12 de noviembre de 2014 CASA GENERAL

Vasijas dispuestas para servir

Visitar el taller de un alfarero nos llena de momentos emotivos y nos hace sentir en las manos que moldean, amasan, imaginan y crean. A sus espaldas, está la estantería, llena de vasijas, jarros, vasos, macetas y otros tesoros, dispuestos para servir. Así nos encontramos todos los Hermanos participantes del Programa “Hermanos Formadores para un mundo Nuevo”, protagonistas durante todo el año 2014, en El Escorial (y Manziana), de este proyecto formativo del Consejo General para generar más vida en nuestras Comunidades Formativas de la Congregación.

Los últimos compromisos del año, en Septiembre y octubre han pasado rápido. Con el H. Javier, con Ana y Pep, tuvimos una semana de encuentro en torno a la nueva relación de Hermanos y laicos, basada en la comunión. Comenzamos mirando nuestra propias certezas. Ana y Pep nos aportan sus propias experiencias y sus vidas. Y junto con ellas, conocemos variadas experiencias significativas a nivel de Instituto. Reflexionamos sobre lo que es propio de los Hermanos y de los laicos y sobre cómo ir tejiendo el futuro marista en la comunión y en nuestra misión de formadores.

Unos días estuvimos dialogando sobre el acompañamiento con el Hno. Hipólito. Nos ayudó con un enmarque teórico, algunos errores y límites, y variados elementos pedagógicos del acompañamiento personal. Estudiamos modos de entenderlo y algunos elementos de psicología humana. Todos estos elementos nos van ayudando en el compromiso de nuestra misión futura.

La Hna. Marisa, Carmelita de Vedruna nos iluminó sobre los itinerarios formativos. Con profundidad y acogida, fuimos aprendiendo los 4 itinerarios de la formación: la fe, la maduración personal, la humilde entrega en la misión, y la afectividad. Y clausuramos el taller señalando algunas claves para discernir cómo rastrear las huellas del paso de Jesús por nuestras vidas.

Nos visitó también el Hno. Diamantino y Fabiana. Ellos nos dieron un testimonio animado sobre la vivencia de la Pastoral Vocacional y compartieron con nosotros sus aprendizajes y prácticas de la danza contemplativa en la pastoral con jóvenes.

Los Padres Bernardino (Franciscano) y Adrián (Jesuíta), nos hicieron el servicio de enseñarnos sobre el discernimiento. Primeramente las bases antropológicas, después, el discernimiento espiritual, desde la óptica de los ejercicios de San Ignacio. Temas claves que nos ayudarán en nuestra misión de la formación.

Los Hermanos Antonio Ramalho y César Rojas estuvieron con nosotros dos semanas. Nos compartieron su experiencia de la reciente Asamblea de Misión de Nairobi. Y vivieron con nosotros el aprendizaje y revisión de toda la Guía de formación, estudiando y contemplando toda la formación como un proceso marista para toda la vida.

Terminados nuestros talleres, dedicamos la última semana a preparar y compartir nuestras síntesis personales. Durante una semana, nos dedicamos a interiorizar, a resumir y recordar, a contemplar lo guardado en el corazón, como hizo María. Cada uno de los Hermanos preparó una pequeña exposición para compartir su interioridad y mostrarnos cuáles son los crecimientos realizados este año. Vivimos una semana preciosa, contemplando cómo Dios ha hecho maravillas entre nosotros. El regalo y tesoro de cada Hermano, se hizo patente en la escucha y la fraternidad de esos días.

Finalmente, El Hermitage nos esperaba. Y nos hemos reunido con nuestros Hermanos de las provincias de África y del Asia-Pacífico, que hacen la misma experiencia que nosotros en lengua inglesa, en Manziana. Encontrarnos, ha sido un gesto de fraternidad que palpamos cálida y cercana. Y juntos hemos compartido nuestras síntesis comunitarias. Juntos, tanto las regiones de Brasil y Cono Sur, como la del Arco Norte hemos compartido las situaciones y realidades de nuestros países, la historia marista, la realidad de la formación inicial, lo aprendido en el año y algunas proyecciones para la formación en nuestras Provincias.

El marco incomparable y familiar de El Hermitage, une nuestras vidas y nos fortalece la identidad marista. Juntos hemos compartido con la Comunidad de la Casa y con los Hermanos de Tercera Edad. En esta ocasión hemos visitado La Neylière y Valfleuri. También el Santuario de Fourviere, donde, imitando a Champagnat y sus compañeros, hemos entregado nuestra misión a María.

También fue emotiva y vivida con intensidad, nuestra visita a Palais y Le Bessat, para celebrar en el mismo lugar el aniversario de la visita de Marcelino al Joven JB. Montagne y el inicio del año Montagne, en el camino hacia el Bicentenario.

Para terminar nuestro año, con la presencia del Hno. Joe, Vicario General, tuvimos un día de retiro, con una Eucaristía de envío y compromiso personal.

Gracias Señor, Gracias Madre nuestra por este año intenso que hemos vivido. Regalo de María y esfuerzo de nuestras Provincias, que nos ha transformado a todos en vasijas, preparadas y dispuestas para servir, donde la misión nos encomiende. Somos Hermanos del Instituto y estamos en las manos de Dios. 

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