30 de noviembre de 2011 CASA GENERAL

Formación de educadores, religiosos y laicos, al servicio de la educación

Las Uniones de Superiores y Superioras generales, en su preocupación por el Ministerio Educativo encomendado por la Iglesia a las Instituciones religiosas, impulsan desde hace años una Comisión de educación, cuya principal función es dinamizar el compromiso de sus Instituciones con la tarea educativa que llevan adelante en todo el mundo. Dicha Comisión ha convocado un “Seminario de reflexión y estudio” sobre el tema “la formación de los educadores, religiosos y laicos, al servicio de la educación en un mundo en cambio” el cual ha tenido lugar en Roma el día 11 de noviembre de 2011. El encuentro tenía por objetivo la búsqueda de ideas convergentes que permitan “tejer una red de colaboración” entre todas las Instituciones englobadas por las Uniones de Superiores y Superioras generales.

En el encuentro, celebrado en la Casa general de los hermanos maristas, participaron los hermanos Emili Turú, Superior general, João Carlos do Prado, Presidente del Secretariado de Misión, y Juan Miguel Anaya, como miembro de la Comisión de educación de la Unión de Superiores y Superioras generales.

En un apretado horario, reunidos en torno a mesas redondas en las que se sentaban cinco o seis personas, los participantes pudieron compartir, por grupos lingüísticos, los aportes suscitados tras el estudio de un documento previo enviado con antelación a los Superiores y Superioras generales.

La reflexión se centró sobre la mirada a la realidad del mundo cambiante, global, al que se quiere servir, valorando la persona, superando la agresividad y el individualismo, usando las grandes posibilidades de comunicación para poder potenciar una “misión compartida”. Para ello habrá que afrontar “las exigencias y desafíos” del mundo en el que vivimos.

Con relación a los proyectos formativos se afirmó que han de plantearse en doble dirección: en parte, “desde lo que somos y queremos”; en parte, “desde las realidades a las que debemos dar respuesta”. Algunas de las características de la educación que se debieran impulsar entre los educadores son: adaptada a una sociedad en cambio y constructiva; abierta al influjo de otras culturas; solidaria, dialogal, respetuosa del otro y del medio ambiente, creadora de paz; basada en valores y abierta a la trascendencia, por tanto educadora de la fe.

Las opciones formativas que deben ser reflexionadas e impulsadas por las instituciones en relación con sus propios educadores, tanto religiosos como laicos, deberían recoger, al menos, lo más esencial: el marco formativo institucional, los estilos y prioridades comunes y las estrategias contextualizadas.Se entiende por “marco formativo institucional” aquellos principios que todas las instituciones deben impulsar de modo prioritario, claro y sistemático: La misión compartida, la identidad carismática, la comunidad carismática de referencia y el carácter ministerial de la educación.

Dentro de un estilo y de unas prioridades comunes, es decir los subrayados pedagógicos, pastorales, educativos, organizativos, etc., que deseamos impulsar en nuestras instituciones, habría que fomentar la formación para el trabajo en equipo, la formación en el acompañamiento personal y grupal, una adecuada formación profesional, un sistema de formación sistemático y progresivo y una formación para el trabajo con las familias.

La reunión concluyó con algunas propuestas a los dirigentes de las dos Uniones representadas en el Seminario: 1. Impulsar una publicación conjunta de ambas Uniones en relación con los principales desafíos propios de la formación de nuestros educadores. 2. Realizar un estudio, a nivel de Curias generales, sobre las “buenas prácticas” en relación con la formación de educadores en nuestras Instituciones. 3. Dar a conocer al conjunto de los Superiores y Superioras generales las conclusiones de este “Seminario de reflexión y estudio sobre formación de educadores”.

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