Comunidad internacional marista
“Ser útil para las personas en cualquier lugar. Abierto y disponible donde hay necesidad. Como tú, Champagnat, un corazón universal. Vamos a compartir nuestras vidas, tiempo y lugar”.
Con esta frase del grupo musical “Kairoi" comenzamos este breve relato, porque describe bien el espíritu actual de la comunidad marista al Este de Francia, en la frontera con Suiza. Desde esta semana nuestra comunidad está completa. Con la llegada de los dos miembros que faltaban, estamos ahora con "capacidad máxima" e, inspirados por el ejemplo de Marcelino, con los corazones llenos de alegría.
Durante las próximas semanas, hermanos, laicos y jóvenes compartiremos mucho más que las comidas, las tareas del hogar, las oraciones y el trabajo en la oficina de FMSI en Naciones Unidas en Ginebra, Suiza; vamos a compartir nuestras vidas, sentimientos y nuestra forma de ser marista. Vivimos en esta casa:
- H. Evaristus Kasambwe (Provincia de África Austral, Malaui, 1 año en la comunidad);
- Gabriel Bernardo da Silva (Provincia Brasil Centro-Sul, 3 semanas en la comunidad);
- H. Jean-Claude Christe (Provincia de L’Hermitage, Suiza, 8 años en la comunidad);
- H. Manel Mendoza (Provincia L´Hermitage, España, 8 años en la comunidad);
- Michael Lee (Provincia Australia, 1 mes en la comunidad);
- H. Patrick McNamara (Provincia de Estados Unidos, recién llegado a la comunidad);
- H. Vicente Falchetto (Provincia Brasil Centro-Norte, 4 años em la comunidad).
La riqueza cultural aumenta mucho el valor de la comunidad y, al sentarnos a la misma mesa, sentimos que pertenecemos a la misma familia, con el mismo espíritu y un solo corazón. Marcelino nos invitó a tener en nuestras mentes, como objetivo de nuestro trabajo apostólico, todas las diócesis del mundo. Fue muy atrevido y, de ese modo, nos invitó a serlo también nosotros. Tenía un “corazón universal” y hoy, nos reta a buscar, en comunidad, el entendimiento a través de nuestro "Sí" con el propósito de Dios.
Que María, nuestra Buena Madre, bendiga a todos los Maristas de Champagnat y que podamos, cada día, continuar caminando por nuevas y atrevidas formas en busca de nuevas tierras.
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Gabriel Bernardo da Silva