9 de febrero de 2009 VENEZUELA

?Agua de la Roca?

El mundo de la espiritualidad es la razón de ser de una vida consagrada marista. Esto no tiene discusión. Pero yo me hago las siguientes preguntas: ¿Cuál es el fundamento de una espiritualidad? ¿Dónde nace? ¿Cuál es esa agua que da vida? ¿Cuál es ese tesoro que al encontrarla vale la pena dejarlo todo tenerla?

La historia de la humanidad a groso modo es una opción por el más el débil. De todos los animales que existían, comparado con los demás, el hombre era el de los más débiles de todos los seres vivos. Nacía desprovisto de toda defensa personal ante las demás especies, mucho más fuerte que él. Sin embargo pudo sobrevivir hasta el día de hoy.

En el mundo espiritual de la humanidad, según la óptica de la Iglesia Católica, se repite la misma historia. En el Antiguo Testamento es una historia de un Dios que opta por el más débil o más pobre. Elige un anciano para formar un pueblo.

Un Dios que nace entre los animales de Belén, recibido primeramente por los pastores. Esto no entra en la lógica del ser humano. ¿Cómo un Dios va a nacer tan desprovisto?

El mismo Jesús vivió entre pobres y pecadores, al igual que su madre. Muere como un condenado en la cruz. La vida de Jesús la vivió pobremente, sin mayores recursos.

Marcelino es un campesino de Francia. Decide fundar un Instituto después del encuentro con la cruda realidad de la pobreza del joven Montage, Sus primeros hermanos fueron hombres del campo, sin grandes lumbreras intelectuales.

Así podríamos seguir analizando la historia de salvación. Hay un elemento que se repite insaciablemente; la opción de Dios por el más pobre. ¿Por qué esta obsesión de Dios? A lo mejor sea un misterio de la espiritualidad. No tengo respuestas.

No se entiende la espiritualidad sin la opción por el pobre. Es la base, fundamento de toda espiritualidad. Es el punto que hace pisar tierra a la espiritualidad. Si quitáramos al niño y joven pobre del mundo Marista, la espiritualidad ?marceliniana? se vendría abajo como un juego de naipes.

La opción por el pobre en la vida marista no es la misma que la franciscana, dominica, consolata, entre otros carismas. Nuestra opción por el pobre está centrada en la niñez y en la juventud abandonada. Esto nos hace ser diferente.

?Agua de la Roca? deja este punto bastante claro. La espiritualidad tiene su centro en el niño y joven pobre ¿Qué hay en ellos para que Dios se haga presente? ¿Qué misterio hay en los niños y jóvenes pobres? ¿Qué tienen de divino? ¿Por qué ir al pobre, me encuentro con el Dios Vivo, con el Dios de Jesús? ¿Por qué Dios decide revelarse entre los pobres? Es un misterio que sobre pasa a toda racionalidad humana.

Solo sé que para crecer espiritualmente necesito ir al encuentro del niño y joven pobre. Es una necesidad existencial para nosotros los maristas. Desde allí puedo entender el seguimiento a JESÚS, puedo comprender a MARÍA, a CHAMPAGNAT, la vocación de HERMANO, las tres violetas, el espíritu de trabajo, la comunidad marista, la misión, etc. Es como si se abriera los ojos y los cielos nuevos. La vida se ve diferente.

La espiritualidad nace desde la pobreza material de los actores protagonistas de la vida marista, es decir, sus fundadores: Champagnat y los primeros hermanos. Pero con un único fin de servir a otros pobres, como eran los niños y jóvenes pobres de la Francia pos-revolucionaria. Marcelino se convierte en el instrumento del Padre para responder a las necesidades apremiantes de la niñez y juventud campesina.

Un compromiso a la vida marista trae esta manera de entender la espiritualidad. Se desprende unos retos a nivel de Instituto, provincial, comunitario y personal. Nos lleva a tomar decisiones audaces para ser fieles a esta espiritualidad marista, cultivada por San Marcelino Champagnat. Opciones que nos lleva a los niños y jóvenes más pobres de la América Latina.

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H. Ángel González

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