1933: el H. Laurentino escribe a sus hermanos

Mártires en España

El H. Laurentino, Provincial, envía a sus Hermanos una muy extraña 
felicitación de año nuevo en enero de 1933


Oh, vosotros, los que decís cada día a Dios que le amáis con todo el corazón y con toda vuestra alma y todo vuestro ser, ahora es tiempo de mostrarlo. Sí, ahora que los que perseveran en su amor se ven befados, postergados, calumniados, privados de sus legítimos derechos de ciudadanía, vilipendiados y hechos el blanco de satánica persecución. Ahora es tiempo de mostrar hasta dónde llega la fidelidad que habéis jurado al Señor. Ahora es tiempo de probar vuestros deseos de sacrificio no son ilusorios y pura fantasía, que también los que hoy dan prueba de cobardía y desertan de la buena causa, quizá se creyeron un día invencibles […].

Ahora va llegando el tiempo en que se verán los valientes, los que todo lo pueden en Aquél que nos conforta y es Vida y Fortaleza nuestra, los que por nada del mundo pierden el sosiego sino que, parapetados detrás del baluarte divino, parece que su ánimo se agiganta ante las dificultades y zozobras del momento. No se arredran esos, no, ante los mayores sacrificios, aunque bien conocen su pequeñez, como no se arredraba ante los tiranos y perseguidores […] la pléyade de mártires y confesores, enamorados de Cristo Jesús.

Ahora es tiempo de alegraros y de regocijaros, según nos dice Jesús, y como hicieron los apóstoles cuando les llegó el momento de padecer trabajos y persecución por el nombre de su divino Maestro.

Por otra parte, no somos nosotros los perseguidos, sino que es a Jesús a quien persiguen en cada uno de sus fieles siervos. Cada uno de nosotros sufre por uno, pero Él padece en todos sus miembros.

Acallad, pues, vuestras quejas y lamentos vosotros los seguidores del Redentor, que aún no habéis llegado a los dolores del Calvario ni a la desnudez del Salvador. Él calla, ora, padece y redime. Orad, reparad, trabajad, cooperad vosotros con Él a la salvación de las almas. ¿Queréis mejor preparación para celebrar el 19° centenario del drama sangriento del Calvario?

Ahora es tiempo de reparar más eficazmente, por sí y por los demás, el menosprecio hecho a Dios. Ahora es tiempo de hacer violencia al cielo con férvidas y continuas plegarias en beneficio de los intereses de Dios y de su Iglesia, y en beneficio de las personas y obras que nos son tan queridas o que nos están particularmente encomendadas. Sí, ahora es tiempo de orar, y de orar bien y como lo exige nuestro estado.

Ahora, ahora,… y sin esperar a después ni a mañana.

Es hora de aprovecharse de este tiempo de prueba, que es tiempo de gracia y bendiciones. […] [Es tiempo de] no sucumbir un punto y sufrir hasta morir, si es preciso, por defender el nombre de Cristo» y por defender […] la escuela católica tan seriamente amenazada y tan sañudamente combatida hoy día en nuestra patria. 
[…] Sea esa nuestra divisa para el año 1933 […]

H. Laurentino (Stella Maris, enero de 1933, nº 138, p. 5).