Cuadernos maristas 39
La Comisión Internacional del Patrimonio Marista acaba de publicar el número 39 de Cuadernos Maristas. El editorial, firmado por los hermanos Antonio Ramalho, presidente de la Comisión, y André Lanfrey, coordinador de la publicación, se reproduce a continuación.
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Este número 39 de los Cuadernos Maristas es excepcional porque refleja ampliamente dos acontecimientos muy diferentes: uno de nuestra historia; el otro de importancia mundial. Nosotros, los Maristas, celebramos el trigésimo aniversario de la fundación de los Cuadernos Maristas, cuyo número 1 se publicó en junio de 1990. Por lo tanto, es un buen año para todos los hermanos que estén interesados en nuestra tradición y estén trabajando para mantenerla viva dándola a conocer mejor. Sin embargo, en 2020 también lamentamos la muerte del fundador y primer jefe de redacción de los Cahiers Maristes: el H. Paul Sester. Creemos, de todos modos, que su legado está bien vivo y eso mitiga nuestra tristeza.
El segundo gran acontecimiento, obviamente, es la pandemia que interrumpió nuestra forma de proceder: la habitual reunión de la Comisión del Patrimonio Espiritual Marista en Roma, que se celebra cada mes de junio, fue sustituida por una videoconferencia en septiembre, presidida por el H. Antonio Ramalho y organizada desde Roma por los HH. Ángel Medina y Óscar. En particular, decidimos seguir publicando los Cuadernos Maristas en forma de revista en cuatro idiomas. De ahí la edición de este número 39, que lleva la marca del tiempo de crisis que estamos viviendo, ya que dos artículos (del H. Patricio Pino y del H. Lanfrey) abordan los problemas de salud y los peligros epidémicos que el Instituto ha afrontado a lo largo de su historia.
Pero estos artículos relativos al ámbito de la salud, que merecerían un ahondamiento, son sólo el primer eje de este número. Como segundo eje, hemos querido conmemorar, de una manera diversa y creativa, los treinta años de la revista. En primer lugar, un artículo de fondo del Sr. Francisco J. Flores Sánchez (Chile) critica el concepto de patrimonio espiritual marista y propone otro; después una noticia sobre el H. Paul Sester (del H. Lanfrey) recuerda su larga carrera al servicio del Instituto y, en particular, su papel como fundador de la erudición marista. Completamos esta evocación con una noticia sobre el P. Bernard Bourtot, S.M. (1940- 2020), autor de dos libros sobre la historia de las relaciones entre los Padres y los Hermanos Maristas. En fin, una serie de índices de los C.M. 1-38 proporciona a los investigadores una visión general de los autores, temas y materias abordados en esta revista de 1990 a 2020.
El tercer eje de este número incluye dos intervenciones complementarias sobre nuestra historia institucional: en primer lugar, la segunda parte de la historia de la redacción de las constituciones de los Hermanos Maristas hasta 1903, por el H. Antonio Martínez Estaún; a continuación, la presentación por parte del H. André Lanfrey de un documento sobre los Hermanos Maristas, publicado en 1858 por el periódico católico L’Univers, en el momento en que el H. Francisco, en Roma, está tratando de obtener el reconocimiento canónico del Instituto. Sin duda este es el primer documento que da a conocer el Instituto a un público más amplio, pero que, en el futuro inmediato, va a perturbar las negociaciones del H. Francisco.
Finalmente, dos textos que escapan a nuestros tres ejes principales. El artículo del Sr. Angelo Ricordi se sitúa en el campo de la espiritualidad. Evocando al H. Néstor, tiene el mérito de poner de relieve a un superior excesivamente olvidado y una característica importante de la espiritualidad marista: la devoción al Sagrado Corazón. En cuanto a la contribución del H. Emilien Twagirayesu, de estilo más académico, aborda un tema nuevo en nuestra revista: la educación superior marista.
En resumen, no es una literatura de tiempo de crisis lo que ofrecemos a nuestros lectores, sino una investigación marista que se diversifica en cuanto a sus autores y temas.