4 de febrero de 2012 MADAGASCAR

Provincia marista de Madagascar

Eran las cuatro de la tarde del 22 de enero, la fiesta había terminado y la gente ya se marchaba. Todo había sido perfecto: la preparación de la misa; la exposición del centenario, cuidada en todos sus detalles; la comida, abundante, variada, animada y alegre. El sentimiento general y la opinión de todos reflejaban satisfacción por la fiesta hermosa, su buena organización y el gran éxito conseguido. 

Como todos, participé personalmente en ella. Ahora bien, un sentimiento brotaba en mí,  impreciso al principio, pero que lentamente se definía hasta convertirse en evidencia: la gran simpatía hacia los Hermanos Maristas que de forma generalizada se manifestaba a lo largo de la celebración, dentro de un ambiente pletórico de espontaneidad y de alegría.

Las autoridades religiosas y civiles, los responsables de la parroquia, los miembros de otras congregaciones, manifestaron todos ellos su aprecio por el trabajo educativo llevado a cabo por los Hermanos, por su presencia en la Iglesia y en la ciudad de Fianarantsoa. En este clima tan favorable, se diría que todos compartían la amistad. Los saludos no solo eran afectuosos sino que iban acompañados de expresiones alegres, de risas, de chistes, de cantos y de danzas. El afecto y la consideración que la gente tiene por los Hermanos se manifestaban de forma evidente.

Todo comenzó con la misa presidida por su excelencia Mons. Fulgencio Rabemahafaly y por el arzobispo emérito Mons. Filiberto Randriambololona, acompañados por 16 sacerdotes y por centenares de religiosos y religiosas. El templo estaba lleno a rebosar. Tal vez habría una asistencia cercana a los 3000 fieles en la iglesia de Ambatomena. La Misa, muy bien preparada y animada por los HH. Sylvain, Paul, Tiana y Tiamaro con cantos, danzas e intervenciones orales. Un hermoso video, obra maestra del H. Sylvain, presentó la historia de los cien años de presencia marista en Madagascar. Los cantos aparecían proyectados en una pantalla de forma que los fieles podían leer y cantar.

Eran cantos con fuerza, apoyados por tres mil voces. La misa comenzó hacia las 9,45 horas. y finalizó en torno a las 13 horas. Aunque la celebración duró más de tres horas, no nos resultó cansada gracias a la riqueza artística de las danzas, de los cantos, de las imágenes proyectadas de acuerdo con el ritmo de la misa.

La visita de la exposición sobre el centenario de la historia marista en Madagascar tuvo lugar después de la misa. Presentaba las fotos de todos los primeros hermanos: André Frédéric, Gamaliel, Brieuc, Bonus, Martial, Sozimus, Sébastianus. Muchos se detenían delante de la foto del primer hermano malgache, el joven Prosper Victor, fallecido  en 1918 durante el noviciado en Bairo, Italia. Del mismo modo y con emoción se contemplaba detenidamente el primer grupo apreciable de hermanos malgaches: Johannès-René, Jean-Manuel, Maurice, Hilarion. La exposición mostraba también la expansión de los Hermanos en Madagascar: desde Betafo (1912) a Antsirabe (1920); desde Antsirabe a Diego Suarez (1950); desde Diego a Tananarive (1957); desde Tananarive a Fianaraantsoa (1960), Ihosy (1986), Betroka (1991)… 

Muy pronto fuimos invitados a la comida. Éramos alrededor de 200 comensales en la sala preparada. El servicio diligente, la excelente calidad y abundancia de los platos, el ambiente sonorizado con música, bromas, discursos fueron las notas más destacadas. El grupo de profesores de nuestra escuela de St. Charles sobresalió por el entusiasmo y la alegría de sus cantos. El punto culminante de la comida lo motivó un gran pastel de tres pisos, introducido en la sala con danzas y luego partido por las autoridades competentes: los obispos, las autoridades civiles y nuestro Hermano Provincial, H.Thomas. Todos pudieron gustarlo y como en la multiplicación de los panes, lo restante fue cuidadosamente llevado a casa.

Insistamos en la simpatía general manifestada en la fiesta. Es necesario testimoniar que los Hermanos se comprometen a fondo en su trabajo de educadores, en su presencia en la vida parroquial, en sus responsabilidades diocesanas, como el H Paul, encargado del escultismo, en la formación de jóvenes religiosos de la ciudad, como el H. Tiamaro, en los innumerables servicios que el H. Denis presta a muchas congregaciones gracias a su talento y a su habilidad.

El éxito de la fiesta fue debido a la animación llevada a cabo por los HH. Thomas, Provincial, Sylvain, Tiana Michel, Paul (presente en todo), Tiamaro y sus Jóvenes Maristas Malgaches y entre bastidores, el H. Denis con sus numerosos servicios y consejos. ¡Todos se han sentido orgullosos de ser maristas!

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Présence Mariste n°268 : Madagascar, 1911-2011, Juin 2011
http://www.presence-mariste.fr

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