20 de octubre de 2014 ESPAñA

Hermanos Formadores para un Mundo Nuevo

Es sorprendente observar a un herrero calentar el frío hierro en el fuego de la fragua, hasta llegar al rojo vivo, convirtiéndolo en un metal blando, moldeable, dispuesto y disponible, para cambiarse, por el ingenio del herrero, en una obra de arte o en un instrumento útil, fuerte y noble. Así son nuestras vidas, paso a paso, moldeadas con las herramientas de cada día en la experiencia “Hermanos Formadores para un Mundo Nuevo”.

Hace más de dos meses compartimos nuestras experiencias. En esta cuarta crónica podemos compartir nuestros últimos movimientos:

Del 4 al 24 de junio, vivimos la experiencia de El Hermitage. Allí nos encontramos con nuestros Hermanos de Manziana que viven nuestra misma formación. El Hermitage, Rosey, Marlhes, Palais, Le Bessat, La Valla, La Pitiè, Masonnettes, Le Puy, Sendero Champagnat, Taizè, Ginebra, Fourvières y muchos otros lugares cautivaron nuestro corazón, igualmente como Juan Bautista y María Teresa, Luis y Lorenzo, Antonio y Francisco, Juan Pedro y Estanislao, Juan Bautista y Doroteo, Hipólito y Juan María, Jerónimo y Buenaventura, Silvestre y Luis María, Avit y otros muchos cincelaron nuestro espíritu de formadores. Gracias, Hermanos y laicas de la Comunidad de El Hermitage por la experiencia marista que nos ayudaron a vivir.

De regreso al Escorial, el H. Afonso Murad nos regaló su sabiduría mariana ampliando nuestra mente con la historia de la mariología, con María en el Evangelio de Lucas, en Caná y junto a la Cruz (Juan), los dogmas marianos, la devoción y la liturgia, María en el ecumenismo, las apariciones y visiones. Finalmente hicimos un espacio para la reflexión sobre la persona de María en la Formación Inicial Marista. Ello nos ayuda a enriquecer nuestra espiritualidad “mariana y apostólica”.

A continuación tuvimos una semana de taller sobre “la escuela de la escucha” con el Hno. Joarès Pinheiro. Aprendimos a diferenciar entre lo importante y lo significativo en nuestras vidas, dialogamos sobre quién necesita ayuda y quién puede ayudar, preparamos nuestros ambientes internos y externos para la escucha, aprendimos a acoger, ejercitamos la aceptación, observamos, escuchamos, fuimos escuchados, reflejamos los contenidos, los sentimientos y el comportamiento de las personas. En suma, nos capacitamos un poco más para esta herramienta tan propia de los formadores: la acogida y la escucha.

El Hno. Iñigo Blanco fue el elegido para la reflexión sobre la Solidaridad. Nuestra primera mirada se dirigió hacia 4 distintivos de los Maristas: la educación, la Evangelización, la solidaridad y los derechos de los niños. Aprendimos, sobre todo, que la solidaridad es una actitud personal, un estilo de vida concreto que comienza con el cambio personal, que me lleva a relacionarme de una forma especial con los demás y a involucrarme en la transformación social. Finalmente aprendimos el acompañamiento del voluntariado y la educación en la gratuidad. Nos preparamos así para la experiencia solidaria.

La Segunda quincena de Julio realizamos una excelente experiencia solidaria. Fue debida y largamente preparada, de acuerdo a los deseos y proyecciones de cada uno, combinando también con las distintas cualidades personales. Uno partió a la Comunidad marista de Rubí, en el servicio de los niños. Otros fueron a la Comunidad de San Juan de Dios (Valladolid), a servir a los enfermos. Otros optaron por ser los buenos samaritanos de la Comunidad Marista de Rumanía. Cuatro Hermanos optaron por vivir la solidaridad en el día a día del Camino de Santiago, mientras que un Hno. viajó a Lima a  participar en el Capítulo Provincial y tres Hermanos vivieron su generosidad entre los niños necesitados de Ermesinde (Portugal). La comunión y la oración fue nuestra unidad. Diversos servicios y experiencias, para experimentar el corazón abierto, la mano bondadosa del mismo Jesús y el amor de Dios para cada uno de nosotros.

Aprovechando los calores y el tiempo de verano, nos hemos tomado algunos días de descanso y vacaciones. Primeramente, unos días personales, donde la mayoría de los Hermanos optó por viajar a Italia, para conocer la Casa General, el Vaticano y algunos lugares más. Otros Hermanos optaron por algún lugar más cercano o reencontrarse con amigos y familiares. Y también hemos tenido 10 días de vacaciones comunitarias. Juntos, en comunidad, nos hemos dirigido a Portugal, donde hemos podido apreciar la vida fraterna y apostólica de los Hermanos, además de conocer algunos lugares de Portugal que nos han encantado. Vouzela, Ermesinde, Porto, Fátima y Lisboa han sido los lugares donde hemos permanecido más tiempo y hemos disfrutado del descanso, la fraternidad, la acogida y el ocio. Agradecimiento de corazón a los Hermanos de Portugal.

De regreso del descanso, recomenzamos nuestros días de formación. El Hno. Manel Mendoza nos brindó toda su experiencia y conocimiento de FMSI, las Naciones Unidas, los Derechos Humanos, la Defensa de los Derechos del Niño. De nuevo hemos reflexionado sobre estas opciones de la Congregación en torno al enfoque de derechos y sobre todo, alimentado nuestro interés en las etapas de la Formación Inicial. La pregunta es, ¿qué debemos hacer, como formadores, para educar a nuestros hermanitos jóvenes en la promoción y defensa de los derechos de los niños y de los derechos humanos?

Finalmente, con el Hno. Lluis Serra, hemos dedicado 4 días intensos para conocer, estudiar y profundizar el Eneagrama. Hemos valorado su mucha sabiduría sobre la anatomía psicológica de las pasiones dominantes y nos hemos identificado cada Hermano con alguna categoría o eneatipo. Dialogamos en grupos, en parejas, compartimos en los talleres, preguntamos las dudas y nos vamos conociendo cada día un poco más.

Y así, en la sencillez de cada día y en el acontecer cotidiano vamos creciendo y moldeándonos, ya que nuestra misión de formadores implica estar en perfecta paz con nosotros mismos, dueños y conocedores de nuestras personas. El cuidado de nuestra espiritualidad, el ejercicio de la vida fraterna, el compartir, el trabajo manual, el acompañamiento personal, los pequeños detalles y muchas otras instancias de nuestra vida nos hacen situarnos en la fragua, ese lugar especial donde el herrero-Dios nos va modelando a su gusto, con sus manos creativas, según sus ojos de artista y de acuerdo a su proyecto sobre nuestras vidas. Nuestro tiempo de formación va avanzando y seguimos dejando a Dios que entre en nuestras vidas y en nuestro corazón en el afán de ser buenos Hermanos Formadores para un Mundo Nuevo.

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