9 de octubre de 2010 FILIPINAS

Que Jesús me ayude a amar lo que Él me ha dado

Después de este periodo de formación y discernimiento en Davao, se han reforzado en mí los motivos iniciales que me movieron a presentar mi disponibilidad al Superior general: ni más ni menos que la conciencia de llamada, de vocación, y la disponibilidad e ilusión que las han acompañado a pesar de las dificultades vividas y de las que vendrán. Al igual que cuando estaba en mis últimos destinos de misión, las llamadas esenciales siguen siendo las mismas; lo único que cambia es el lugar y la urgente necesidad de aprender lo nuevo y diferente como el primer compromiso de fidelidad a la nueva misión.Todo este proceso de discernimiento y nuevos aprendizajes ha desencadenado en mí una actitud de mayor confianza y saludable dependencia, principalmente de Dios pero también de mis hermanos. Esto me está ayudando a afrontar una nueva etapa en mi vida religiosa de renovación personal, tanto en la relación con Jesucristo como con la Institución marista, así como una nueva sensibilidad respecto de la misión.Ahora que conozco mi próximo destino, le estoy pidiendo a Jesucristo que me ayude a amar lo que el me ha dado y a serle fiel en las tareas cotidianas.______________H. Juan Gustavo Gil, Prov. IbéricaDavao, 14 de septiembre de 2010

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