Distrito de Asia

Cuando vi el grupo de nuevos postulantes en Davao, tuve un profundo sentimiento de gratitud – no sólo a Dios y a  nuestra Buena Madre, sino también a cada hermano y laico marista que forman parte de esta maravillosa aventura. Hace seis años, todo esto era sólo un sueño. Éramos un grupo de hermanos rebosantes de sueños y dudas. Ir a nuevas tierras, experimentar nuevas culturas y vivir nuevas formas de vida de comunidad no resultaron nada fácil. Han pasado seis años, y las semillas que habíamos sembrado durante estos tiempos de incertidumbre han comenzado a crecer.

Ahora han aparecido nuevos retos. Entre ellos, cómo acompañar a los jóvenes adultos que buscan sentido en sus vidas. Se presentan diferentes soluciones ya que cada comunidad tiene su propia manera de acercarse a aquellos que están interesados en la vocación marista. Puesto que los extranjeros no pueden vivir con los habitantes locales en algunos países, nuestros hermanos han invitado a adultos jóvenes para que pasen algún tiempo con las comunidades, para que "vengan y vean", para ser testigos y experimentar el modo de vida marista.

Tras cuatro años de planificación y ejecución, por fin hemos creado una casa de formación en Filipinas. El 13 de agosto, los hermanos Luis Sobrado, Paco García y Pepito Mahong dieron la bienvenida a 15 jóvenes de Bangladesh y otros 2 países en el postulantado. Inicialmente, nos preguntamos cómo íbamos a prepararlos para un estilo de vida internacional preservando  al mismo tiempo sus identidades. Nuestras preocupaciones desaparecieron cuando, unos meses más tarde, vimos que aunque son de diferentes países, comparten el mismo espíritu. Con orgullo, son el rostro emergente del Distrito marista de Asia 

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Hno. Juan Castro, Superior del Distrito