15 de julio de 2020 FRANCIA

90 años del bienaventurado Hermano Henri Vergès

Nacido el 15 de julio de 1930, el H. Henri celebraría hoy su nonagésimo cumpleaños.

La rapidez del resultado de la causa de beatificación de los 19 mártires de Argelia permite que todavía haya entre nosotros hermanos que lo han conocido. Es una alegría poder evocar su memoria para todos ellos y toda la familia marista. Me parece que la evocación más directa es dejar que Henri hable a través de la transcripción de la carta que escribió a su familia, el 1 de septiembre de 1991, con motivo del funeral de su madre, al que no pudo asistir.


“Queridos Papá, Hermanas y Hermanos,

Ayer por la noche, al comienzo de algunos días de oración con algunos amigos en Médéa, celebramos una misa llena de pensamientos alusivos a la madre, lamentando no haber podido estar más cerca de ustedes durante esta dolorosa circunstancia. Me consuela, de todos modos, saber de la presencia de los hermanos de la comunidad de Toulouse.

Ante todo, me gustaría expresarles mi agradecimiento fraternal por haber sido tan afectuosos con mamá, especialmente en los últimos años, por haberla acompañado en esta prueba. Por ello, he podido sentirme menos preocupado por mi misión. Una gracia de unidad en el amor filial, de fidelidad constante que mamá valoraba y por la cual doy gracias al Señor.

Ustedes deben haber hablado, en estos días, sobre lo que ella significó para cada uno de nosotros. También yo deseo evocar el lugar que ella ocupó en mi vida, la huella profunda que me ha dejado y que la he descubierto mejor lo largo de los años:

  • su sentido de la pobreza derivada de una infancia en la miseria a la cual ella supo enfrentar sin amargura, simplemente, con el trabajo constante, aborreciendo el desperdicio, con una economía impecable, valor que supo inculcarnos.
  • su sentido de la pulcritud, meticulosa en el hogar hasta el punto de permitir difícilmente que la ayuden con la limpieza que solo ella hacía bien;
  • su sentido de la belleza, se maravillaba por las cosas pequeñas, las flores hermosas, un bonito texto…
  • y su sentido de lo bueno … incluidas las recetas en las que ella sobresalía;
  • su sentido de Dios, impulso del corazón, vida de su vida, murmullo continuo de su oración, confianza total en todas las circunstancias, incluso en esas pequeñas preocupaciones que a menudo la asaltaban, recurso espontáneo a la Virgen María compañera de sus días …
  • y sentido de los demás, de bienvenida, sobre todo con los más desfavorecidos. Como yo, ustedes deben tener múltiples testimonios de su amor por los pobres con quienes ella parecía estar en comunión espiritual…

¿Qué ha vivido ella durante estos largos años de “confinamiento silencioso” que al principio fueron muy dolorosos para ella, cuando sentía que se hundía poco a poco en ese estado oscuro de letargo? … Misterio entre ella y Dios… Misterio del sufrimiento que forma parte de nuestro logro, sin duda, pero que nos cuesta tanto aceptar.

Y ahora que ha terminado, Mamá sigue caminando con nosotros, nos ayuda a vivir su herencia en su mejor expresión. Una vida hermosa, una estela luminosa, más humana, que puede inspirar y animar nuestro propio sendero. Una madre que nos sigue iluminando.

‘El Señor hizo maravillas por mí’ de sencillez y amor.

¡Gracias, mamá!”

Henri


Hermano Henri, gracias por compartir tu tierno y profundo amor hacia tu madre y todos los tuyos.

¡Que sea una luz en nuestros caminos!

___________
Hermano Alain Delorme, en nombre de todos los hermanos que conocieron a Henri.
Saint Paul-3-Châteaux, julio de 2020

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