Carta de Marcelino – 020

Marcellin Champagnat

1831-02-04

El objeto de la petición del Hermano era poder prestar libros, libros escolares sin duda, a algún alumno de familia especialmente pobre o incluso a algún adulto que no tuvo la suerte de poder ir a la escuela. Se comprende fácilmente que M. Champagnat se declare incompetente para dar esa autorización, ya que los libros escolares son pro-piedad de la escuela.
A propósito del Hno. Jean-Baptiste, encontramos esta observación del Hno. Avit en los Annales de Millery (AFM, 214.50, p. 2): «Parece ser que el Hno. Antoine fue remplazado, al menos por algunos meses, por el Hno. Jean-Baptiste, el inmortal asistente, el autor de la vida del Padre Champagnat... ; permaneció poco tiempo aquí y el Hno. Antoine volvió muy pronto.»
Se puede pensar, pues, que al principio de curso de 1830, el Hno. Jean-Baptiste fue nombrado director de esta escuela y que a primeros de 1831, al necesitarlo para otro puesto, el Padre lo quitó, haciendo volver al Hno. Antoine. Se demuestra con esto que, a pesar de su espíritu de estrecha colaboración con el clero, M. Champagnat se reservaba la libertad de disponer de los Hermanos, según las necesidades del momento.

Queridos linos. Antoine y Gonzague:

No les puedo permitir que presten libros, va contra el espíritu de su regla; corresponde hacerlo al Sr. Párroco, si lo cree oportuno.
Lamento mucho haber hecho marchar al lino. Jean-Baptiste sin prevenir al Sr. Párroco , pero no he podido hacer otra cosa. Tenía muy buenas razones para obrar así. Le he dado pruebas muy grandes del interés que me he tomado por su escuela, como para que pueda dudar de mi buena voluntad. Les haré llegar lo que han pedido… mientras no haya orden en contrario .
Mis buenos amigos, multiplíquense para que su escuela marche bien. No pierdan de vista el mucho bien que pueden hacer; vean el interés que el Salvador del mundo tiene para instruir a los niños, encomien-da a sus discípulos que dejen a los niños acercarse a su persona divina.
Digan a sus alumnos que tienen una dicha muy grande al ser tan queridos por Jesús, como lo son. Sí, este Dios de bondad los ama hasta el punto de encontrar sus delicias en estar con ellos; sólo tienen que abrir-le su corazón y Jesús y María lo llenarán.
Interesen a María en su favor, díganle que, después de haber hecho ustedes todo lo posible, ella será la responsable si sus cosas no van bien. Encomiéndenle mucho sus niños, hagan con ellos una sencilla novena en su honor: la breve oración del Acordaos.
La mejor noticia que me podían dar era, sin duda, la que usted me da, al anunciarme que está muy contento del Hermano Gonzague , que se comporta de manera edificante. Se me hace muy larga la espera para ir a verlos y abrazarlos a los dos. Mientras tanto, los dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. No los olvido en mis oraciones y me encomiendo a las suyas.
Tengo el honor de ser su afectísimo Padre en J. y M.

Champagnat, Sup. de los Hnos.
Notre-Dame de lHermitage, 4 de febrero de 1831.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según el envío autógrafo, AFM, 111.6.

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