Carta de Marcelino – 168

Marcellin Champagnat

1838-01-05

No hay duda de que el Hno. Denis, Superior de la comunidad de Saint-Didier-sur-Rochefort, escribe al Padre Champagnat con motivo del año nuevo. No nos ha llegado su carta y sólo a través de ésta podemos adivinar los asuntos que trata con su superior. Éste le responde en términos claros y le da normas precisas. Demasiado precisas, tal vez, para el poco aliento del Hermano, que acabará dejando el Instituto, a pesar de los verdaderos sentimientos de afecto paternal de que se ve rodeado.

V. J. M. J.

Notre-Dame de lHermitage, 5 de enero de1838.

Muy querido Hermano y amigo:

Si desea que siga advirtiéndole de sus fallos, no deben parecerle tan extraños mis avisos. Nunca será demasiada su vigilancia sobre los alumnos; no se permita en esto ningún descuido. Me extraña mucho que no encuentre usted en la regla nada que prohiba dar de comer a los extraños, mientras ve usted una prohibición para tan sólo admitirlos: ¡dónde queda el espíritu? Está formalmente prohibido comer fuera de casa sin verdadera necesidad; una necesidad ordinaria no es suficiente. No debe salir nunca sin avisar al Hermano que le suple y decirle a dónde va. Le he preguntado la fecha del permiso que le di para ir a Lyon y usted no me la ha dado.
Me habla usted del deseo que tiene de ir a la misión de Polinesia. Cultive este deseo, mi querido amigo, creo que viene de Dios; por otra parte, creo que tiene usted gracias y medios aptos para esa obra. Dios tiene designios sobre usted, la prueba nos la ha dado en la curación concedida , no la pierda de vista. Trate, pues, mi querido amigo, de poner en orden sus cosas para estar bien preparado, si es llamado a partir.
Por lo que se refiere al Hno. Flavien, guárdese mucho de enviarlo, nos sería imposible reemplazarlo en este momento. Trate a este Hermano con mucha consideración. Dígale que debe ser su suplente y, como tal, entenderse con usted para colaborar en el bien de los niños que les son confiados . Dígale también que no les digo, ni a unos ni a otros, que les deseo un feliz año nuevo, ya saben todos que no respiro más que por su bien. No hay ningún verdadero bien que no les desee y estoy dispuesto a hacer todo y a intentarlo todo para procurárselo.
Estoy muy agradecido al Hno. Jean por su buen comportamiento. Le aprecio también como sobrino del Sr. Courbon al que apreciaba mucho como superior. No me olvido del Hno. Pascal. Dios quiera conservarle la salud que, en su infinita misericordia , ha tenido a bien devolverle. Está usted convencido, o al menos debiera estarlo, de que los amo a todos muy tiernamente; quiero, deseo ardientemente que nos amemos unos a otros como hijos de un mismo padre que es Dios, de una misma madre que es la Santa Iglesia. En fin, y para decirlo en una sola frase: María es nuestra común Madre, ¿podría ver con indiferencia que guardemos algo en nuestro corazón contra alguno de los que María ama, tal vez más que a nosotros?
A Dios, mi querido Hermano Denis, a Dios todos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Tengo el honor de ser su afectísimo padre en Jesús y María,

Champagnat, Superior.

P. S. No se olviden de rezar por el éxito de los asuntos referentes a la Sociedad . Cuando hayan terminado la novena que están haciendo, empiecen otra por mis intenciones. Que la hagan todos los alumnos.
Envíenos todo, la forja y el torno, ya que lo han comprado todo. Hágalo traer por alguien de confianza.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según el envío autógrafo, AFM, 111.29.

VOLVER

Carta de Marcelino - 158...

SIGUIENTE

Carta de Marcelino - 169...