El hermano Emili Turú es entrevistado por el hermano Lluís Serra

16.07.2002

TENEMOS QUE AVANZAR MUCHO

Emili Turú, 47 años, nació en Barcelona. Licenciado en Antropología Teológica en Roma. Se ha dedicado a la formación y a tareas pastorales y educativas. Ha sido Provincial de Cataluña. Actualmente es Consejero general y preside la Comisión de Misión.

¿Cómo se define la misión marista hoy?
La definición que nos ofrecen las Constituciones maristas (artículo 2) conserva toda su actualidad: ?educar cristianamente a los niños y jóvenes, en especial a los más desatendidos?. Con todo, a causa de los extraordinarios y rápidos cambios que se han producido no sólo en la sociedad sino también en el seno del Instituto Marista, hace falta una adaptación concreta a cada contexto. Esto exige un gran espíritu de discernimiento y apertura para superar comodidades o inercias.

Nuestra sigla FMS (Hermanos Maristas Escuelas), ¿ha perdido la S?
La realidad actual de unos 369.000 alumnos y alumnas atendidos en 370 centros escolares maristas en todo el mundo, creo que indica la gran importancia que el Instituto da al mundo escolar y que, por tanto, la escuela no ?se ha perdido?…

Pero, se habla de nuevas presencias
Porque nuestras Constituciones dicen ?en especial los más desatendidos?. Y para poder estar cerca de esos niños y jóvenes, a menudo el marco escolar resulta insuficiente. Este es un campo en el cual todavía tenemos que avanzar mucho, hasta que sea objetivamente evidente que la fórmula ?en especial los más desatendidos? no es mera retórica.

Los pobres entran en el mensaje capitular pero ¿también en proyectos concretos?
Una encuesta llevada a cabo en el Instituto poco antes del Capítulo General, nos habla de 49 Centros de educación no-formal y de 89 Centros de carácter social, atendiendo en total unos 79.000 niños y jóvenes. Creo que ésta es una realidad bastante significativa, y que sin duda continuará progresando en los próximos años.

¿Qué prioridades piensa atender su Comisión?
La principal finalidad de esta Comisión del Consejo General (que abarca tres grandes áreas: Educación -Escuela y otros campos educativos-; Pastoral juvenil; Misión ?ad gentes?) es la de ofrecer un servicio de animación y apoyo a todas las unidades administrativas en el campo de nuestra misión evangelizadora, según el carisma de Champagnat, pero las prioridades más urgentes nos vienen indicadas en los mandatos y recomendaciones del 20º Capítulo General, tal como están recogidas en el Documento final.

Si los laicos pueden realizar la misión marista, entonces ¿para qué ser hermanos?
La comunidad cristiana se contruye desde la diversidad y la complementariedad de dones. Laicos y religiosos compartimos una misma llamada a vivir el evangelio, pero cada uno desde características peculiares. Esa diferencia no es una limitación, sino una riqueza. No nos substituimos, sino que nos complementamos

(FMS ECOS MARISTAS 40, junio 2002)

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