Carta a Marcelino

P. Ferreol Douillet

1834-09-14

Al final del año escolar, aprovechando la ida de los Hermanos para el Retiro a l?Hermitage, el P.Douillet envía esta carta, pidiendo la apertura de una escuela marista más en la diócesis, teniendo en vista los candidatos de la región enviados al noviciado de l?Hermitage. Es evidente el interés, la confianza y el aprecio del P.Douillet por los Hermanos. De ahí proviene su insistencia de que haya un noviciado marista en su región, para formar a los candidatos maristas de la diócesis, in situ. Luego, irían a trabajar en sus escuelas. El P.Champagnat esto último nunca lo va a aceptar, pero es prudente y contemporiza, aguardando que las cláusulas del ?contrato? se vayan aclarando, siendo admisibles para ambas partes. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

V.J.M.J

La Côte-St.André a 14 de septiembre de 1834

Sr. Superior:

[1] Aprovecho la salida de los Hermanos para ofrecerle mi muy humilde respeto y para continuar hablándole de la promesa por la cual he obrado. Le suplico crea que usted y yo no podemos ya retroceder sin comprometer los intereses de la Sociedad de María a los ojos de la diócesis. Toda va bien hasta ahora, pero es indispensable fundar en la fiesta de todos los santos, un establecimiento en Sassenage. Tendré el honor de darle de viva voz las razones perentorias que nos obligan a no frustrar las esperanzas de ese país. Los novicios abundan; nos entregaremos al Côte, etc., etc. En fin, le suplico me prometa dos Hermanos y verá, Padre Superior, que el buen Dios bendecirá todo.

[2] Lo antes posible espero su respuesta antes de salir para el retiro diocesano en el que suplicaré, espero que con éxito, para los hijos de María, si puedo confirmar la promesa de este establecimiento indispensable.

[3] Me reservo el platicarle de los nuevos novicios salidos de aquí para el Hermitage y de los acuerdos tomados con sus padres. Le puedo asegurar que no respiro más que Hermanos y creo que es el momento de la Gracia. Lo único que siento es el no ser lo suficientemente apto para esta obra eminentemente preciosa. Dígnese nuestro buen Maestro convertirme. Veo la cosa como usted en general, pero sin embargo hay que adaptarse a las necesidades de los lugares. Me apoyo en su última promesa. Le prometo que de hoy en adelante me esforzaré porque todo esté listo, sin lo cual no habrá Hermanos. La ley de Viriville no será inútil aunque no sea muy fuerte. Creo que este establecimiento no puede ser un fracaso.

[4] Como el Hermano Luis María está un poco débil, me pareció prudente aconsejarle no saliera mañana; el Hermano Justino lo acompañará.

[5] Hágame el favor de orar para que haga un buen retiro. Había yo pensado hacerlo en el Hermitage en vez de en Grenoble.

[6] Con el más profundo respeto soy, Padre, su muy humilde y obediente servidor,

DOUILLET.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 127.02

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