6 de diciembre de 2019 ESPAñA

Animador de comunidad, constructor de puentes

Un grupo de 15 Hermanos está participando, del 20 de noviembre al 13 de diciembre, en el curso de formación para animadores de comunidades, organizado por el Consejo General en San Lorenzo de El Escorial (España) y animado por la comunidad de formación de Manziana, junto con el Secretariado Hermanos Hoy. Los participantes representan a las 5 provincias maristas de Europa.

A partir de sus propias experiencias y con la ayuda de los facilitadores, los participantes amplían sus capacidades y conocimiento para desempeñar mejor su misión. En los últimos días, se han unido a los Hermanos cuatro laicos enviados por las provincias.

El programa se basa en cuatro ejes bien definidos: intercambio de experiencias; aportaciones novedosas de expertos; grandes espacios de silencio, oración y reflexión personal; contacto con experiencias externas de la institución marista.

“Para mí – dice el H. Carlos – es una gracia especial poder participar en este curso. Poder convivir con hermanos que tienen más experiencia, compartir con ellos mis sentimientos y vivencias, y reflexionar junto a ellos sobre las cuestiones prácticas y cotidianas de nuestras comunidades, ciertamente, me ayudará a ser un animador comunitario más consciente y humano”.

Para servir de puente en las comunidades maristas, según la llamada del XXII Capítulo general, el animador de comunidades necesita tener talento personal, pero también conocimientos teóricos y prácticos en diferentes ciencias.

Con relación al animador comunitario como constructor de puentes, el programa del curso menciona lo siguiente: “El puente une territorios, une personas, une pueblos, moderniza estructuras. Este reduce distancias y facilita contactos de todo tipo. Desde su propia experiencia, el animador de comunidad reduce distancias, facilita el contacto interpersonal, une entre sí a los hermanos, con los laicos y laicas de su comunidad, con el mundo exterior, fomentando así la fraternidad. De esta manera, la comunidad será un faro de esperanza y un hogar de luz para la sociedad y la misión maristas ".

Los participantes son conscientes de que en sus provincias algunos Hermanos y laicos animadores de comunidad, o no, también necesitan ser formados. Por lo tanto, el desafío es: cómo compartir con estos queridos compañeros, que se han quedado allá, todo lo que han aprendido y experimentado.

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H. Joaquim Sperandio – Comunidad de Manziana

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