTRALIDAD DEL EVANGELIO, FRATERNIDAD, MISION

Palabras dirigidas por el Papa a los participantes en la Asamblea general de la Unión de los Superiores Generales (USG) y la directiva de la Unión Internacional de las Superioras Generales (UISG). Queridos Hermanos y hermanas:Estoy contento de encontraros con ocasión de la Asamblea Semestral de la USG que estáis celebrando en continuidad con la del pasado mes de mayo sobre el tema de la Vida Consagrada en Europa. Saludo al presidente Don Pascual Chávez, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido, como también al Consejo Ejecutivo. Un saludo particular al comité directivo de la UISG y a los numerosos superiores generales presentes. Extiendo mis palabras a todos vuestros hermanos y hermanas esparcidos por todo el mundo, especialmente a aquellos que sufren por testimoniar el Evangelio. Deseo expresar mi vivo agradecimiento por todo lo que hacéis en la Iglesia y con la Iglesia en favor de la evangelización y del hombre. Pienso en las múltiples actividades pastorales en las parroquias, en los santuarios, en los centros de culto; por la catequesis y por la formación cristiana de los niños, jóvenes y adultos, manifestando así vuestra Pasión por Cristo y por la Humanidad. Pienso el su gran trabajo en el campo educativo, en la universidad y en las escuelas; en las múltiples obras sociales, a través de las cuales salís al encuentro de los hermanos más necesitados con el mismo amor de Dios. Pienso también en el testimonio, a veces arriesgado, de vida evangélica en las misiones ad gentes, en circunstancias, a veces, difíciles.Vuestras dos últimas asambleas han estado dedicadas a considerar el futuro de la vida consagrada en Europa. Esto ha significado repensar el sentido mismo de vuestra propia vocación, que comporta, ante todo, el buscar a Dios, quaerere Deum. Sois por vocación ?buscadores de Dios?. A esta búsqueda consagráis las mejores energías de vuestra vida. Pasáis de las cosas secundarias a aquellas esenciales, a aquellas que son en verdad importantes. Buscáis lo definitivo, buscáis a Dios, mantenéis la mirada dirigida a Él. Como los primeros monjes, cultiváis una orientación escatológica: buscáis las cosas que permanecen, aquello que no pasa. Buscáis a Dios en los hermanos que os han sido dados, con los que compartís la misma vida y misión. Lo buscáis en los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, a los cuales sois enviados para ofrecerles, con la vida y la palabra, el don del Evangelio. Lo buscáis, particularmente, en los pobres, primeros destinatarios de la Buena Noticia (Lc 4,18). Lo buscáis en la Iglesia, donde el Señor se ha hecho presente, sobre todo en la Eucaristía y en los otros sacramentos, y en su Palabra, que es vía maestra para la búsqueda de Dios, que introduce en el diálogo con Él y en la que revela su verdadero rostro. ¡Sois siempre apasionados buscadores y testigos de Dios!La renovación profunda de la vida consagrada parte de la centralidad de la Palabra de Dios, y, más concretamente, del Evangelio, Regla Suprema para todos vosotros, como afirma el Concilio Vaticano II en su decreto Perfectae Caritatis (n.2) y como muy bien entendieron vuestros fundadores: la vida consagrada es una planta rica, llena de ramas, que hunde sus raíces en el Evangelio. Así lo demuestra la historia de vuestros institutos, en los que la firme voluntad de vivir el mensaje de Cristo y consagrar la propia vida a ello, ha sido y es el criterio fundamental del discernimiento vocacional y de vuestro propio discernimiento personal y comunitario. Es el Evangelio vivido cada día el elemento que da encanto y belleza a la vida consagrada y la presenta ante el mundo como una alternativa fiable. De esto tiene necesidad la sociedad actual; esto es lo que espera la Iglesia de vosotros: ser Evangelio viviente.Otro aspecto fundamental de la vida consagrada que quisiera resaltar es la fraternidad: ?confessio Trinitatis? (VC,41) y parábola de la Iglesia Comunión. A través de esta, en efecto, pasa el testimonio de vuestra consagración. La vida fraterna es uno de los aspectos que más buscan los jóvenes cuando se acercan a vuestra vida; es un elemento profético importante que ofrecéis en una sociedad fuertemente individualista. Conozco los esfuerzos que estáis haciendo en este campo, como también conozco la dificultad que conlleva la vida en comunidad. Es necesario un serio y constante discernimiento para escuchar aquello que el Espíritu dice a la comunidad (Ap 2,7), para reconocer aquello que le viene del Señor y aquello que le es contrario (VC,73). Sin el discernimiento, acompañado de la oración y de la reflexión, la vida consagrada corre el peligro de acomodarse a los criterios de este mundo: individualismo, consumismo, materialismo; criterios que hacen venir a menos la fraternidad y perder el encanto y el mordiente de la misma vida consagrada. Sed maestros de discernimiento para que vuestros hermanos y hermanas asuman este habitus y vuestras comunidades sean signo elocuente para el mundo de hoy. Vosotros, que ejercéis el servicio de la autoridad y que tenéis la encomienda de guiar y proyectar el futuro de vuestros institutos religiosos, recordad que una parte importante de la animación espiritual y del gobierno es la búsqueda común de los medios que favorecen la comunión, la mutua comunicación, el calor y la verdad en las relaciones recíprocas.El último elemento que quiero resaltar es la misión. La misión es el modo de ser de la Iglesia y, en esta, de la vida consagrada. Forma parte de vuestra identidad; os empuja a llevar el Evangelio a todos, sin fronteras. La misión, sostenida por una fuerte experiencia de Dios, por una robusta formación y una vida fraterna en comunidad, es una clave para comprender y revitalizar la vida consagrada. Id, pues, y haced vuestro el desafío de la nueva Evangelización en fidelidad creativa. Renovad vuestra presencia en los areópagos de hoy para anunciar, como lo hizo San Pablo en Atenas, al Dios desconocido.Queridos superiores generales, el momento actual presenta para no pocos institutos el dato de la disminución numérica, particularmente en Europa. Sin embargo, la dificultad no debe hacer olvidar que la vida consagrada tiene su origen en el Señor: es querida por Él para la edificación y la santidad de su Iglesia, por eso la misma Iglesia no será nunca privada de ella. Os animo a caminar en la fe y en la esperanza, os pido un renovado empeño en la pastoral vocacional, así como en la formación inicial y permanente.Os confío a la Bienaventurada Virgen María, a vuestros Santos Fundadores y Patronos, mientras, de corazón, os imparto mi bendición apostólica, que extiendo a vuestras familias religiosas.26 de noviembre de 2010

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