12 de agosto de 2021 CASA GENERAL

ODS 12: Producción y Consumo responsables

Los Objetivos de Desarrollo Sostenibles son un grupo de objetivos adoptados por los países miembros de las Naciones Unidas, y que fueron adoptados para ser cumplidos antes de 2030, con el objetivo de que todas las personas puedan vivir en paz y prosperidad, eliminando la pobreza y protegiendo el planeta.

En este artículo nos fijamos en el objetivo número 12, por el cual se nos invita a la reflexión y a la acción. Reflexión y acción que han de ir de la mano. Una producción y un consumo desmesurado nos está llevando a acabar con los recursos que ofrece nuestro planeta. Y estamos viendo cómo sus consecuencias afectan especialmente a quienes menos tienen, a los más pobres y vulnerables. Un objetivo que afecta al presente y que puede condicionar el futuro.

Son muchas las cifras que nos hablan en este sentido: millones de kilos de comida tiradas a la basura, producción de energía mediante la combustión de materiales fósiles, toneladas de residuos generados a diario… Nuestras pequeñas acciones posiblemente no ayuden a eliminar el problema, pero sí a reducir los efectos.

Como Maristas de Champagnat estamos llamados a unirnos a todas las naciones en la consecución de una producción y un consumo responsables. Así nos lo recuerda, e invita, el XXII Capítulo General cuando nos llama “afrontar los desafíos actuales” que nos lleven a reducir “el escándalo de la indiferencia y de las desigualdades” (Llamada 3).

Uno de los elementos que la pandemia, que estamos viviendo, nos ha enseñado es que existe una estrecha relación entre todos los seres humanos, independientemente del lugar en el que viven. También nos ha hecho más conscientes de la relación que existe entre la vida humana y el medio ambiente en el que se desarrolla.

Las Naciones Unidas, y los gobiernos particulares de cada país, tienen mucho que decir y hacer en este tema. A nosotros nos toca concienciar, denunciar, participar, predicar con el ejemplo… Intervenimos, como Maristas, en un gran número de asociaciones de defensa de los derechos. Ahí podemos hacer fuerza para lograr que las políticas nacionales e internacionales vayan cambiando en la línea de una producción y un consumo que sean responsables.

El papa Francisco, en la encíclica Fratelli Tutti, nos presenta la parábola del “Buen Samaritano”. Nosotros, cristianos y maristas, estamos llamados a ser buenos samaritanos, estamos llamados a la acción. Por supuesto que no nos situamos en los “salteadores”, pero corremos el riesgo de ser “los que pasan de largo” y no hacen nada por ayudar a quien se encuentra en necesidad. Nuestro mundo se encuentra en necesidad, puesto que el planeta no puede soportar la explotación de recursos a la que se ve sometido. Y esta situación de nuestro mundo, además, afecta a millones de personas que ven cómo un sistema de producción desmedido les lleva a seguir viviendo en la pobreza, les lleva a no poder acceder a los bienes de primera necesidad.

Tú y yo, ¿qué estamos dispuestos a hacer?, ¿qué pasos concretos podemos dar?, ¿cómo podemos, realmente, ser buenos samaritanos para nuestro mundo y para nuestros hermanos que se hayan en necesidad? Es tiempo de actuar.

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H. Ángel Diego García Otaola – Director del Secretariado de Solidaridad

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