23 de abril de 2020 CASA GENERAL

Carta del Superior general a los hermanos y laicos de Vanuatu y las Islas Salomón

Roma, 23 de abril de 2020

Queridos Maristas de Champagnat:

Reciban un caluroso saludo desde Roma, deseando a todos ¡Felices Pascuas!

Los miembros del Consejo General y yo hemos recibido noticias del Superior del Distrito de Melanesia, el Hermano Jean Marie Batick, sobre los muchos desafíos que están enfrentando en este momento, sobre todo, tras el Ciclón Harold en Vanuatu. El ciclón ha causado la destrucción de casas y medios de subsistencia en las islas de Santo, Pentecostés, Ambrym y Malekula. Muchas casas que quedaron en pie necesitarán ser reconstruidas, y la mayoría de los huertos locales que proporcionaban alimentos han sido destruidos. Los daños materiales y la pérdida de vidas han sido impactantes. Nos ha conmovido con mucho pesar el trágico fallecimiento de la esposa del Sr. Abraham Hauasi (educador en la obra marista), sus tres hijos, y su hermano, Godfrey, y muchos otros en las Islas Salomón.

Se agrega a esta crisis humanitaria la amenaza global de la pandemia Covid-19 que ha creado complicaciones para recibir ayuda y apoyo humanitario de Nueva Caledonia, Australia, Nueva Zelanda y China. Los desafíos parecen ser, a veces, imposibles de afrontar; y no nos es fácil descubrir a Dios en medio de tanto temor, ansiedad y pérdidas humanas. Creemos que, en medio de todo esto, Dios está con nosotros y se hace presente cuando nos cuidamos unos a otros.

Deseamos sentirnos cercanos a ustedes en estos momentos difíciles. Hemos tenido presentes en nuestra oración y celebraciones litúrgicas a cada uno de ustedes y a sus familias. Esperamos que lleguen pronto los recursos necesarios para reconstruir los daños causados por estos acontecimientos y así puedan construir un futuro de esperanza. Seguiremos en contacto con el H. Jean Marie para estar al tanto sobre cómo evolucionan las cosas.

¡Ánimo, Maristas de Champagnat! Con tantas situaciones conmovedoras que aparecen constantemente en nuestras vidas, no creo que sea ninguna coincidencia que durante este periodo de Pascua escuchemos a Jesús diciéndonos: “¡No tengan miedo! ¡Yo estoy con ustedes!”. Al igual que Jesús, María, Nuestra Buena Madre, está cerca de cada uno de nosotros cuando las cosas se ven oscuras. Hay muchos rayos de esperanza que iluminan nuestro camino.

Fraternalmente,

H. Ernesto Sánchez Barba, Superior general

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